Región Sureste: Ante posible onda gélida hay que tomar previsiones

Aunque la Región Sureste de Coahuila, por su latitud y altura sobre el nivel del mar, se encuentra en un punto del hemisferio norte en el cual las estaciones del año se diferencian con claridad, lo cierto es que el invierno rara vez trae consigo temperaturas excesivamente bajas o, al menos, estas no se registran durante periodos prolongados.

Por ello, el pronóstico de que la próxima semana podrían registrarse temperaturas de hasta 11 grados bajo cero debe constituir una llamada de atención relevante para quienes habitamos en esta región. En ese sentido, vale la pena tener en cuenta que existe una ventana de tiempo suficiente para tomar las previsiones del caso.

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También es preciso tener en cuenta que, debido a la condición señalada en las primeras líneas de este texto, la infraestructura colectiva y particular no se encuentra preparada para soportar, sin consecuencias, ondas gélidas extremas o prolongadas.

Basta recordar en este sentido lo ocurrido hace más de una década −en 2011−, cuando las temperaturas congelantes que se registraron en la Región provocaron desperfectos en las instalaciones hidráulicas de miles de viviendas y el proceso de recuperación tomó varias semanas.

Por ello, es indispensable que atendamos las recomendaciones que las autoridades responsables de la protección civil están realizando para proteger las instalaciones de agua y gas, a fin de evitar que sufran daños en caso de registrarse temperaturas congelantes.

Además es necesario considerar las medidas de protección de carácter personal, sobre todo con los grupos de edad extrema, es decir, niños y adultos mayores, quienes son más propensos a resentir los estragos del frío. Cuidar la salud debe ser una prioridad en estos días.

Resulta obligado, por cierto, advertir sobre la naturaleza de “pronóstico” que tiene la información difundida en las últimas horas y que advierte sobre la onda gélida derivada del frente frío número 23, el cual llega a nuestro país impulsado por una masa de aire polar.

En otras palabras: el pronóstico que se ha expuesto podría no materializarse y, en su lugar, registrarse temperaturas por encima de los cero grados. Ello se debe a que la meteorología no es una ciencia exacta y los pronósticos se construyen con base en cálculos probabilísticos.

Sin embargo, aun cuando lo deseable es que no enfrentemos una onda gélida como la anticipada, lo mejor es prepararnos para su arribo pues, como bien aconseja la voz popular, siempre será mejor prevenir que lamentar.

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Lo mejor para todos será que el pronóstico resulte equivocado y, aunque de todas formas tengamos temperaturas muy frías en la región, no padezcamos los estragos que ya hemos sufrido en el pasado cuando se registran temperaturas extraordinariamente bajas.

Será todavía mejor que, si el pronóstico resulta acertado, una vez que ocurra el fenómeno meteorológico podamos decir que, más allá del frío, las consecuencias de este fueron mínimas.