Requiere comercio internacional infraestructura carretera

El éxito de los acuerdos comerciales que México ha firmado con los Estados Unidos y Canadá puede constatarse fácilmente, para ello basta observar el flujo vehicular de cualquier carretera entre el norte y el centro del país. El tránsito está dominado por unidades de carga que mueven crecientes volúmenes de mercancías desde y hacia el vecino país del norte.

De acuerdo con algunos estudios, el tráfico vehicular de carga en los puertos fronterizos entre México y Estados Unidos se ha triplicado desde la entrada en vigor del primer Tratado. Y ahora, a partir del fenómeno del nearshoring, ha crecido aún más.

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El informe “Autopistas de Cuota y Proyectos de Infraestructura para 2024-2030”, elaborado por la consultora HR Ratings, señala que entre 2019 y 2023 el flujo vehicular aumentó 29.5 por ciento en la región norte del país, lo cual implica una mayor presión para la infraestructura de comunicaciones.

Así pues, al mismo tiempo que podemos constatar el éxito económico de los tratados comerciales atestiguamos cómo la infraestructura carretera y de cruces fronterizos ha quedado desfasada y, conforme el comercio internacional crece, dicho desfase aumenta.

Tal escenario dibuja una realidad que convoca a la definición e implementación de soluciones: resulta urgente establecer como prioridad la puesta al día de la infraestructura carretera, sobre todo entre el centro y la región fronteriza del país.

No basta solamente con destinar recursos al mantenimiento de las vías existentes, sino que resulta imprescindible ampliarlas y construir nuevas. ¿Cuántas? Al menos las suficientes para revertir el problema de congestionamiento que padecemos actualmente.

Valdrá la pena en este sentido que el nuevo Gobierno de la República, que a partir del 1 de octubre encabezará Claudia Sheinbaum, asuma el diagnóstico sobre la realidad carretera del país como un reto e integre las necesidades de dicho sector a las prioridades de su plan de gobierno.

La ecuación es simple: la expansión del comercio internacional es un fenómeno que a todos interesa porque ello implica crecimiento económico para el país, lo cual se traduce en mayores ingresos tributarios y, en última instancia, en una mayor capacidad del Gobierno para atender las necesidades de la población.

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Paralelamente, el citado crecimiento produce un incremento en el número de vehículos de carga que circulan por las carreteras y ello deriva en congestionamientos y caos vial cuando ocurren accidentes.

La solución es, claramente, destinar mayores recursos a mejorar la infraestructura de comunicaciones. Y se trata, a no dudarlo, de una decisión que es necesario adoptar e instrumentar de inmediato.