Saltillo: Diagnóstico participativo de la Calle Juárez. Redescubriendo nuestras calles
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En las últimas dos colaboraciones en este espacio he referido actividades desarrolladas en el marco de la Semana de la Movilidad. En esta ocasión abordaré la última de las tres con las que participamos, que es una de las que estimo más ricas en su potencial de impacto y sensibilización sobre el espacio público.
Me refiero a la actividad consistente en el Diagnóstico Participativo de la Calle Juárez. El Diagnóstico Participativo de Calles del Centro Histórico de Saltillo es un ejercicio de análisis colaborativo, cuyo objetivo es conocer y evaluar en sitio la infraestructura peatonal del centro histórico de la ciudad.
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Esta iniciativa fue propuesta por el Consejo para la Planeación Estratégica de Largo Plazo de la Región Sureste del Estado de Coahuila, en coordinación con el Consejo Ciudadano de Convivencia y Movilidad Sustentable de Saltillo, y la Representación Estatal en Coahuila de la Asociación Mexicana de Urbanistas.
El propósito principal de este diagnóstico es hacer visible para la ciudadanía la necesidad de regresar al peatón su papel como actor central en el espacio público, reconociendo que la movilidad peatonal constituye la forma más básica y esencial de desplazamiento urbano.
Para ello partimos de la convicción de que la movilidad peatonal no debe enfrentar obstáculos innecesarios en el espacio caminable, más allá de las propias limitaciones físicas humanas. Incluso para quienes tienen alguna limitación, debe contarse con las facilidades necesarias para un desplazamiento cómodo y seguro.
Es por ello que la infraestructura peatonal debe estar diseñada libre de barreras, con elementos que promuevan la seguridad y comodidad de transeúntes, como lo son las rampas de accesibilidad, las guías podotáctiles y los cruces peatonales seguros.
Sin embargo, es frecuente que las decisiones sobre el diseño de los espacios de desplazamiento peatonal se tomen haciendo énfasis en su condición estética, omitiendo considerar la experiencia práctica de las personas usuarias, lo cual resulta en banquetas que no cuentan con una accesibilidad plena.
En este sentido, el ejercicio busca hacer notar que la responsabilidad del diseño, construcción y mantenimiento de las banquetas no recae únicamente en la administración pública, sino que es una responsabilidad compartida entre las personas usuarias, las propietarias de los inmuebles y quienes participan en el gobierno local.
Esta noción de corresponsabilidad precisa de la colaboración permanente y efectiva entre la sociedad y las autoridades administrativas para generar espacios peatonales más inclusivos y funcionales. Es por ello que la sensibilización de actores públicos y privados sobre la importancia de las banquetas es uno de los principales objetivos del ejercicio.
Para lograr los propósitos planteados se diseñó una metodología propia que permite realizar un análisis multicriterio de caminabilidad en banquetas propias de segmentos viales específicos, que resulten representativos por los elementos culturales, sociales, arquitectónicos, históricos o comerciales con los que cuentan.
Para su ejecución, se hace una invitación amplia a la ciudadanía y a las autoridades a recorrer las aceras de los segmentos seleccionados para evaluar en primera persona las condiciones físicas de las banquetas, su accesibilidad, la seguridad en los desplazamientos y la funcionalidad desde la perspectiva de la diversidad de personas usuarias que pueden transitar por ellas.
La relevancia histórica, cultural y económica del Centro Histórico, así como su importancia en materia de movilidad peatonal y de conexión con otras formas de movilidad, presentan condiciones inmejorables para que quienes participen en el ejercicio descubran aspectos de la ciudad que frecuentemente les pasan desapercibidos.
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Es por ello que el ejercicio de diagnóstico participativo no está diseñado para terminar con el mero dictamen técnico de condiciones de las banquetas, sino que busca generar un involucramiento permanente de la comunidad y de las autoridades en el mejoramiento de este espacio de transición entre el entorno privado y el público.
La experiencia brinda a las personas participantes una sólida noción de las condiciones de caminabilidad en nuestras banquetas, lo que constituye el primer paso para planear acciones tendientes a la mejora integral de la infraestructura peatonal con accesibilidad universal.
Con acciones como estas, podremos comenzar a construir un espacio público más justo, accesible y seguro para un futuro posible.
jruiz@imaginemoscs.org