Saltillo: Ferretería Sieber

Se fundó en 1883, pero llevaba entonces el nombre ‘Porth y Sieber’. Fue dos años después, en 1885, cuando nació con la razón social del que quedó como su propietario: ‘Clemente Sieber y Cía.’
Pocas instituciones en Saltillo son tan antiguas como la Ferretería Sieber. El establecimiento se fundó en 1883, pero llevaba entonces el nombre “Porth y Sieber”. Fue dos años después, en 1885, cuando nació con la razón social del que quedó como su propietario: “Clemente Sieber y Cía”. Se estableció en la calle de Zaragoza, calle que anteriormente, cuando la fundación de ese negocio, se llamaba del Comercio.
Don Clemente Sieber murió en 1924. Su nombre, sin embargo, quedó indisolublemente unido al de la casa que fundó. En 1935 se impuso a la negociación el nombre que luego llevaría: Ferretería Sieber, S.A.
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Igualmente unido a la ferretería está el nombre de un saltillense que hasta su muerte le entregó todos sus esfuerzos y su afán. Don Eduardo Suess fue ese saltillense. Podía ponerse el reloj cuando pasaba don Eduardo rumbo a la ferretería, así era de puntual en el cumplimiento de su diaria labor. A él le tocó dirigir ese comercio durante más de cincuenta años, aunque ya desde antes trabajaba en él. Recordaba vívidamente don Lalo el formidable incendio que en 1914 acabó casi hasta sus cimientos con el edificio de la ferretería, de tal manera que el techo se derrumbó y sólo quedaron en pie las paredes del frente, que hubieron de ser derruidas para construir la nueva edificación.
Con mucha cortesía −y con mucha razón− corregía don Lalo Suess a quienes al referirse a su negocio decían “la Ferretera Sieber”.
-Cuando usted va a comprar pan −señalaba− no dice que va a la panadera, sino a la panadería.
En igual forma, enseñaba don Eduardo, no debe decirse “ferretera”, sino “ferretería”. La enseñanza no era de puro carácter didáctico, sino encubría una velada crítica al negocio competidor de la Sieber, que era la Ferretera del Norte, en la esquina de Zaragoza y Ocampo, que luego cedió su edificio a otro negocio. Aun así la afirmación de don Eduardo estaba fincada en la razón: nos dice el diccionario que ferretería es un comercio de hierro y el conjunto de objetos que en él se venden; ferretera, en cambio, es la mujer del ferretero, que es el tendero de una ferretería.
Al hablar de la Ferretería Sieber debe rendirse homenaje a todos aquellos que con su esfuerzo y su dedicación han hecho posible a lo largo de tantos años la existencia de una casa de comercio que ha hecho bien a nuestra ciudad.