Saltillo, una ciudad en crecimiento que demanda una mayor atención

Tomando la vía del Periférico, de norte a sur, y siendo un día claro, es posible disfrutar de la vista de la majestuosa sierra de Zapalinamé. De esa sierra, de la que se han enamorado los habitantes de siempre de esta población y sus visitantes, muchísimos de los cuales han decidido quedarse a vivir a Saltillo, se provee de agua la ciudad.

De la misma sierra madre oriental, hacia el cañón de San Lorenzo se iban las familias de visita para pasar el domingo, y a la Siberia jóvenes pertenecientes a los grupos scouts.

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Hoy la sierra, desde lo alto de las avenidas del Periférico, se ve horadada en sus faldas. Han dejado subir las casas y se planean muchas más.

Lo mismo ha ocurrido en las faldas del cerro del Pueblo y en la del cerro de Las Galeras. Hay un crecimiento desbordado y sin planificación en la periferia, y lugares que hasta hace muy pocos años han sido objeto de una escasa vista de las autoridades.

Pero la situación del crecimiento de Saltillo, en sitios donde la basura se acumula, como en estas colonias hacia el poniente de la ciudad, y donde la inseguridad inquieta, hace pensar en la necesidad de cómo organizar la llegada de mejoras en esas colonias.

La promoción económica para que aquí se asienten más empresas debe ir aparejada con una oferta de ciudad con más empaque, que vaya desde el mejoramiento de las colonias pobres hasta lo que se pretenda instaurar como colonias potencialmente habitables.

Asimismo, la demanda de agua será cada vez más fuerte. ¿Se está considerando este aspecto? Si Zapalinamé deja de ser el surtidor, que hacia allá va de acuerdo con las más recientes informaciones, ¿cómo se planea una ciudad habitable que disponga de ella?

Además del mejoramiento de las vías, de la certidumbre en el tema del agua, de la seguridad en las calles, es indispensable tomar en cuenta la mejora del transporte público, la vigilancia del buen funcionamiento de los autos particulares, mediante sistemas de verificación vehicular y el trabajo continuo y corresponsable en el destino de la basura.

Hace poco, un académico de la Ciudad de México expresaba que a sus estudiantes les decía, en este último tema, que al desecharse una bolsa en la calle de la capital, iría a dar como basura a cualquier playa del país.

Y es que vivimos en realidad sobre vasos comunicantes, y lo que hacemos de manera responsable o no, repercute necesariamente en el medio ambiente general en el que estamos insertos.

La ciudad necesita de todos para poder funcionar bien. Una ciudad que tenga certezas en materia de agua, de vigilancia, de salud, de seguridad. Mientras se siga autorizando una expansión y un crecimiento desmedidos, los problemas estarán latentes, pero surgirán en cualquier momento tarde o temprano.

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UN SENTIDO RECUERDO

A nuestro querido maestro Javier Villarreal Lozano, quien partió exactamente hace tres años, el 24 de octubre de 2020. Nos deja el recuerdo de un ser humano completo de una generosidad incondicional. Un hombre que antes de juzgar, comprendía. Un catedrático que animaba su clase con un ejemplo ético a toda prueba, querido y admirado por todos sus estudiantes hasta el último día de clases y que ha trascendido en su enseñanza. Historiador, periodista, un funcionario público que leyó los tiempos de los cambios con inteligencia y sensibilidad. Cálido y afectuoso con su familia y sus amigos.

Lo extrañamos siempre. Inolvidable para siempre su voz y su presencia, su gran sentido del humor, su gentil manera de estar en el mundo.