Sencilla oración del periodista

Opinión
/ 20 julio 2023
true

Antes de comenzar a escribir miro cada día una pequeña estampa que tengo sobre mi mesa de trabajo. En esa hojita está la oración llamada “de San Francisco, pues se atribuye al santo de Asís. Ya no la leo, pues la sé de memoria, pero la veo para recordarla, porque en ella se encierra todo un tratado para ejercer bien la tarea de periodista. Aquél que siga sus dictados no errará jamás en el desempeño de su oficio. Y yo no quiero errar, aunque frecuentemente caiga en yerro.

Voy a poner aquí esa oración. La pondré primero en italiano, porque así la escribió quien la compuso, y así se le ha atribuido al Poverello. En seguida la pondré en español, pues así es como digo su primera frase cuando empiezo mi labor cotidiana.

TE PUEDE INTERESAR: Un poeta de Lagos. Otro

Preghiera semplice.
Oh, Signore: fa di me un istrumento della tua pace.
Dove é odio, fa ch’ io porti l’ amore.
Dove é offesa, ch’ io porti il perdono.
Dove é discordia, ch’ io porti l’ unione.
Dove é dubbio, ch’ io porti la fede.
Dove é errore, ch’ io porti la veritá.
Dove é disperazione, chi’ io porti la speranza.
Dove é tristezza, ch’ io porti la gioia.
Dove sono le tenebre, ch’ io porti la luce.

*

Oh divino maestro: fa ch’ io non cerchi tanto
ad essere consolato, quanto a consolare;
ad essere compreso, quanto a comprendere;
ad essere amato, quanto ad amare.
Poiché si é dando che si riceve,
perdonando che si é perdonati,
e morendo in te che si risuscita a vita eterna...

TE PUEDE INTERESAR: Estampas de ayer: anécdotas de hombres ingeniosos

Esta es mi traducción:

Oración sencilla.
Oh, Señor: haz de mí un instrumento de tu paz.
Donde haya odio lleve yo amor.
Donde haya ofensa, perdón.
Donde haya discordia, unión.
Donde haya duda, fe.
Donde haya error, verdad.
Donde haya desesperación, esperanza.
Donde haya tristeza, alegría.
Donde haya sombras, luz.

*

Oh divino maestro: haz que no busque yo
ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, sino amar.
Porque dando es como recibimos,
perdonando es como tú nos perdonas,
y muriendo en ti es como nacemos a la vida eterna.

¡Cómo quisiera yo vivir esa oración, no nada más decirla!

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM