Sinsentidos del crecimiento en la región Sureste de Coahuila

Opinión
/ 19 julio 2023
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Mucho cuidado con lo que deseamos y festejamos.

Retomo la portada de VANGUARDIA del pasado 8 de julio que anuncia en su encabezado: “Aumentan permisos para extraer agua”. Los subtítulos rezan: “Pese a baja disponibilidad en el estado”, “Trabaja acuífero de Ramos Arizpe con déficit en los últimos años”, “El año pasado Conagua otorgó 35 permisos en la región”. “La mayoría de las licencias avaladas en la entidad son para uso agrícola”.

La propia Conagua ha informado y repetido, desde hace décadas, que los acuíferos de la región Sureste de Coahuila (municipios de Parras, General Cepeda, Arteaga, Saltillo y Ramos Arizpe) padecen una muy grave sobreexplotación del orden de varias decenas de millones de metros cúbicos al año (un metro cúbico equivale a mil litros).

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En la región Sureste no existen ríos ni cuerpos de agua, la totalidad del abasto depende por completo de las reservas subterráneas de agua y estas, a su vez, dependen por entero de la recarga que reciban de la lluvia. Como todos saben, la región es semiárida y las lluvias suelen ser escasas, y cada año lo son más. Sobreexplotar los acuíferos es una grave irresponsabilidad que pone en riesgo el presente y especialmente el futuro de la región. Están sacando de la cuenta bancaria mucho más de lo que ingresa con consecuencias mucho más graves.

En este contexto llegan declaraciones del secretario de Desarrollo Económico del Estado, Claudio Bres, quien triunfalmente informa que cada semana llegan a Coahuila mil 500 trabajadores con sus familias. Esta cifra oculta otra realidad no menos trágica y dolorosa: la migración campo-ciudad.

Los políticos de todos los partidos y empresarios padecen un insaciable apetito de ganancias en el corto plazo. Los trabajadores, a su vez, migran impulsados por la necesidad de trabajo; unos y otros llegan a Coahuila, atraídos por el nearshoring, en una imparable oleada de empresas estadounidenses y chinas que llegan como consecuencia del pleito geopolítico que enfrenta a Estados Unidos y a China. Es el capitalismo extremo y sin control, al que le urge un Estado rector que limite las ambiciones de unos y de otros anteponiendo siempre el bien común de la sociedad, por encima del beneficio particular de unos cuantos. La historia está llena de ejemplos que llevaron a injusticias graves por la ausencia del Estado rector en la economía.

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Lo dicho en torno al agua se repite en la creciente demanda de energía con una oferta limitada. Tampoco ayuda el precario estado en que se encuentran las vialidades en el Estado, ni el pésimo transporte público en todas las ciudades de Coahuila. ¿En qué cabeza cabe aumentar la presión de una demanda imparable a esta realidad? ¿Acaso tienen una estrategia? ¿O sólo se trata de comer y beber sin parar, que de las consecuencias luego nos preocuparemos?

Aceptando sin conceder que la ruta actual sea intocable, tenemos, por un lado, el problema de la escasez de servicios públicos básicos y, por el otro, el impacto del arribo de empresas y trabajadores a una región que ya está al límite. No se pueden tener las dos cosas. No se puede recibir a todos, familias, trabajadores y empresas, y atender con una mínima calidad las necesidades de los coahuilenses que ya están aquí y los que están por llegar.

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La borrachera ya arrancó, algunos se enriquecerán a manos llenas. El Gobierno ya aplaude la “abundancia” que le tocará administrar. Los planes y estrategia son lo de menos, si los hay, nadie los conoce. Luego no nos quejemos de la profundización de las desigualdades, el recrudecimiento de los problemas de convivencia social, seguridad pública, saneamiento, salud y servicio públicos.

@chuyramirezr

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