Síntomas de una nueva censura política en México

Opinión
/ 30 junio 2025

En una democracia como la nuestra, que se robustece con el escrutinio al poder, es peligroso que desde el oficialismo se amordace a la crítica

Hace casi exactamente 52 años, el 25 de junio de 1973, el genial historietista Joaquín Salvador Lavado Tejón “Quino” se despidió de su más conocida invención: Mafalda, una niña entrañable, cuya mordaz crítica de la realidad social y política impactó al mundo entero. Dentro de su pandilla se encontraban distintos personajes que reflejaban una parte de la idiosincrasia humana. La última amiga en unirse a su club fue Libertad, la más politizada del grupo y quien tenía una fuerte vocación por la justicia social.

Libertad era una diminuta niña, tan minúscula que Guille —el hermano pequeño de Mafalda y quien también era menor en edad que Libertad— la superaba en altura. Su madre era una traductora de libros del francés, incluso se mencionó en una tira que un pollo que merendó su familia se lo “debían” a Jean-Paul Sartre. La inclusión de Libertad como personaje, su nombre, su estatura y su origen familiar, no fue una mera casualidad creativa, tiene un propósito crítico: en la Argentina del siglo 20, distintos regímenes políticos menoscabaron la “Libertad” hasta disminuirla casi a la inexistencia; asimismo, la conciencia política del personaje y ser hija de una traductora de grandes filósofos, expresan la relación de la libertad con el pensamiento, la expresión de ideas y el compromiso político.

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La crítica de Quino a la libertad no era exclusiva para el contexto argentino, también puede extrapolarse a otros países de Latinoamérica y del mundo, incluido al México de los setenta y ochenta del siglo pasado. Vale la pena recordar los intentos de silenciar al periodismo por parte de Luis Echeverría, que culminaron en el golpe al Excélsior de Julio Scherer y la posterior creación de Proceso, así como la infame frase de López Portillo: “No pago para que me peguen”, en referencia al uso de publicidad gubernamental como método coercitivo contra los medios de comunicación.

Hoy día, sin tratarse aún de un régimen autoritario, en México pareciera que regresan los síntomas de la censura desde el oficialismo. Recientemente, ubico al menos siete intentos de silenciar a quienes critican libremente al poder.

1) La incorporación del delito de “ciberasedio” en el artículo 480 del Código Penal de Puebla; 2) la vinculación a proceso del periodista Jorge Luis González —de 71 años— por presuntamente “incitar el odio” en contra de la gobernadora Layda Sansores; 3) el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que sentenció a la ciudadana Karla Estrella a pedir perdón durante 30 días a la diputada Karina Barrera (PT), por sugerir en un tweet que Barrera únicamente obtuvo el cargo por ser la esposa del diputado Sergio Gutiérrez Luna (Morena), quien a su vez es el presidente de la Cámara de Diputados.

4) Las medidas cautelares del Tribunal Electoral de Tamaulipas en contra del periodista Héctor de Mauleón por publicar en su columna la presunta relación con el huachicol de la entonces candidata a magistrada local, Tania Contreras; 5) las medidas cautelares del INE para eliminar contenido del periodista Álvaro Delgado, quien señaló que Magda Zulema Mosri, entonces candidata a ministra de la Suprema Corte (SCJN), es esposa del general Macedo de la Concha, extitular de la Procuraduría General de la República en el sexenio de Vicente Fox.

6) El proceso abierto por el TEPJF en contra de la actriz Laisha Wilkins por burlarse en un tweet del mote “Dora la censuradora”, en referencia a la entonces candidata a ministra de la SCJN, Dora Alicia Martínez Valero, y 7) el proceso ya desechado por el INE en contra del joven abogado Miguel Meza, por informar sobre las denuncias de acoso sexual en contra de Luis Castañeda, entonces candidato a juez laboral.

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Voltaire, campeón de la tolerancia ideológica y defensor de la libertad de expresión, en su “Diccionario Filosófico” asestó contra los censores: “los tiranos del pensamiento son los que han causado gran parte de las desgracias del mundo”. En una democracia como la nuestra, que se robustece con el escrutinio al poder, es peligroso que desde el oficialismo se amordace a la crítica. En todo caso, si un periodista o cualquier ciudadano está mal informando, debe desmentirse con aclaraciones veraces y no con sentencias judiciales que intimiden e inhiban a las voces que buscan un mejor país.

Protejamos y nutramos a aquella pequeña Libertad de Quino para que madure y se fortalezca.

X: @areopago480

Correo electrónico: areopago480@gmail.com

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