Té con fe y con sobremesa

-¿CUÁNDO VALORAMOS ALGO?

-Cuando tomamos conciencia de una realidad, por información suficiente y objetiva.

Advertimos las características esenciales de su ser. Captamos lo constitutivo y lo manifestativo.

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Descubrimos su potencia, su utilidad, sus capacidades, sus cualidades específicas y peculiares.

Abrimos el abanico de su utilidad en diferentes niveles y ambientes del dinamismo existencial comunitario.

Definimos, como un bien, su presencia y su proyección.

-¿CUÁNDO CONFIRMAMOS QUE ALGO TIENE DIGNIDAD?

-Cuando valoramos su origen, su procedencia de la sabiduría del poder y del amor divino.

Cuando valoramos la excelencia de su constitución y los frutos de su manifestación.

Cuando entendemos -como respetable- la perfección de su estructura y la nobleza de sus funciones.

Cuando nos es revelada su misión de bien común y el misterio de su trascendencia hacia una plenitud eterna.

-¿QUÉ RELACIÓN TIENE LA VALORACIÓN DE LA DIGNIDAD HUMANA PARA LOGRAR VIVIR EN FRATERNIDAD?

-Cuando se alcanza esa valoración, aparece una actitud de admiración, de respeto, de aceptación, no tanto de la conducta sino de la persona misma.

La valoración pasa de actitudes a acciones y se convierte en un aprendizaje de vida auténtica y solidaria, por poner atención al mismo origen dignificador, propio y ajeno.

Se define esa procedencia como paternidad común, lo cual genera una condición de fraternidad.

-¿VALORANDO LA DIGNIDAD PROPIA Y LA AJENA, APRENDEMOS A VIVIR EN FRATERNIDAD?

Sí, valorando la dignidad propia y la ajena, aprendemos a vivir en fraternidad.

Tú tienes la dignidad humana que yo tengo.

Valorándome y valorándote, aprendo a vivir contigo y con todos en fraternidad.

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Una fraternidad que no ve solo el hacer acertado o desacertado sino, principalmente, el ser siempre digno,

¿Y SI COMETO UN CRIMEN?

Eres mi hermano y todo lo que es un bien para mí, quiero que lo sea para ti.

Si cometes un crimen, tendrás que someterte al juicio que corresponda y recibir la sanción justa. Eres un diamante en un charco.

Estás manchado; pero sigues siendo un diamante, con el mismo valor esencial que tú mismo ignoraste, olvidaste o despreciaste.

Tu única tarea existencial será que tu vergüenza te lleve a un propósito de victoria interior y rectificación. Así podrás ser perdonado por tu Creador y los ofendidos y también perdonarte, para tú siempre, también perdonar. Al dar esos pasos volverás a elevar tu hacer al nivel, superior en dignidad, que tiene tu ser.

LO AUTOMOTRIZ Y LA CERCANÍA

No son inseparables.

Para eso está la velocidad de transportación aérea o marítima. Para eso está la vinculación con Europa, Asia y África y hasta con Australia.

Y sí, en China, está lográndose, en pequeño, la transportación por enlace cuántico, llegará un momento en que no importe la lejanía. Todo será proximidad y llegada inmediata... ¡Ja!...