Toma tu voto... la venganza
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El mecanismo, por el cual se aplicará una reforma que carece de valor jurídico y mucho menos ético, nació viciado por el hecho de que ningún ciudadano o cámara de representación civil tuvo voz y voto en la selección de candidatos
Ya todo está listo para consumir la venganza de López Obrador contra el Poder Judicial. Si bien es cierto, este personaje fue proclive a burlar la ley y a las instituciones, nunca nos imaginamos que la continuidad del proyecto de la “izquierda de relumbrón” se atrevería a impulsar las elecciones de manera tan rápida y con tantos y burdos tropiezos.
Desde que López Obrador era azuzador profesional, su actuación estuvo siempre en contra de la ley y de las autoridades: las tomas de campos petroleros y las protestas en Tabasco. Además, su campaña a la gubernatura de esa entidad estuvo plagada de la comisión de delitos por los cuales no se le siguió causa. Posteriormente, ya como jefe de Gobierno de Ciudad de México, al violar un amparo, fue condenado a la destitución de su cargo, como dictaba la ley. Sin embargo, el presidente Fox no lo quiso convertir en víctima y le perdonaron el desafuero.
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En 2006 su lucha fue contra el Tribunal Electoral y mandó, literalmente, al carajo a las instituciones. Pero ya instalado en el poder presidencial, sólo le restaba esperar a tener más poder para castigar a ministros y jueces.
Después de los reveses que sufrió frente a la Suprema Corte, a saber: construcción del Tren Maya, atribuciones al SAT para irrumpir domicilios, la Guardia Nacional, y de amenazar a la Corte para que no le vinieran con “el cuento de que la ley es la ley”, la afrenta que desató la reforma en fast track fue originada por la postura valiente de la ministra Norma Piña, de no ceder ante las presiones evidentes. Y ya llegamos a este tramo.
El mecanismo, por el cual se aplicará una reforma que carece de valor jurídico y mucho menos ético, nació viciado por el hecho de que ningún ciudadano o cámara de representación civil tuvo voz y voto en la selección de candidatos de un poder que debe considerarse un contrapeso, ya que se trata de aquel que interpreta la ley y su aplicación al caso concreto. Por lo que los candidatos fueron impuestos por los poderes Ejecutivo y Legislativo, amén de los que repiten en el cargo que, por principio ideológico surgido de nuestra Revolución, no deberían admitir la reelección, sobre todo por el tiempo de duración en el cargo.
Después vino el proceso de selección mediante una chunga llamada tómbola y el espectáculo ridículo en el Senado de dejar a la suerte el futuro de la justicia del país. Al decir de Camus: “Empezaron a dejar todo al azar, y el azar nunca ha tenido compasión por nadie”.
Posteriormente, y al notar lo complicado que sería votar al mismo tiempo por ministros, magistrados, jueces federales, magistrados locales y jueces locales, y que las huestes de Morena no son muy avezadas para eso de poner más de una tacha y tener que elegir a más de 30 personas sin equivocarse, se dieron a la tarea de aleccionar a las hordas del bienestar, de esos de a 50 pesos por día (que es lo que reciben cada dos meses), mediante unos acordeones repartidos por la autoridad. ¡Haya cosa!
Aún falta que aparezcan el día de la elección los operativos que les enseñó el PRI, los cuales los morenos perfeccionaron, como el ratón loco, el carrusel, la urna embarazada, el acarreo, la compra de voto, la foto a la boleta y, ahora, agregue el acordeón con los nombres... no vaya a ser que se les vaya a olvidar y con qué cuentas salen.
Morena presume tener 8 millones de miembros activos que, se supone, deberá ser el mínimo de votantes de la elección para que un ministro, magistrado o juez sea electo. Entonces veremos qué tan efectivo fue su método.
Por otra parte, está el dilema de ir a votar o no para los ciudadanos de a pie como usted y este charro de levita, porque ante el panorama electoral en el cual no se contarán los votos en las casillas ni se eliminarán las boletas sobrantes, sino que se contarán en el INE pasados los días, habrá incertidumbre sobre cómo será tratado tu voto.
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Si es que acudirá a votar, prepárese por el tiempo que le llevará hacerlo. Y si me permite la sugerencia de votar, que sea por los candidatos que fueron filtrados, es decir, los del cuadro de PJ. Ahora, si me permite otra sugerencia: para ministros (boleta morada) prefiera a los coahuilenses: número 19, Dora Alicia Martínez, y número 42, Raymundo Espinoza; abogadas con experiencia: la 20, Marisela Morales, o la 01, Olivia Aguirre. Para magistrado de Circuito Laboral, al saltillense Ricardo Martínez Ortegón, 23 de la boleta rosa, también coahuilense.
Con los magistrados y jueces locales, incluyendo a los juececillos balaceras, la fórmula que utilizaré será otra, y fue la que me enseñó don Adrián Rodríguez: colocarte en la mesa de votación, elevar tu mano derecha, doblar todos los dedos a excepción del índice y decir: ¡TOMA TU VOTO!