Torreón se resignifica

Opinión
/ 23 marzo 2025

Mi bisabuela paterna Romana Cortinas Cortinas, nacida en Parral, Chihuahua, y posteriormente avecindada en su niñez y juventud en Viesca y en la Villa de Torreón, hasta que casó y fue a radicar a Parras de la Fuente, Coahuila; tuvo que haber vivido las vicisitudes que enfrentaron las mujeres en los tiempos de la Revolución Mexicana.

Es de lo más interesante la manera en que una región en la que se localizan las ciudades antes mencionadas experimentó una migración interna en un México que se convulsionaba por lo que representó una guerra civil, que por cierto parecería que se está repitiendo en la actualidad a merced de las externalidades negativas que sufrimos los mexicanos originadas por la delincuencia organizada.

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María Magdalena Briones Navarro, descendiente de la aristocracia de Parras de la Fuente y de una de las familias más pudientes de Durango, supo cuando niña de la masacre de chinos en Torreón en 1911, en donde ella radicó desde 1928 cuando contaba con dos años. Quizá su sensibilidad social y descontento por el trato desigual hacia las mujeres se despertó tempranamente cuando al pretender llevar estudios de medicina no se le permitió. En paralelo al cursar sus estudios de preparatoria desarrolló sus habilidades para la danza española. Algo que la salvó y potenció.

Ya casada en España con Arnold Taylor, inglés de procedencia argentina, Magda empezó a amar el arte pictórico ya que su esposo era pintor y escultor. Fue musa del que fue su gran amor iniciándose su gusto por la pintura. El día de ayer en el Instituto Municipal de Cultura y Educación de Torreón se inauguró la exposición pictórica PAISAJE VIVO, Pintura de la Maestra Magdalena Briones que estará abierta al público hasta el 30 de mayo. Es algo que me emociona porque efectivamente la obra de doña Magda contiene pinceladas que glorifican el paisaje lagunero con su belleza sencilla y única. En un montaje espléndido se hace justicia del talento artístico de una mujer que reto su propio estatus quo creando una personalidad propia en el activismo medioambiental.

Fue la primera directora de cultura de Torreón y también la primera directora de la que fue la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Coahuila, y que ahora ya es una facultad universitaria.

Sostengo que seres humanos con procesos de pensamiento perfilados hacia el bien común y que llegan a ser líderes de opinión de grandes comunidades despliegan su ser íntimo a través de expresiones artísticas. En este caso es notoria la contemplación de una mujer que defendió el derecho de agua potable para la ciudadanía lagunera al punto de llegar a ser denostada por intereses gubernamentales y privados; situación que nunca le importó.

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Celebro que un funcionario de la talla personal de Antonio Méndez Vigatá haya pensado en mostrar por primera vez la obra pictórica de una mujer cuyo legado está en espera de conformar un centro biocultural que mantenga vivos los propósitos ambientales en una región en la que es urgente una resignificación. Esta exposición sin duda es un preámbulo al próximo Encuentro Biocultural Magda Briones que se realizará en el mes de octubre.

Los laguneros son poderosos en su hacer, pero deben reforzar sus cimientos valorales y partir para ello de los ejemplos de sus mejores hombres y mujeres. El agua debe ser mejor administrada en esta región tan devastada y el arte por el planeta es un medio para la concienciación que debe considerarse como punto de apoyo para una verdadera resignificación.

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