Adair Vigil captura las huellas del sonido en la exposición ‘Human Chladni’
La serie gráfica y proceso experimental se puede visitar en el Museo de Artes Gráficas, donde el artista también continuará el proceso de producción ante el público
A finales del siglo 18 el padre de la acústica, Ernst Chaldni, diseño un experimento que permite “ver” el sonido, o al menos las vibraciones que lo producen. Estos patrones, para el artista visual Adair Vigil, también se pueden relacionar con “el papel del ser humano en el entorno acústico”.
“Human Chladni” es el nombre de la más reciente exploración y exposición del creador y también músico coahuilense. Se trata de una serie de grabados e impresiones que parten de las figuras Chladni realizadas con 7 frecuencias específicas sobre las placas de cobre.
“Todo suena, todo vibra, la tierra en este momento esta girando a miles de kilómetros por hora, el universo... ya los griegos hablaban de la música de las esferas, que a final de cuentas es el silencio. Lo que estoy haciendo es una investigación del sonido y cómo generar gráfica a partir de someter las placas a diferentes frecuencias, en este caso son 7 que las llamo las frecuencias solfeggio o frecuencias sagradas, que tienen que ver con fracciones armónicas, como la espiral dorada, la sección dorada aplicada a las frecuencias”, explicó durante la inauguración el pasado miércoles en el MAG.
“Después de casi 15 años de indagar en otras disciplinas y de todo el tiempo estar indagando en el arte sonoro, ahora se dio la oportunidad de regresar a la gráfica y estoy muy contento de volver y de compartirlo con ustedes”, agregó.
La muestra forma parte del programa “Residentes trabajando” de la Coordinación de Artes Visuales de la Secretaría de Cultura, como un esfuerzo para reactivar el taller de grabado Elena Huerta, acercar al público a la creación gráfica y “dinamizar su uso”. Fueron alrededor de 8 meses de trabajo en los que, con ayuda de Dul Patoni, también artista visual, Vigil fue refinando el proceso hasta encontrar uno que fuera capaz de plasmar su visión.
Sin embargo, los intentos y experimentos no fueron descartados y se suman a la exposición, desde el primer y más burdo ejercicio hasta las últimas placas que capturan las 7 frecuencias buscadas por el artista, utilizando varios elementos como agua y tinta, chaquiras, el óxido del propio metal y técnicas como el gofrado.
“Los proyectos, en mi experiencia como artista, no nacen ni mueren, van encontrando ramas, vetas que puedes ir explorando”, comentó para VANGUARDIA sobre su camino en la exploración de la acústica a través de las artes visuales, como lo hizo con su arpa de viento hecha de acero en el proyecto “1535ºC”.
“Ver las huellas del sonido es mágico, me reitera el hecho de que somos energía, somos vibración y lo que recibimos incide en nosotros así como lo que proyectamos hacia el exterior, es lo que significa”, agregó.
Adair estará realizando visitas guiadas durante el mes de exhibición, donde activará la pieza. Además, continuará su trabajo en el Taller Elena Huerta del MAG y el público podrá ver su proceso en vivo.
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Adair estará realizando visitas guiadas durante el mes de exhibición, donde activará la pieza. Además, continuará su trabajo en el Taller Elena Huerta del MAG y el público podrá ver su proceso en vivo.
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