Exploraciones con el textil regional, presenta su trabajo en Oniria

Hace un año la artista textil Laila Castillo expuso el trabajo de exploración que realizó con materiales regionales como el ixtle en la Alianza Frances, en donde conoció parte de sus propiedades para aplicarlas en su obra.

El pasado viernes concluyó este proyecto con la segunda edición de Fibra/Entraña en el restaurant-bar Oniria, con una serie de piezas —algunas nuevas, otras ya hechas— basadas en la misma inquietud por conocer qué se puede hacer con lo que hay en la zona.

Parte de la continuidad que le dio a esta experimentación fue la residencia de Garance Maurer, que concluyó en una exposición en el Museo de Artes Gráficas el verano pasado, donde tuvo la oportunidad de hacer expediciones a lugares del desierto cercano como Narihua.

Explicó que una de estas piezas se trata de un frottage de un petrograbado del sitio intervenido con bordado óptico “una especie de bordado que traza puntos muy largos haciendo efectos ópticos con el hilo como si fueran líneas”.

Esta exposición surgió con la intención de “indagar en las fibras de la región”, comentó para VANGUARDIA la artista, “porque está más como descubierto la utilización de fibras textiles en el sur del país y acá en el norte no, tal vez porque en cuestión de historia no ha habido tantos asentamientos en el sur. Y más allá del sarape yo quería saber cuáles eran las fibras más esenciales”.

Castillo buscó a ixtleros del ejido Pilar de Richardson, quienes le explicaron el proceso de extracción de este material entre otros datos que le permitieron utilizarlo en las piezas que estarán durante un mes en el recinto.

“En cada expedición me di cuenta que hay más allá de esas fibras, desde cómo subsiste esa planta en un ambiente tan árido”, expresó.

Señaló que, aunque aún hay muchos materiales con los que le gustaría trabajar siente que este proceso de exploración en torno al ixtle y las fibras ya terminó, mientras lleva a cabo su nuevo proyecto.