IMCS: Lo que deja y lo que se lleva de cara al cambio de administración
El equipo que llegue del Instituto Municipal de Cultura para el periodo 2022-2022 estará frente a la decisión de darle seguimiento, recuperar, o detener propuestas de anteriores periodos
La llegada de una nueva administración gubernamental siempre trae cambios, para bien o para mal. Estos, en las ocasiones más drásticas, implican un “borrón y cuenta nueva” sobre lo que se hizo en el periodo pasado, pero en el mejor de los casos conlleva la conservación de algunas de las propuestas y proyectos previos.
A partir del 1 de enero del 2022, el Gobierno Municipal de Saltillo estrenará dirigente, y José María Fraustro Siller, el nuevo alcalde, dará a conocer a quienes le acompañarán hasta el 2024 en su gabinete, incluida la nueva cabeza del Instituto Municipal de Cultura (IMCS).
Si bien las denuncias de acoso sexual y vejación contra su titular previo, Iván Márquez Morales, en 2020, así como su reciente detención en Monterrey por intento de homicidio, mancharon el final de la administración, que a su vez se caracterizó por la inconsistencia en la gestión, ejecución y presentación de sus proyectos, a lo largo de esta se llevaron a cabo propuestas —algunas originales y otras legadas del pasado— que podrían ser tomadas a consideración por el equipo entrante para darles seguimiento.
Entre estas se encuentran los premios nacionales, como la Bienal Nacional de Autorretrato Rubén Herrera, que comenzó en 2017 en el periodo del alcalde Isidro López Villarreal, y continuó por dos ediciones más. No obstante, también ha sido cuestionada por la irregularidad de su convocatoria y jurado, que resultó en una selección de ganadores y menciones honoríficas controversiales.
Aquí también destacan los Premios Nacionales de Dramaturgia y Ballet, que reconocen con hasta 100 mil pesos el trabajo artístico de creadores mexicanos de distintos niveles.
Otro de los proyectos que sobrevivió, aunque solo en nombre, de la administración 2014-2017, fue el de los murales “Almas con rostro”, que en un inicio estaba enfocado en darle visibilidad a figuras entrañables e importantes para las comunidades periféricas de la ciudad donde se realizaron, y pasó bajo la dirección de Márquez a ser más un proyecto de ilustración de celebridades del espectáculo mexicano, reconocibles y significativas para unas cuantas generaciones desde la nostalgia.
La Librería Acequia Madre, que incluía a la colección editorial del IMCS, es una iniciativa que desapareció en este último periodo y que muchos han pugnado para que sea restituida. Estos últimos años, en cambio, la producción editorial se enfocó en el trabajo del colectivo “Los relámpagos de Jorge” y los ejercicios dramatúrgicos tallereados por Medardo Treviño, entre otras publicaciones.
Al respecto de colecciones literarias, también se espera que la Universidad Carolina mantenga su palabra y regrese el acervo de libros de arte que estaban disponibles para consulta pública en el Centro Cultural Casa Purcell, y que Márquez donó de manera poco transparente a principios del 2021.
Si bien el equipo actual del IMCS planteó el retorno de la Pastorela de Coahuila como un proyecto de gran relevancia, desde su estreno en 2019 y su reposición al año siguiente, menguó la presencia de esta, al grado de que no se anunciaron funciones presenciales para 2021 o 2021.
Sin embargo, el instituto mantuvo a lo largo de estos años gran preocupación por crear productos de teatro musical de gran presupuesto, lo que, de continuar, podría hacer nuevamente prioritarios a este tipo de espectáculos en detrimento de otras áreas del arte y la cultura local.