Lleva la vida de la ‘fundadora de Torreón’ a la literatura
Con la novela ‘Monólogos desde el olvido’ la escritora y periodista Nancy Azpilcueta rescata la vida de María Luisa Agustina Ybarra Goribar, quien tuvo un papel destacado en la fundación de la ciudad lagunera
Conocida popularmente como la “viuda de Zuloaga”, María Luisa Agustina Ybarra Goribar fue una de las principales figuras que hicieron posible la fundación de Torreón, hace más de un siglo, pero al igual que otras mujeres de la antigüedad perdió el reconocimiento a su rol en este hecho histórico por ser considerada “la esposa de”.
Para hacer frente a esta injusticia histórica, la escritora y periodista Nancy Azpilcueta plasmó estos acontecimientos, en voz de su protagonista, en la novela “Monólogos desde el olvido”, editada por el Comité Editorial del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad Autónoma de Chapingo, y que se presentó el pasado martes en el Centro Cultural Vito Alessio Robles, con comentarios del historiador Carlos Recio Dávila.
“[Ella] nació en la Villa de Santiago de Saltillo el 24 de agosto de 1812 en plena Guerra de Independencia”, señaló la periodista durante su participación, “a los 22 años, ya un poco pasadita de edad, según las costumbres de entonces, se casó con Leonardo Zuloaga, un vasco casi recién llegado a México, con fortuna pero no tanta como la que tenía ella y a partir de ahí su destino cambió no solo a su propia vida sino a toda la región”.
“Ponerle cuerpo a este fantasma femenino no fue una labor fácil. Hubo que leer mucho, hurgar en un pasado lejano y encontrar testimonios de quienes oyeron a los que tenían los recuerdos más frescos, ubicarlos y tender un lazo y sobre todo escribir” agregó sobre la misión de rescatar el legado de este personaje.
Azpilcueta destacó que, aunque cuenta con más de tres décadas de experiencia en el periodismo, tanto como redactora y reportera como editora, al ser esta su primera novela debió comenzar a pulir las herramientas de la narrativa literaria a lo largo de los últimos cinco años, de manera que este fuera un producto de calidad y satisfactorio para ella.
“En vida y en muerte ha sido la sombra de su marido, Leonardo Zuloaga, a quien se le considera el fundador de Torreón [pero] yo creo que fue el sacrificio de Maria Luisa lo que contribuyó al nacimiento de la ciudad”, señaló, “perder a su marido y dos años después estar a punto de perder su patrimonio a causa del supuesto apoyo que dio a los imperialistas debió ser devastador. Sin embargo, nunca perdió el aplomo y se enfrentó a Juárez, hasta lograr recuperar su patrimonio, pero nunca recuperó la alegría”.
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Por su parte, Recio Dávila recalcó el valor de esta novela histórica, tanto por la recreación que hace del contexto del siglo XIX en el que se desarrolla como por su objetivo de rescate de la figura de María Luisa, sin mencionar el estilo ágil y directo con el que aborda la narración, que en su lectura relaciona con obras de autores mexicanos como Francisco Urquizo, Juan Rulfo y Carlos Fuentes.
“En la novela existe un acercamiento a la condición humana, una aproximación al conocimiento a las pretensiones, las ambiciones, las alegrías y los desencantos. En ese sentido el leer la novela de alguna manera me hizo recordar la intención de Balzac en su comedia humana que constituyó en sí el conjunto de sus obras que intentaban comprender los distintos personajes y actitudes existentes en la sociedad”, expresó en uno de los puntos de su presentación.
“La novela de Nancy Azpilcueta nos lleva a comprender más aspectos históricos y sociales de nuestra región sur de Coahuila, las acciones de los grandes personajes con sus ambiciones, sus debilidades y grandezas. Pero sobre todo nos lleva a pensar en una mujer hija de su tiempo, víctima de las circunstancias y de los giros de la vida los cuales pueden parecer predecibles, pero que muchas veces resultan insospechados”, concluyó.