Ralf König rinde tributo a Mary Shelley con un Frankenstein gay
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Ralf König, considerado el autor de cómics gay más famoso de Europa, recientemente publicó el libro “Frankenstein”, en el que homenajea a Mary Shelley.
König también es reconocido por ser el autor de “El condón asesino”, “Lisístrata” y “El hombre deseado”, en su más reciente libro editado por Ediciones Obelisco rinde un tributo a Mary Shelley con un Frankenstein gay.
En esta versión totalmente libre de la novela, el cómic es protagonizado por un científico que toma la decisión de escribir una carta a Mary Shelley después de leer la novela “Frankenstein o el moderno Prometeo” (1818).
En dicha epístola le narra su propia experiencia con experimentos para regresar a la vida a los muertos y cómo logró resucitar a un cadáver y hacerlo casi perfecto, de tal forma que le es difícil evitar enamorarse de su propia creación.
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Sin embargo, el infortunio perseguirá a este científico por atreverse a jugar a ser dios.
König, que es reconocido por sus realizar cómics paródicos que son protagonizados por homosexuales y que se basan en su propia vida o la de sus amigos, este cómic quizá sea el más serio del autos alemán, y que está dirigido a todo el públicos, no importando su orientación sexual.
En “Frankenstein” König además de tocar los temas de la novela de Shelley, como lo jugar a ser dios, así como la búsqueda del conocimiento, el amor y la belleza, añade otros como lo son la búsqueda de la identidad, la lucha contra nuestro propio cuerpo y el aceptarnos a nosotros mismos.
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Para narrar la historia, König modificó su estilo. Primero, eligió el pequeño formato, que es similar a una novela, con la intención de enfatizar el parecido del cómic con un libro. Dando como resultado tres viñetas por página, con lo que se hace que la lectura sea muy ágil.
En segundo lugar, lo que más sobresale en el cómic es la elección del verde como único color, aludiendo a la tonalidad del maquillaje de Boris Karloff en la icónica versión que fue dirigida por James Whale en 1931. Si bien la película es en blanco y negro, el famoso maquillaje de Jack Pierce, era de color verde grisáceo. Siendo este color verde el contribuye a que el cómic posee un aspecto anticuado, como el que tenía el Shelley cuando publicó la novela en 1818.
Con información de RTVE.