‘La Cenerentola’, entre ópera y feminismo
Este fin de semana la Camerata de Coahuila estrenó una versión contemporánea de ‘La Cenerentola’ de Rossini, con una propuesta escénica que actualiza los temas de este clásico de la ópera
Ramón Shade levantó la batuta y el Teatro Nazas calló. De la Camerata de Coahuila emanó la Obertura de la ópera “La Cenerentola” de Gioachino Rossini, que introdujo tras la subida del telón no un palacio de época, sino una mansión moderna, decadente, pero actual.
Así inició, el viernes 10 de junio, el estreno en Torreón de la ópera, que llegó con un tratamiento contemporáneo bajo la dirección musical de Shade y la dirección escénica de Mabel Garza Blackaller, como parte de un proyecto apoyado por EFIARTES, y que tendrá su segunda y última función este domingo 12 de junio, a las 18:00 horas, en el mismo recinto.
El montaje, que conservó íntegro el texto y la música de Rossini de 1817, basados a su vez en el cuento clásico de Charles Perrault, “La cenicienta”, del siglo XVIII, propuso desde la escena una lectura acorde a nuestro contexto, contrastando en particular el cliché de la huérfana sumisa con el de una mujer más capaz y que, aunque las circunstancias la detienen, su espíritu no se ha dejado derrotar.
Esta inteligente y trabajadora Cenicienta es interpretada por la mezzosoprano Guadalupe Paz, quien conoce bien el rol, pues no es su primera “Cenerentola”, pero para esta ocasión debió adoptar una postura más empoderada.
Paz lidera un elenco que incluye al tenor Efraín Corralejo, como el príncipe Ramiro, quien en esta versión es un empresario que desea encontrar a una esposa que lo quiera por su persona y no por su dinero. También participan los barítonos Josué Cerón, en el rol de Don Magnífico, el padrastro —en contraposición a la habitual villana— y Juan Carlos Heredia como Dandini, fiel camarada del príncipe.
Por otro lado, el bajo Arturo López interpreta a Alidoro, un consejero y “hado padrino”, y las sopranos Alejandra López-Fuentes, saltillense, y Élida Rocha, lagunera, dan vida a las hermanastras Clorinda y Tisbe, respectivamente.
La obra deleita con sus momentos cómicos, en especial las interacciones entre el Dandini de Heredia y el Don Magnífico de Cerón, sin mencionar cualquiera de las apariciones de las hermanastras de Lopez-Fuentes y Élida Rocha.
Asimismo, la escenografía, diseñada por Miguel Ángel Moya, mantiene una esencia arquitectónica contemporánea, y brilla principalmente en las escenas en la mansión de Don Magnífico, como un espacio lujoso, sí, pero que vio mejores épocas y que, como la familia que alberga, aspira a recuperar ese privilegio.
Aquí también vale la pena señalar el trabajo escultórico de Alejandro Fuentes Quezada, quien creó una pieza que sirve, a modo de monitor de computadora, en el que se proyectan los movimientos en la Bolsa de Valores de esta Cenicienta, gracias a los cuales aspira a poder superarse por sí misma.
El trabajo de iluminación de Gerardo Valdés Alejandro, así como el diseño de vestuario —con algunos guiños a la identidad lagunera— de Rosalinda Medellín tampoco dejan qué desear.
Pero donde la obra destaca es en lo musical. Desde el impecable trabajo de la Camerata de Coahuila, hasta el elenco, integrado por destacadas figuras de la ópera mexicana, pasando, por supuesto, por el trabajo del coro del Instituto de Música de Coahuila, dirigido por la maestra Luz Alicia Ávila e integrado por 16 voces masculinas, quienes formaron parte de la trama como su fueran los guaruras del príncipe.
“La Cenerentola” de Rossini, con la Camerata de Coahuila, tendrá una última función, este domingo 12 de junio a las 18:00 horas en el Teatro Nazas de Torreón. Los boletos se pueden conseguir en la taquilla del teatro y en la página de Newticket.