Nancy Cárdenas: La Cineteca aplaude a la norteña que aventó la primera piedra
Hay quienes afirman que la creadora y activista coahuilense Nancy Cárdenas fue la francotiradora de la lucha por los derechos LGBT+ en México. Pero la directora teatral, escritora y cineasta fue mucho más que eso, así la retrata un documental que ya fue ovacionado en la Cineteca Nacional y que sigue en cartelera en todo el país. Su directora, la también coahuilense Olivia Peregrino, habló en exclusiva con Vanguardia sobre un entrañable filme que ya fue premiado por dos festivales de cine
Hay una leyenda que dice que fue una mujer la que lanzó la primera piedra para defender los derechos de la comunidad gay en México. Su nombre era Nancy Cárdenas, una aguerrida norteña proveniente de Parras Coahuila, cuyo arrebato de valentía lo pudo llevar a cabo porque el camino de los derechos LGBT+ en el país aún estaba sin pavimentar.
Cuando Nancy gritó en televisión nacional que era Lesbiana, aún no se podía hablar de comunidad y la palabra gay aún no figuraba en el vocabulario. Así que ella creó el Frente de Liberación Homosexual en 1971 y le dio el banderazo a dos palabras que hoy tiene significado gracias a ella: Orgullo y visibilidad.
Pero en la obra y milagros de la Coahuilense, no sólo figura el que fue una valiente luchadora social secundada por Carlos Monsiváis, Luis González de Alba, Juan Jacobo Hernández y un nutrido grupo de intelectuales, activistas y creadores, sino también una directora teatral, productora, dramaturga, actriz y poeta que enamoraba a propios y extraños y hoy lo podemos constatar a través de un documental que toma por asalto a la Ciudad de México, a donde acuden a honrarla un club exclusivo de seguidores y una nueva generación que muere por conocer a esa mujer que sembró la semilla de un árbol que hoy cobija y da sombra a todas las letras del arcoíris.
Entrevistamos a Olivia Peregrino directora del documental "Querida Nancy".
— Cineteca Nacional (@CinetecaMexico) October 24, 2022
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‘Querida Nancy’ lleva por nombre el documental de Olivia Peregrino, una cineasta también nacida en Coahuila, que habló en exclusiva con Vanguardia sobre la creación de una obra que arrancó de manera independiente y que fue sumando voluntades y que hoy ve la luz, luego de cocinarse por cinco años a fuego lento. El filme tiene como eje central una carta enviada por Carlos Monsiváis a Cárdenas y muestra como fue pionera en montar obras de abierta temática homosexual como “Los Chicos de la Banda” y cómo la censura a sus puestas en escena no se hizo esperar, además organizó las primeras reuniones del colectivo feminista que tenía su casa como base central y marchó, junto a un pequeño colectivo cuando aún no se vislumbraba la marcha del orgullo LGBT+, por las calles de la ciudad en 1978 para defender a una comunidad que era encarcelada por el solo hecho de parecer homosexual o lesbiana. Además Nancy acudió a un programa de televisión a defender a un chico que fue corrido de un trabajo por el hecho de ser gay y aprovechó para asumirse lesbiana, convirtiéndose en la primera persona en hacerlo de manera pública en el país.
El documental, que hace un recorrido por todas las facetas de esta mujer renacentista, ya fue ovacionado en la Cineteca Nacional y se proyecta en pantallas gigantes a nivel nacional para que, a unos días de la celebración del Día de Muertos, todos acudamos al encuentro de una mujer que no se olvida y a la que jamás se le dejará de prender veladora.
Pero cómo fue que una fotógrafa, promotora cultural y artista visual, se interesó en sacar a la luz, el legado y la trayectoria de una mujer transgresora que marcó no sólo a su generación, sino que se ha convertido en la columna vertebral de la lucha por los derechos y libertades de una comunidad apaleada, en un país que registró el año pasado 179 homicidios de personas LGBT por motivos relacionados con su orientación sexual, identidad o expresión de género.
Olivia lo explica a través de su perfil profesional, el cual deja claro que ella y Nancy tarde o temprano tenían que encontrarse y caminar juntas de la mano, vaya, estaban hechas la una para la otra: “Soy una cineasta y fotógrafa documental interesada en representar visualmente los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTQ. El hecho de retratar a personas con la misma orientación sexual que yo es un tema que me toca de una manera muy profunda. Cuando yo era niña nunca tuve esa oportunidad de reconocerme en alguien más, ya fuera en los medios, la literatura o el cine. Debido a esta falta de visibilidad es que las personas LGBT siguen enfrentando rechazo y violencia por parte de la sociedad. Por eso como fotógrafa me dedicó a representar visualmente a mujeres y hombres gay, lesbianas y transgénero”.
En entrevista con esta casa editorial a unos días del estreno de su documental en La Cineteca Nacional y en cines comerciales en todo el país, la artista visual tiene claro cuándo fue la primera vez que escuchó el nombre de esta mujer torbellino que la inspiró y que también la hizo prometerse que se la “presentaría” a todo el mundo: “En algún momento, a finales de los noventas, cuando yo era muy joven, escuché un nombre que jamás me pude quitar de encima: Nancy Cárdenas. Todo se dio de manera natural porque empecé a colaborar con colectivos LGBT, además de que siempre me ha gustado leer, investigar, saber la historia de nuestro movimiento. Así fue como me enteré que ella había sido la pionera de la lucha por nuestros derechos. Además siempre me ha gustado organizar actividades culturales para la comunidad, como presentaciones de libros, conciertos, ciclos de cine, etcétera. Cuando yo ya estaba terminando mi carrera de Lenguajes Audiovisuales en Monterrey, organicé un festival cultural dedicado a Nancy Cárdenas y le puse de nombre ‘Festival de Arte Lésbico Nancy Cárdenas’ y pues hicimos una lectura de sus poesía, pasamos la película que ella dirigió, organizamos un concierto y junto a Bertha de la Maza de la librería Voces en Tinta, trajimos oferta literaria a los asistentes”.
El festival se realizó a principios del 2015 y fue durante el mes de marzo para conmemorar el aniversario luctuoso de Cárdenas, pero todo el esfuerzo y la suma de voluntades no fue suficiente, pues el encuentro tuvo poca convocatoria, algo que jamás desanimó a Olivia, sino que la hizo cambiar de estrategia y comenzó a hacer campaña por una mujer que se dio cuenta que, a pesar de su valía, era poco conocida en el país: “Muy poca gente acudió al llamado, incluso muy pocas personas de la comunidad LGBT. Ahí empecé a cuestionarme el porqué de la poca asistencia y entendí que no conocían a Nancy Cárdenas más allá de que obviamente sabían, que fue la pionera del movimiento LGBT en México, pero no sentían una cercanía o entendimiento personal de su figura. Entonces supe que la comunidad vemos a Nancy como una figura muy lejana, había cierta apatía, pero porque no tenemos una conexión emocional con ella. También me incluyo, yo no conocía esa faceta humana de Nancy, pues estaba enterada de lo que hizo como artista, los éxitos que tuvo como directora, pero no conocía nada de su vida personal: Qué hacía en su tiempo libre, qué le gustaba comer, dónde vivía, cómo y por qué murió, dónde estaba su tumba, qué música escuchaba, quiénes habían sido sus novias, o sea toda esa información no estaba disponible públicamente, incluso ahorita, después de estrenar el documental hay poca información de ella en internet. Así que de ahí nació mi curiosidad y dije ‘quiero conocer más de Nancy y quiero ayudar a llenar ese hueco que hay sobre su vida’ y ahí nació la idea de hacer esta película y colaborar a que la gente conozca quién fue esta gran mujer”.
Y qué fue eso que Olivia encontró en el camino, que cosas descubrió luego de echarse un clavado profundo en la biografía de una mujer multidisciplinaria que estaba interesada en todo lo que pasaba a su alrededor: “Estudié Lenguajes Audiovisuales en la Universidad Autónoma de Nuevo León y desde mis inicios como fotógrafa, la comunidad LGBT siempre ha sido el eje de mi obra personal y Nancy fue una figura fundamental para el activismo, pero ella trasciende eso, porque también incursionó en varios ámbitos. Ella dirigía y escribía teatro, era actriz, escribía poesía, era locutora, crítica y directora de cine y el hecho de que tuviera acceso a un micrófono, que pudiera hablar en radio, escribir en periódicos, en revistas, la hizo una mujer muy presente en el ámbito cultural, social y político en México. Entonces me atrevo a afirmar que hay un México antes y un México después de Nancy Cárdenas, porque ella se atrevió a hablar, escribir y tocar temas de los que no se hablaba. Era una época en que el entretenimiento más común eran escuchar radio o ir al teatro y ella estuvo muy presente en ambos”.
Hay quienes comparan a Cárdenas con la activista norteamericana Marsha P. Johnson, una chica trans que inició la lucha LGBT+ en Estados Unidos a partir de la famosa revuelta de Stonewall, pero Olivia tiene claro que son dos personajes hechos de distinta madera: “Yo creo que no podríamos comparar a dos mujeres que están viviendo situaciones y países distintos. Mientras en Estados Unidos había bares gays y había un político abiertamente homosexual en San Francisco, en México no había nada, ni nadie abiertamente gay que se atreviera a tocar esos temas. Entonces no me gusta tener como referentes, estándar o emblema lo que ocurre en otros países. Podría ser al revés, que Marsha P. Johnson sea la Nancy Cárdenas americana, pero además la actividad de Marsha se centró básicamente en el activismo LGBT, ahí está su trascendencia, su importancia como mujer afroamericana racializada y es importante reconocer su figura. Pero Nancy es una figura mucho más grande porque su actividad no sólo se centró en la lucha por los derechos humanos, ella estaba muy presente en la vida pública, política, social y cultural de México”.
Y es que a la par de su trabajo como creadora, Nancy se apropió de una bandera que no todos querían ondear en los años ochentas, pues se trataba de un tema tabú y de una pandemia que trajo más odio, desinformación y miedo en un país homófobo y machista: El Sida. “Era una mujer con una energía inagotable, además de dirigir y escribir teatro, se dedicó a la poesía y la locución, pero también estaba involucrada con los movimientos feministas, buscaba generar encuentros. Cuando inició la pandemia del VIH, se interesó en el tema, hizo activismo y cuando tuvo cáncer de mama hizo campaña a favor de la lucha contra el cáncer. Claro, se enfocó mucho en su parte creativa, esa fue su arma para abrir el camino, para hablar de temas importantes que hicieran avanzar a México”.
Cuándo le pregunto qué tanto influyó su carácter norteño, el haber nacido en Parras, en el hecho de que fuera una mujer con arrojo, con mucha valentía, sin miedo a la censura, a incomodar a los poderosos, Olivia, quien creció también en Coahuila, asegura que hay mucho de eso: “Nancy tenía el carácter que se les atribuye a los norteños: alguien de carácter fuerte y franco que decía las cosas de frente, era una mujer muy aguerrida. Por otro lado también siento que como fue la menor de una familia numerosa, te lo digo por experiencia propia, eso puede ser una carga, porque siempre están esos momentos de comparación, siempre traemos ese estigma de que somos ‘la hermanas de’ o ‘la hijas de’, entonces creo que de ahí puede venir el espíritu rebelde de ella, de no seguir ese camino que ya estaba marcado por su familia. Ella siempre tuvo la inquietud de construir su propio camino y claro que en eso ayudó su personalidad norteña”.
El documental cuenta con grandes personalidades que se cruzaron en el camino de Nancy y en él interviene otra directora teatral y actriz coahuilense que habla sobre cómo era acudir y presenciar en vivo al espectáculo de la inteligencia de una mujer que regresó a Saltillo a impartir varios talleres teatrales. Se trata de Mabel Garza quien cuenta a Vanguardia sobre su encuentro con esta enigmática mujer: “La aparición de Nancy Cárdenas en el panorama cultural de Saltillo en los años ochenta transformó historias personales que de alguna manera siguen resonando aún. Los que tuvimos la fortuna de ser dirigidos y de convivir con ella, de alguna manera su influencia sigue viva en nosotros y aunque el trabajo de Nancy en el teatro saltillense fue muy breve, ella pudo aportar cosas tan valiosas como la profesionalización del trabajo escénico, de actores, vestuaristas e iluminadores. Ella nos enseñó a concebir el teatro de otra manera, nos mostró que el texto dramático no se circunscribe sólo al goce estético del espectador, sino que el texto debe desbordarse y trascender de alguna manera en favor de distintas causas, como el activismo en favor de los derechos humanos. Nancy tenía esa particularidad, aquí en Coahuila nos hizo conocer la poderosa obra de Antón Chéjov cuando montó con talento local ‘El Jardín de los Cerezos’, no es casual que también dirigiera ‘Casa de Muñecas’ de Henrik Ibsen, una obra que debe ser leída por todas las mujeres. Desde el siglo 19, esa obra se ha convertido en icono de la de la lucha feminista, pues invita a las mujeres a encontrarse a sí mismas. Nancy cambió, en todos los que acudimos a su taller, la percepción que teníamos del teatro y no hay día que no intentemos honrar su memoria a través de un trabajo riguroso, serio y que no quede solo en el goce estético, sino que la obra trascienda otros campos como el feminismo o los derechos de los homosexuales. Yo busco en todas mis puestas en escena que proporcione revelaciones al espectador”.
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Y esa norteña que aventó esa primera piedra y cuyas olas siguen ondeando y abriendo camino, es la figura central de “Querida Nancy”, un entrañable documental que está en cartelera y que se estrenó en la Cineteca Nacional y recibió muy buena crítica, además de venir cargando dos premios de importantes festivales nacionales y que tienen a su directora feliz de la vida porque ha cumplido con su cometido: que todo mundo conozca a Nancy: “Estoy muy satisfecha y emocionada porque este ha sido un proyecto muy pequeño, muy independiente, muy personal que se ido abriendo camino hasta llegar a la Cineteca. Eso es algo que aún no me creo todavía. Ha sido muy bonito ver la respuesta de la gente que lo ha visto, presenciar los aplausos, las risas, los comentarios o escuchar de la propia boca de los invitados, realmente me hace sentir que logré lo que yo quería cuando empezó este proyecto: Rescatar la figura de Nancy, que la gente la conociera. Yo creo que logramos construir una un retrato muy emotivo, humano y entrañable de Nancy, rescatamos esta figura oculta de una mujer que fue muy querida por toda la gente que la conoció. Yo espero que este proyecto siga llegando lejos, siga volando muy alto para que se le reconozca su justo valor en la historia de México. Me parece fantástico que haya existido una mujer así, Nancy Cárdenas es única y no hay ninguna como ella en ningún otro lugar del mundo”.
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