5 cosas que necesita tu hijo para ser un niño feliz
Como padres creemos que le estamos dando lo mejor. Tómate el trabajo de reflexionar acerca de lo que le brindas a tu hijo con el objetivo de que sea feliz. ¿Realmente le estás dando lo que tú crees que lo hará feliz?
Los factores que influyen en la felicidad de un niño son muchos. Pero no todos los niños del mundo son felices por igual. ¿Qué necesita un niño para ser feliz?
Según UNICEF, Holanda lidera el ranking de niños felices. El bienestar infantil en general, la salud, la alimentación, la vivienda, la seguridad y la educación, entre otros factores, son algunos de las dimensiones en las que los Países Bajos se encuentran a la cabeza en cuanto al ámbito infantil. La diferencia radica en que Holanda aplica una visión integral del niño y cubre todas sus necesidades básicas y va aún más allá. La inversión en infancia para este país es una cuestión de Estado, y es una de sus prioridades, es por ello que los niños cuentan con todo tipo de protecciones y una garantía de un buen desarrollo y bienestar en general.
¿Qué necesita un niño para ser feliz?
Además de tener cubiertas las necesidades básicas, los niños necesitan de la buena conducta y ejemplo de sus padres para lograr un correcto desarrollo. Hay algunos elementos puntuales que influirán directamente en la felicidad y futuro éxito de un niño.
2. Amor
Parece muy básico y sencillo, sin embargo no todos los niños del mundo reciben amor. El amor se demuestra en los actos de compromiso, en la empatía con el niño. Además de los besos y abrazos tan necesarios en un niño para sentir contención, el amor puede demostrarse a través de acciones cotidianas. Leer su cuento preferido a la noche, decirle cosas positivas, alentarlo en sus momentos de frustración y decirle con frecuencia que lo amas hará de él un niño feliz.
3. Seguridad
Para que un niño crezca sano y feliz la seguridad es un factor preponderante. Un niño que se siente seguro crecerá confiado y es tarea de los padres brindar esa seguridad. Un niño que crece en un ambiente hostil posiblemente desarrolle sentimientos de inseguridad, desprotección y una baja autoestima.
4. Comunicación
Hablar, escuchar, conversar. Desde el primer momento la comunicación es primordial. Un niño que se siente escuchado se sentirá respetado y por ende, feliz. Para un niño es muy importante hablar y expresar sus sentimientos, y más importante aún es que sus padres lo escuchen con atención. Ningún niño es feliz si sus padres no lo escuchan, aunque lo que tengan para decir no sea interesante para el mundo de los adultos. Por otra parte, dejarlos expresarse libremente a través de sus elecciones también aporta algo positivo en la crianza. Darle opciones y demostrale que te interesa su opinión reforzará su autoestima y se sentirá confiado.
5. Ser niño
Los niños son felices cuando se los deja ser niños. Les gusta saltar, embarrarse, correr, trepar, pegar pegatinas, colorear, y todas aquellas actividades que estimulan y refuerzan su creatividad. Déjalo ser. Ningún niño es feliz si se lo reprime constantemente. No digo que la casa sea un campo de batalla y ellos hagan lo que quieran cuando quieran, sino que nunca está mal que de vez en cuando suelten sus fantasías y dejen fluir su fibra infantil. Lo que se ensucia se limpia, pero esa carita de felicidad no la olvidarás más.
Como padres creemos que le estamos dando lo mejor. Tómate el trabajo de reflexionar acerca de lo que le brindas a tu hijo con el objetivo de que sea feliz. ¿Realmente le estás dando lo que tú crees que lo hará feliz o lo que verdaderamente necesita? Tu hijo no necesita ir al mejor colegio ni tener los mejores juguetes; tampoco necesita ser el mejor de la clase ni practicar deportes en el club. Tu hijo necesita afecto, tiempo, respeto, valores y sólo tú puedes darle esos cimientos que afianzarán su personalidad para el resto de su vida.
No temas no poder darle lo mejor materialmente, pero sí esfuérzate por propiciarle las herramientas y experiencias necesarias para una vida feliz en una de las etapas más importantes de su desarrollo cognitivo y emocional.