¿Es Ozempic la solución para tratar el trastorno por atracón? Esto dicen los expertos
El Ozempic, originalmente desarrollado para tratar la diabetes, ha ganado popularidad por su capacidad para reducir el apetito y ayudar en la pérdida de peso.
El uso de medicamentos para bajar de peso, como Ozempic, ha generado un gran debate en la comunidad médica, especialmente en lo que respecta a su efectividad para tratar trastornos alimentarios como el trastorno por atracón. Este trastorno se caracteriza por episodios en los que las personas ingieren grandes cantidades de comida en poco tiempo, superando el punto de saciedad y sintiéndose culpables después. Aunque estos fármacos han mostrado resultados prometedores para algunas personas, los expertos advierten sobre posibles riesgos.
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El trastorno por atracón es el trastorno alimentario más común en los Estados Unidos. Atrapadas en un ciclo angustioso, las personas con este trastorno no solo consumen grandes cantidades de comida, sino que lo hacen de forma impulsiva, lo que las lleva a sentir vergüenza y culpa. Los científicos aún no comprenden completamente las causas de este trastorno, pero existe la teoría de que está relacionado con los mismos circuitos cerebrales involucrados en los hábitos y la adicción.
El Ozempic, originalmente desarrollado para tratar la diabetes, ha ganado popularidad por su capacidad para reducir el apetito y ayudar en la pérdida de peso. Este medicamento contiene semaglutida, que transforma la respuesta del cerebro ante la comida. Los pacientes que toman este tipo de fármacos reportan que su apetito se evapora y que los pensamientos obsesivos sobre la comida desaparecen.
Dado que los atracones están ligados a un comportamiento compulsivo relacionado con el circuito de recompensas del cerebro, algunos investigadores creen que Ozempic podría ser una herramienta eficaz para tratar este trastorno. Trevor Steward, investigador de la Universidad de Melbourne, está liderando uno de los primeros estudios sobre el uso de Ozempic en personas con trastorno por atracón. La esperanza es que este fármaco pueda dar a las personas un nuevo control sobre el impulso de darse atracones.
Aunque las investigaciones sobre el uso de Ozempic para el trastorno por atracón son limitadas, muchos pacientes ya lo están utilizando con resultados positivos. Por ejemplo, Joanie Smith, de 66 años, afirma que, después de probar múltiples métodos para controlar sus atracones, finalmente encontró alivio con Ozempic. Ella describe que “faltaba algo en su cerebro, y ahora está arreglado”.
Otro caso es el de Heather Loeb, quien tras años de terapia y el uso de otros medicamentos como Vyvanse, experimentó una mejora significativa en su trastorno por atracón cuando su médico le recetó Zepbound. Para ella, fue como si “el trastorno alimentario desapareciera”. Sin embargo, como veremos a continuación, no todos los expertos son tan optimistas.
A pesar de estos testimonios, algunos médicos advierten que el uso de estos fármacos puede ser problemático. Una de las principales preocupaciones es que el apetito se reduzca tanto que los pacientes lleguen a restringir peligrosamente su alimentación, lo que podría llevarlos a un estado de desnutrición. Este escenario es especialmente alarmante en personas que buscan sintonizar con sus propias señales de hambre, un componente clave en el tratamiento de los trastornos alimentarios.
La psiquiatra Kimberly Dennis subraya que si bien estos fármacos pueden “devolver el freno” a quienes se dan atracones, es importante que el freno no esté activado todo el tiempo. La reducción del apetito puede resolver el problema de los atracones a corto plazo, pero no aborda las causas subyacentes del trastorno, que a menudo están relacionadas con traumas o problemas emocionales no resueltos.
Los expertos coinciden en que el tratamiento del trastorno por atracón requiere un enfoque más complejo que simplemente reducir el apetito. Rachel Goode, investigadora de la Universidad de Carolina del Norte, enfatiza que la recuperación de un trastorno alimentario no es solo cuestión de controlar los episodios de atracón. Las personas a menudo recurren a la comida como una forma de manejar el estrés o los sentimientos negativos. Por tanto, cualquier tratamiento eficaz debe abordar también estos factores psicológicos.
Además, la dependencia de los fármacos para el control del apetito puede ser problemática. Como señala la psiquiatra Dennis, “estos medicamentos son una curita”. Si se deja de tomar el medicamento, el problema subyacente podría volver a surgir.
El uso de fármacos como Ozempic y otros medicamentos para bajar de peso está mostrando resultados prometedores para algunas personas con trastorno por atracón, pero no son una solución mágica. Es fundamental que los pacientes reciban una atención integral que incluya apoyo emocional y psicológico. Los trastornos alimentarios son complejos y requieren tratamientos que aborden tanto los síntomas físicos como los factores emocionales que los provocan.