¿Por qué se come capirotada en cuaresma?
En la historia se cuenta que cada ingrediente tiene un significado religioso
La capirotada es un postre típico de la gastronomía mexicana que toma popularidad en su consumo durante la cuaresma. Pero, ¿sabes por qué se come más durante esta temporada?
Existen un sinfín de preparaciones y presentaciones de la capirotada, pero actualmente su base suele ser la misma en la mayoría de las regiones del país: pan duro remojado en un jarabe dulce y acompañado de frutos secos u otros ingredientes como plátano.
Sus orígenes
Con la conquista del continente americano, naturalmente la gastronomía mexicana se enriqueció con nuevos ingredientes así como con la preparación de los platillos originarios del Viejo Continente.
Se dice que la capirotada surgió en Europa, aunque en lugar de ser dulce inicialmente era un alimento salado que se componía de carne de res o pollo y solía bañarse en vinagre. Con el paso del tiempo, tanto la preparación así como la mezcla de ingredientes han ido variando en los diversos estados de México.
Aunque ahora es más frecuente encontrar una capirotada dulce, la versión salada también prevalece.
¿Por qué se come en cuaresma?
La principal razón es que el postre de la capirotada tiene un significado religioso, pues sus ingredientes representan símbolos sagrados.
De acuerdo a diversas versiones que han trascendido a lo largo de la historia, el pan hace alusión al cuerpo de Cristo, la miel o el jarabe dulce es la sangre, la canela es la cruz, el queso el sudario.
Estos serían los ingredientes base con los que se cocinaría una capirotada, aunque repetimos, su preparación se ha ido modificando en innumerables recetas y se dice que no hay una capirotada “correcta”.
Una capirotada mexicana
A continuación te dejamos una receta dulce propuesta por Nestlé Professional y titulada “Capirotada mexicana”:
Tiempo de preparación: 30 minutos
Porciones: 12
Ingredientes
1 Taza Agua
750 g Piloncillo
2 Piezas Clavos de olor
1 Pieza Canela (en raja)
Queso tipo manchego (rallado)
200 g Fruta cristalizada de variedad
50 g acitrón
1/4 Taza Cacahuates
1/4 Taza Pasas
3 Cucharadas Mantequilla
12 Piezas Bolillo (del día anterior, rebanados y fritos)
3 Piezas Clara de huevo
1/4 Taza Azúcar
1 Cucharada Azúcar
1/4 Taza Coco seco rallado
1/4 Lata CARNATION® CLAVEL® leche evaporada
1 Taza Agua
750 g Piloncillo
2 Piezas Clavos de olor
1 Pieza Canela (en raja)
Queso tipo manchego (rallado)
200 g Fruta cristalizada de variedad
50 g acitrón
1/4 Taza Cacahuates
1/4 Taza Pasas
3 Cucharadas Mantequilla
12 Piezas Bolillo (del día anterior, rebanados y fritos)
3 Piezas Clara de huevo
1/4 Taza Azúcar
1 Cucharada Azúcar
1/4 Taza Coco seco rallado
1/4 Lata LA LECHERA® leche condensada
Procedimiento
-Horno precalentado a 180 °C.
-Calentar el agua con el piloncillo, el clavo y la canela; dejar en el fuego hasta que se disuelva por completo y reservar.
-Mezclar el queso tipo manchego con el acitrón, los cacahuates y las pasas; reservar.
-En un refractario engrasado con mantequilla, colocar unas rebanadas de bolillo fritas y cubrirlas con la mezcla del queso; acomodar otra capa de pan y repetir el mismo procedimiento hasta terminar con el pan.
-Bañar con la miel de piloncillo y reservar.
-Batir las claras junto con la CARNATION® CLAVEL® leche evaporada, a punto de turrón y extender sobre la última capa de pan; espolvorear la cucharada de azúcar y el coco rallado.
-Hornear hasta que el merengue comience a dorar y sirva.
