¿Alguna vez has sentido que te espían a través de internet?
Pareciera que Google, Amazon y Facebook pueden leer la mente al mostrarnos lo que necesitamos, incluso antes de realizar una búsqueda… ¿cómo lo hacen?
Se dice que nadie nos conoce mejor que nuestra propia madre, pero quizá internet se roba ese papel.
¿Has recibido anuncios de viajes a Cancún, justo después de chatear por Messenger con un amigo sobre la idea de vacacionar en este lugar?. O tal vez te ha pasado que piensas en comprarte unos tenis Lacoste y de pronto Google te sugiere páginas en las que puedes encontrarlos.
Situaciones como estas pueden llevarnos a pensar que internet nos espía o que hasta nos lee la mente. Es probable que hasta hayas tenido la idea de que tu smartphone está siendo hackeado y que conspira en tu contra para ofrecer información a los monstruos de internet.
¿Alguien me estará escuchando por el micrófono? ¿Y si en todo momento me están viendo por la cámara?.
La tecnología está avanzando de tal manera que estas preguntas no parecieran ser tan descabelladas. Los altavoces inteligentes como el sistema de Siri, Cortana o Alexa, nos inclinan a pensar en que cualquiera puede escucharnos y que nuestra privacidad es vulnerada.
Una pregunta clave sería, ¿qué tanta privacidad tengo al estar cerca de mi smartphone, al navegar en internet, en redes sociales o en aplicaciones móviles?
El teléfono móvil, ¿un fiel acompañante?
Hoy la tecnología está en todas partes, millones de personas tienen un teléfono inteligente y lo llevan consigo a todas partes, es decir, ya es imprescindible.
Un estudio que recopila información de GSMA Intelligence DATA y Ericsom Mobilitu Report Data, arrojó que a nivel global hay cerca de 5 millones 190 mil usuarios de teléfonos móviles, cifra que ha aumentado un 2.4 por ciento con respecto a 2019.
De estos dispositivos, el 77 por ciento están conectados en la banda 3G, 4G o 5G, esto ha tenido un aumento de casi el nueve por ciento en relación al año pasado.
Para aprovechar las herramientas y beneficios que ofrece un smartphone es necesario tenerlo conectado a internet prácticamente de forma permanente.
Es aquí cuando tiene sentido que el smartphone sea la herramienta ideal para el espionaje al ser el acompañante que nunca falta. Porque quizá se nos pueden olvidar las llaves o hasta la cartera, pero el teléfono, nunca.
¿Entonces, en realidad nos espían a través de internet?
La respuesta es sencilla y no tan paranoica: algoritmos.
Un algoritmo en internet es un conjunto de instrucciones que describen el procedimiento a seguir para alcanzar un resultado determinado y específico en la web. Esto dentro de una estructura de datos de gran relevancia.
Las búsquedas, lo que haces, tus hábitos y consumo en sitios como Google, Facebook y Amazon, brindan información sobre quién eres, lo que te gusta y hasta proporciona características de la sociedad en la que te desenvuelves.
Google justifica que estos filtros se llevan a cabo para ofrecer a sus usuarios la información que necesitan y brindar productos útiles y eficaces. Pero la realidad es que también te propondrán publicidad acorde a tu rutina en internet.
En su libro “Nuevos retos para la protección de datos personales en la era del big data y de la computación ubicua”, la autora Ana Garrica Domínguez explica que la necesidad de recoger, guardar, procesar y clasificar la información es una constante a lo largo de la historia de la humanidad.
Esto es con el fin de que todo tipo de instituciones públicas y privadas puedan desarrollar eficazmente sus funciones y actividades, es decir, cubrir las necesidades específicas de las personas ya sea con un producto o servicio.
El 70 por ciento del universo digital es generado por nosotros mismos a través de nuestra interacción con los servicios de la red, llámese correo electrónico, redes sociales, buscadores, entre muchos otros.
Garrica expone que se trata de una realidad importante que hemos de tener en cuenta y que debe hacernos reflexionar, pues la gente comparte gustosamente información online: es una característica central de los servicios en red, no una vulnerabilidad que haya que evitar.
La navegación a través de internet deja un rastro digital y genera datos transaccionales. Este rastreo permite monitorear las actividades de las personas, con qué frecuencia y cuáles son los sitios web que visitan, el número de clics que introducen en ciertas páginas, en pocas palabras, todo lo que hagamos en internet. Y todo esto se combina con la información proporcionada voluntariamente por el usuario para completar su perfil.
Motores de búsqueda: el gran ojo
Los motores de búsqueda son servicios que facilitan al usuario la posibilidad de encontrar información. Sin embargo, los buscadores nos siguen y almacenan enormes cantidades de información sobre nosotros sin que seamos conscientes de ello.
De acuerdo al Grupo sobre Protección de Datos, en los últimos años se ha producido un aumento de las demandas de particulares contra este tipo de servicios, poniendo en manifiesto que “las capacidades de representación y agregación de los motores de búsqueda pueden perjudicar considerablemente a los individuos, tanto en su vida personal como en la sociedad. Sobre todo si los datos personales que figuran en los resultados son incorrectos o incompletos.
Redes sociales: más que solo un medio de comunicación
Las redes sociales han propiciado un nivel de divulgación de información personal que se otorga de forma voluntaria gracias a las fotos, videos, gustos personales, intereses y comentarios de todos los usuarios y hasta de terceros.
Aunque muchas redes sociales se rigen bajo la idea de que los datos personales se mantienen privados, la realidad es que la vulnerabilidad y el riesgo de perder el control de dicha información es muy real.
Como ocurre cuando se reportan caídas en el sistema de Facebook y horas más tarde se anuncia que algunos datos pudieron haber sido robados, hackeados o llegado a manos de terceros.
Otro de los grandes riesgos es la dificultad o incluso en ocasiones la imposibilidad de eliminar cualquier información publicada en la red. Una vez arriba, cualquier material circulando en la red es prácticamente imposible que deje de existir.
¿Quiénes y para qué quieren mis datos e información?
Nuestras búsquedas, preferencias e intereses son verdadero oro para un sinfín de compañías que quieren saber cómo llegar a nosotros para vendernos un producto o servicio. Todo desemboca en un objetivo comercial.
La finalidad del tratamiento de datos personales y la elaboración de perfiles es el obtener información para mejorar la eficacia de la publicidad en línea. Es por eso que negocios de todos los giros están deseosos de tener tu información en sus manos.
La información es un producto. Los datos son la materia cruda, sin procesar. Pero una vez que a estos datos se les da un análisis y tratamiento, entonces pueden comercializarse y desde un punto económico esto es verdaderamente rentable para términos mercadológicos.
Así es como Addidas sabe que eres deportista y que sus tenis de color azul te cautivarán. Porque en tu perfil de Instagram especificaste el gusto por el color, en Facebook compartiste fotografías corriendo, pusiste tu ubicación desde un parque recreativo y en Amazon buscaste ropa deportiva. Con la conjunción de esta información, que no te sorprenda que en repetidas ocasiones te aparezcan ventanas con anuncios de tenis para correr.
Términos y condiciones, siempre aparecen, pero ¿realmente les prestamos atención?
Se trata de un conjunto de términos legales definidos por el propietario de un sitio web o aplicación móvil que rigen las actividades de los usuarios, la relación entre los visitantes del sitio y el propietario del mismo.
Dichos términos deben definirse de acuerdo a las necesidades específicas de cada sitio web o app. Por ejemplo, variarán las condiciones entre un sitio que solo brinda información a las que emita uno dedicado al servicio de alimentos.
Además, estos términos le ofrecen al propietario la posibilidad de protegerse de una posible exposición legal.
Por lo que lo más recomendable es que los términos y condiciones estén claros, completos, entendibles y se ajusten al sitio específico y a las actividades del mismo. Pero más importante aún es que los usuarios comprendan de qué van y las sepan utilizar en caso de que se vea vulnerada su privacidad o alguno de los términos determinados.
¿Cómo protegerse?
Expertos en seguridad recomiendan una serie de pasos básicos para proteger la privacidad.
-Presta atención a los términos, condiciones y privacidad que ofrece cada uno de los sitios que usas mientras navegas en internet. Mantente al tanto de sus actualizaciones.
-Tener actualizado el sistema operativo. Cada vez que salga uno nuevo, actualizar el teléfono inmediatamente. Si existiera alguna sospecha o brecha sobre el sistema fabricado para el teléfono, el nuevo sistema arreglaría eso.
-Tener cautela con las aplicaciones que se descargan y los permisos que les otorgan. ¿Para qué es necesario que este juego que tanto uso tenga acceso a la cámara?.
-Otra cosa que hay que tener en cuenta son las aplicaciones que activan el micrófono y consumen datos y batería.
Quienes quieran eliminar sus datos personales y, por tanto, impedir que Google conozca su historial de ubicación y datos de actividad, debe seguir los siguientes pasos:
1. Entra en tu cuenta de Google.
2. Ve a Datos y personalización.
3. Elige Gestionar los Controles de la actividad de tu cuenta.
4. Selecciona Gestionar actividad. Por defecto, viene selecciona La opción Actividad en la Web y en Aplicaciones está activada.
5. Elige Cambia este ajuste y marca la opción que desees: Guardarla hasta que la elimine manualmente, Guardarla durante 18 meses o Guardarla durante 3 meses. Estas dos últimas opciones hacen que los datos se eliminen automáticamente.
Para eliminar el Historial de ubicaciones:
1. Entra en tu cuenta de Google.
2. Ve a Datos y personalización.
3. Elige Gestionar los Controles de la actividad de tu cuenta.
4. Desactiva la opción Historial de ubicaciones, que viene activada por defecto.
En el estilo de vida actual es prácticamente imposible aislarse del internet. Por razones de trabajo, escuela, compras o mero entretenimiento, la conexión al mundo digital es parte del día a día en las distintas sociedades a nivel mundial.
Entonces, dejar de usar internet no es una opción muy viable si queremos evitar que los distintos sitios web recopilen nuestra información. Lo que sí está en nuestras posibilidades, es el analizar y determinar qué datos proporcionamos y a quiénes, cuidar nuestra privacidad y estar al tanto de los términos y condiciones de las apps y lugares a los que accedemos.