Henry Maas, el alemán altruista y solidario que cautivó a Saltillo

Llegó a la ciudad como pagador de las tropas del general Zachary Taylor, en guerra con México, decidió quedarse y se casó con la saltillense Trinidad Narro para forjar su historia

Coahuila
/ 9 diciembre 2023
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A lo largo del tiempo, en nuestra ciudad ha habido personas astutas, poseedoras de facilidad para hacer grandes fortunas, muchas de ellas fueron producto del esfuerzo y trabajo de años, otros más lograron acumular capital a base de golpes de suerte.

Sin embargo, los hijos de estas personas, es decir, la segunda generación, por lo regular y visto en varios casos, disfrutaron de las riquezas, dándose vida de reyes, dilapidando a manos llenas el dinero, por lo que terminaron por vaciar las arcas familiares.

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Pero ¿qué pasa cuando un hombre y su pareja extremadamente ricos, no tienen hijos? ¿Quiénes heredaron esas fortunas? Aquí la singular historia de una pareja que supo hacer el bien y dejar un legado para la ciudad como pocos lo han hecho.

$!Asilo para huérfanas casa fundada por Henry Maas y su esposa Trinidad Narro.

Heinrich Wilhelm Maas Markhoff nació en el seno de una familia humilde, un 17 de junio de 1925 en la región Soest, North Rhine-Westphalia, Prusia, hoy actual Alemania.

Sus padres fueron Anthon Maas y Helena Markhoff, quienes lograron enseñar a Henry disciplina, dedicación y orden al trabajo y en su ciudad natal cursó los estudios básicos.

Desde joven, con el propósito de ayudar a sus padres, emigró hacia los Estados Unidos, pero su corta edad y la falta de experiencia hicieron que encontrara un sinfín de dificultades para conseguir empleo en aquel país.

Sin muchas opciones se enlistó en el ejército norteamericano, donde gracias a su inteligencia y el buen manejo de los números, pudo lograr importantes ascensos dentro de la corporación castrense. Al cabo de un corto tiempo se convirtió en pagador del Ejército Yanqui.

Por una serie de absurdos pretextos, Estados Unidos declaró la guerra a México en 1846 y el gobierno norteamericano tuvo inicialmente el claro y firme propósito de apoderarse de todo el territorio que ocupaba la República Mexicana.

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Ante el avance de la invasión norteamericana a nuestro país por el noreste, ocupó ciudades, sin mayor resistencia, como Matamoros, Monterrey y por último Saltillo, aquí quedó el ejército invasor para organizar las tropas, formular las estrategias de ataque y defensa de la plaza y el inminente encuentro con el Ejército Mexicano comandado por el general de triste memoria, Antonio López de Santa Anna.

Henry Maas llegó a nuestra ciudad como pagador de las tropas del general Zachary Taylor. Durante la ocupación de Saltillo, los invasores se repartieron en varios puntos estratégicos para la confrontación armada, la cual llegaría a realizarse en el mes de febrero de 1847, en el lugar llamado La Angostura, lugar que dio nombre a la famosa batalla entre los ejércitos de México y Estados Unidos.

$!Sentado a la izquierda Henry Maas posa con los consejeros del Banco de Coahuila

Ante la inactividad y la larga espera para la confrontación bélica, después de la corta batalla en la Angostura y la estancia post guerra, los soldados yanquis cometieron decenas de atropellos y abusos con los habitantes de Saltillo.

Los comportamientos de los yanquis y la desigualdad social que constató en la ciudad, llevó a Henry Maas a romper con el compromiso y darse de baja del ejército norteamericano, al final de la guerra México-Estados Unidos, el joven Maas decidió permanecer en la ciudad.

EL NUEVO HOGAR

En la ciudad, Henry se encontró con otros alemanes ya radicados en Saltillo, los hermanos Clemente y Eduardo Sieber, Pable Suess y Augusto Gossman entre otros. Con los Sieber y Suess emprendió negocios de ferretería, empezó abrirse paso en el mundo de los incipientes negocios nacidos a mediados del siglo decimonónico.

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Entre los asuntos comerciales emprendidos, fue la compra y venta de algodón de la Región Laguna de Coahuila hacia los Estados Unidos, el oro blanco le redituó grandes ganancias por el cese de la producción debido a la Guerra de Secesión del país vecino.

Sus múltiples habilidades de hombre de negocios, entre ellas, el manejo de las finanzas, aunado al dominio del idioma inglés, llevaron a Henry Maas a suministrar la madera para los durmientes del ferrocarril que llegó a nuestra ciudad en 1883. imagine usted lo que esta venta le produjo de utilidades. Hay, o por lo menos eran utilizados entre mil cuatrocientos y mil 500 durmientes por kilómetro. Otro importante contrato fue la venta de leña para las calderas de las locomotoras que funcionaban a base de vapor.

Otra fuente importante de ingresos fue cuando se desempeñó como prestamista, ya que no existían los bancos. Hay que recordar que en aquellos tiempos los intereses eran mucho muy bajos, nada comparados con los de hoy en día.

Cuando era ya un hombre próspero y acaudalado, decidió contraer nupcias con la saltillense Trinidad Narro Rodríguez, quien provenía de una familia tradicional y muy católica. La pareja Maas Narro no tuvo descendencia, pronto encontraron la vocación de servir y ayudar a los más desfavorecidos.

FUE UN HOMBRE VISIONARIO

Henry Maas visualizó el gran potencial que podía tener la tierra, solo faltaba el conocimiento y aplicar diferentes tecnologías para hacerla producir. Maas pensó en su cuñado Antonio para llevar a cabo el sueño de fundar una escuela de agricultura. Financiado por Henry Maas, Antonio Narro fue a Estados Unidos a estudiar agricultura, la idea era a su regreso, fundar una escuela de agricultura en Saltillo. Fue dueño de varias haciendas, entre las más importantes: La Hedionda y Buen Vista, actual sede de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.

$!Hospital San Vicente Paul, un sueño de Maas por cumplir con la salud de los saltillenses. Inmueble desaparecido, derrumbado por gente inconsciente a finales de los años sesenta del siglo XX.

OBRAS PARA LA CIUDAD

Junto con su esposa, la señora doña Trinidad Narro, hizo decenas de obras de caridad, fundó el Asilo Maas Narro para niñas huérfanas, el hospital San Vicente de Paul, que luego cambió de nombre a Hospital Militar en tiempos de la Revolución Mexicana, posteriormente la Casa de Salud para terminar en la sede de la Cruz Roja.

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Otra importante obra fue la Escuela de Artes y Oficios, de igual forma promovió y financió gran parte del actual Santuario de Guadalupe, casa de la patrona de México.

Por ser uno de los hombres más ricos del norte de México, fungió como consejero del Banco de Coahuila. Su fortuna fue a parar en manos de los más necesitados.

Murió el 15 de marzo de 1911 y sus restos fueron depositados en el patio trasero del asilo, cuando el asilo desapareció fueron depositados en otro lugar, por descendientes de la familia Narro. saltillo1900@gmail.com

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