‘Motín en la Cárcel’, o de cómo Saltillo fue Hollywood por un día

Saltillo no es que tenga una larga, intensa y productiva relación con el cine, ha tenido sus pintorescas salas, pero en lo que se refiere a la filmación de películas, la historia es más bien modesta.

Precisamente esta brevedad es la que magnifica cualquier vínculo y si esta afirmación es válida en los tiempos que corren, en el Saltillo de hace 38 años era más que patente.

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De ahí que cuando en 1985 se filmó la película del robo a un banco y la fuga del penal, todo fue novedoso, efervescente y tema de conversación en la ciudad.

El filme tuvo locaciones en la calle Presidente Cárdenas, donde construyeron un banco solo para filmar el robo; y en el Penal local, donde un cineasta saltillense, Alfredo Galindo, vivió de cerca el rodaje y trabajó como extra; además de un puñado de calles.

La película se llamó “Motín en la Cárcel”, la protagonizó y produjo Rodolfo de Anda y se estrenó en 1986.

El recuerdo lo motivó Pedro Emilio Becerra, al publicar en DeSaltillo - Fotografías e Historias el poster de la película en el que está todo lo que se iba a ver: custodios abusivos, un hombre inocente y abusado, el compañero de celda que lo apoya y en recuadros cómplices y enemigos.

ENTRE ELOGIOS Y DISCREPANCIAS

Humberto Jiménez, con más entusiasmo que otra cosa, calificó de “excelente” la película de Producciones Juno S.A. de C.V, y enseguida le respondió Jesús Martínez, para recordar que un compadre suyo participó en el film. Cuando Humberto le respondió a Jesús afirmativamente y lo identificó como su padrino, ya quedó claro que en esa buena crítica tuvo mucho que ver el afecto.

Héctor Recio se fue al extremo opuesto, al calificarla de “un churrazo”, aunque por el cual Saltillo fue un hervidero de emoción durante su filmación.

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Olivo Contreras dice tener bien presente la película, porque participó en ella, suponemos que como extra, aunque no lo dejó claro.

El que no se guardó nada fue Juan Raul Epifanio Valdez, al decir que es imposible “olvidar ese churro” y luego hubo un serie de comentarios que ampliaron la broma, jugando con la posibilidad de que pudo ganar el Oscar.

RECUERDOS QUE MUEVEN A RISA

Francisco Javier Juárez dijo que el robo a un banco que filmaron en la esquina de Presidente Cárdenas y Xicoténcatl, grabación que dice Marco Hernandez le tocó ver; estuvo de risa. Según Juan Francisco no fue Xicoténcatl sino Acuña donde montaron una sucursal bancaria para filmar, que cerraron calles, que la gente ni enterada de lo que hacían y que acabaron siendo extras sin saberlo.

Rafael Cerecero dijo que en la filmación del asalto en el banco de la polémica película ocupó un lugar privilegiado, detrás de cámara y cuando Luis Juárez le preguntó: ‘¿director de escena?’, Rafael le respondió que solo fue un invitado, porque en aquel tiempo era un niño.

Otro que tiene recuerdos de su infancia sobre la película fue Seegio Espeza, quien afirma que tenía siete años cuando vio un auto volcar, incendiarse y explotar allá por Felipe J. Mery, donde Oziel Abraham le comenta que no había aún casas construidas por los alrededores

Por Jose Angel Gonzalez Roque supimos que fueron tres intentos para que saliera la volcadura y que uno de los encargados lo corrió cuando le dijo que le prestaran el carro para hacer la escena. Fernando Enrique González Rada también fue testigo de la filmación de la volcadura, sube a cuatro los intentos y que todo se grabó por la madrugada.

Charlie Madafaka, en un comentario de hace cinco días, asegura que conoce a un señor al que apodan la “Chiva”, que toca por unas monedas en colonias del poniente de Saltillo y quien asegura que por 100 pesos fue extra en el robo del banco, por que lo convencieron cuando caminaba por la calle Allende.

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Dijo Charlie que fue por lo que contó la “Chiva” que buscó y vio la película, y en el diálogo que tuvo con varios usuarios se habló de los que aprovecharon para participar como extras en la película, de que este guitarrista urbano dice la verdad y de que lo que la película trata está inspirado en hechos reales.

DE UNA EVASIÓN Y UNA MUERTE HEROICA

José Ramón Gandarilla asegura que de inicio se buscó recrear con la película un hecho real, la fuga del penal de Saltillo de cuatro reos en 1977, pero desistieron por lo reciente del hecho y porque: “involucraba a personajes de la vida pública de la ciudad”.

De la evasión se sabe que fue el 26 de mayo cuando cuatro presos tomaron como rehén al director del penal, Daniel Camacho, y a otro funcionario, para escapar.

Quienes idearon la fuga fueron tres procesados por el robo al Banco de Comercio de Nueva Rosita: Roosvel Alvarado, Javier Tipacamus y Jacobo Santiago Montero, quienes sumaron de último momento a Juan Licón Vázquez a su grupo, un homicida confeso que cumplía pena de 20 años y que fue el único que sobrevivió a la persecución.

Medios dieron cuenta de que a las 12:30 horas, tres reos armados con picahielos aprovecharon un descuido y sometieron a dos trabajadoras sociales, que minutos después intercambiaron por el director del penal, otro funcionario, armas, la apertura de las puertas de la prisión y una patrulla. Fue en ese momento que invitaron a Licón Vázquez a unirse a ellos y emprendieron la huida rumbo al sur.

No alcanzaron a avanzar mucho más que a una colina cercana al Puerto de Rocamontes, por la carretera a Concepción del Oro, Zacatecas, donde se dio un intercambio de disparos con los delincuentes pertrechados. El saldo fue del Director de Penal ejecutado, tres reos muertos y Raúl Lemuel Burciaga, el director general de Policía y Tránsito de Coahuila, herido de manera tan grave que semanas después falleció.

Toda esta trama que al parecer motivó la película quedó fuera, y al final lo que se puso en pantalla fue la historia de un camionero encarcelado por un robo que no cometió y que en prisión es maltratado por los guardias.

DE HISTORIAS Y RECUERDOS

Juan Francisco Morales García nos informó que aquí también filmaron “Alma Grande en el Desierto”, un western de 1967, película que según Hector Recio es muy buena y que Oziel Abraham Hernandez Martinez asegura se filmó en otras áreas de la ciudad, rumbo a Ramos Arizpe, “donde no había una zona industrial, como ahora”.

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Otro que fue testigo de la filmación de “Motín en la Cárcel”, también siendo niño; fue José Manuel Medrano, quien dijo que en la escena del banco su papá participó como extra. Recordó que estuvo en el lugar mientras filmaban, y que frente al banco armado estaba una vinatería.

Del estreno de la película, dice José Escobar Ramírez que fue en los Gemelos Alameda, que estuvieron los actores Wally Barrón, Jorge Russek, Rodolfo de Anda y Yirah Aparicio en la premiere, que fue a verla con su madre y hermano, y que aunque ambos ya fallecieron, es su recuerdo más dichoso.

Juan Antonio Covarrubias Mireles, en modo crítico de cine calificó el guión de pobre y en modo sociólogo dijo que como su hermano, muchos participaron de extras y ya se creían artistas.

Lety Martínez, junto con su mamá, participó en la película y lo que más presente tiene es el Pollo Kentucky que daban a los extras.

SI BIEN ES POCO, ALGO PUEDE PRESUMIRSE

Un filme que puso a Saltillo en la mira nacional fue “Viaje Redondo”, de Gerardo Tort. Se filmó en 2008, fue muy bien recibido en festivales y multipremiado y otro que le dio renombre internacional fue “Mookie”.

Esta producción francesa eligió la capital de Coahuila para filmar en 1997 la historia de un chimpancé parlanchín, un monje (Jacques Villeret) y un boxeador (Éric Cantona, el futbolista francés, ídolo del Manchester United); que huyen a México para evadir a quienes intentan explotar las habilidades del mono.

A esta película Roberto NuSa la trajo a la memoria publicando el póster en su cuenta con un “cómo olvidar esta joyita con el gran Éric Cantona”

¿SE PODRÍA LLAMAR LEGADO?

Alfredo Galindo, el director de cine que recordó al inicio de esta nota su paso como un joven extra en la película, con el tiempo armó sus proyectos, como “El Esqueleto”, un largometraje filmado en Saltillo y Los Ángeles, California.

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También filmó en nuestra ciudad “Las Ladrilleras”, que contó con la participación de dos grandes actrices mexicanas, Carmen Montejo y Diana Bracho y que estrenó en varios festivales de Estados Unidos, y en el aniversario 55 de Filmoteca de la UNAM se proyectó como un homenaje a la ya fallecida Carmen Montejo.

No es mucho más lo que se puede comentar sobre lo que Saltillo vivió durante la filmación de una película ochentera, que no tenía mayores aspiraciones que replicar las fórmulas al uso con desigual fortuna, pero que dejó una huella imborrable en algunos de nuestros coterráneos que en YouTube pueden verla y buscarse entre la multitud que finge asombro mientras la cámara da cuenta de un falso robo.