Saltillo: Recuerdan desde niños palestinos hasta mascotas en Altar del parque las Maravillas

En la escalinata del Parque Las Maravillas, se levanta el Altar Monumental de Muertos 2025, una tradición que convierte el paseo en un recorrido entre la memoria y la luz. El acceso derecho guía el ascenso y el izquierdo marca el descenso: dos caminos que dividen esta ofrenda comunitaria que se extiende hasta la explanada donde el parque se encuentra con el Museo del Desierto.

En los primeros niveles, el altar recibe con un homenaje a las mascotas, seguido por ofrendas familiares y retratos de quienes no sobrevivieron a la lucha contra el cáncer, con la participación de la asociación Casa Rosa. Más arriba, la escalinata se tiñe de colores con los retratos y símbolos de la comunidad LGBTQ+, donde se recuerdan a Wendy Castillo del Bosque, Jesús Ociel Baena y José Óscar Castañeda Rada, junto a cruces y palabras como odio, culpa y exclusión.

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Un nivel más adelante aparece el altar dedicado a los niños palestinos, acompañado de mensajes contra la violencia y el genocidio. El nivel está coordinado por la Universidad del Valle de México, campus Saltillo. Las catrinas, los tapetes de aserrín y los dinosaurios iluminados acompañan el ascenso hasta un pan de muerto gigante y las figuras de Fernando Soler. Luego aparecen Frida Kahlo —entre botellas de tequila y pinceles—, Alberto del Canto y una pieza de Funerarias Martínez junto a una frase del poeta Manuel Acuña: “La tumba sólo guarda un esqueleto”.

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En la parte alta, las luces del Museo del Desierto enmarcan un homenaje a las especies que habitan —y habitaron— la región: el oso negro, la candelilla, la pitahaya. “Él estaba vivo; murió por una carne asada en la Pinalosa”, se lee junto a su fotografía, en un llamado a la conciencia ambiental. Este tramo del altar invita a mirar más allá del recuerdo humano: también la naturaleza tiene memoria.

Al culminar el ascenso, el visitante encuentra la explanada del parque transformada en feria: dulces tradicionales, tamales, café, artesanías, limpias y productos espirituales conviven con el escenario para presentaciones artísticas. En esta edición, el estado invitado es Oaxaca, representado por artesanos de San Martín Tilcajete que exhiben piezas talladas y pintadas a mano.

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El descenso revela nuevas ofrendas: el punto de homenaje de Vanguardia, figuras del Saltillo antiguo, flores, frutas y arcos de cempasúchil. La CANIRAC instaló unas alas de cartonería para fotografías; un metate y un casito de carnitas evocan la cocina tradicional. Más abajo, un barco simbólico recuerda el tránsito de las almas. Entre alebrijes, animales iluminados y veladoras encendidas, el recorrido termina con una sensación de permanencia: el altar permanece aquí, iluminado tanto por las almas a quienes se dedica como por quienes, entre asombro y respeto, suben a visitarlas.