Tras cinco años de búsqueda, encuentran el cuerpo de Érika Josefina en fosa común de Coahuila
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La búsqueda de Érika Josefina Ramírez Hernández terminó tras cinco años desaparecida. Hace un año amigos y familiares dejaron de buscarla.
El duelo de la pérdida llegó apenas en 2021, una pena que mezcla el alivio de encontrarla y la desesperanza al saber que ya no está con vida.
Rogando a Dios poder encontrarla sana y salva, desesperados dando volantes, ojerosos y desvelados, sin comer, angustiados y cansados, pidiendo justicia por su hermana, pasaron los días, meses y años desde septiembre de 2016, recuerda Viridiana Guadalupe Ramírez Hernández, hasta el año pasado.
“Fueron 5 años sin saber nada, pensé que serían muchos tiempo más de búsqueda, pero gracias a mi Padre Dios y a todos en el Centro, la encontramos.
“Fue triste que nos confirmaran que estaba muerta, pero por otro lado sentimos alivio de que ya no la íbamos a buscar, sabíamos dónde estaba o había terminado y tendríamos un lugar a donde rezarle y llevarle flores”, expresó Viridiana.
Su familia fue una de las 26 en Coahuila que recibieron los restos de sus desaparecidos luego de las exhumaciones y el proceso de análisis post mortem que realiza el Centro Regional de Identificación Humana del Estado CRIH desde el inicio de sus operaciones; algunas de las familias tras más de una década de buscar.
Sin pista de dónde estaba, su familia la reportó como desaparecida en 2016. La última vez que supieron de ella fue al salir de la casa de su madre para ir a la tienda, acompañando además a un amigo para tomar un taxi en Torreón, de donde son originarios.
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“No nos dimos cuenta porque mi mamá pensó que estaba con nosotros y nosotros con ella, empezamos a buscarla, buscamos al amigo, pusimos la denuncia, lo detuvieron pero no se encontró culpable; la seguimos buscamos y pedimos ayuda pero no había ninguna respuesta, ningún rastro, nada que nos dijera dónde encontrarla”, recuerda como una agonía.
El año pasado el Centro comenzó con las exhumaciones, acudimos a la campaña para que tomaran muestras de ADN a mi mamá, su hija y a mí, agregó, en ese momento estaba convencida de que esas acciones podrían ayudar a la búsqueda y meses después nos avisaron que habían encontrado los restos de mi hermana.
Personal del Centro e integrantes de los colectivos de búsqueda tocaron a su puerta, confirmaron la noticia de su hallazgo y autorizaron la exhumación del cuerpo para luego dar cristiana sepultura.
“Se portaron muy humanos, nos explicaron qué hizo cada uno, nos dieron la certeza de que era ella, nos van a seguir dando apoyo psicológico, apoyo económico para sus hijos que en ese entonces tenían 12 y 14 años.
“Sabemos que murió por asfixia y que no estaba involucrada en el narcotráfico por eso la investigación seguirá abierta, volveremos a hacer las declaraciones porque tiempo después de la primera denuncia nos enteramos de otras cosas, pero ella no tenía problemas con nadie”, comentó la hermana.
Hay muchas dudas, reconoció Viridiana, pero por ahora su familia ya vivió el duelo que necesitaba. Llevó a cabo un sepelio el pasado 4 de octubre para despedir los restos de su hermana en un ataúd blanco rodeado de flores y posteriormente darle cristiana sepultura. Este año acudirán por primera vez a un aniversario luctuoso.
De acuerdo con el Centro Regional de Identificación Humana del Estado (CRIH), 26 cuerpos más fueron identificados, aunque solo 19 han sido entregados a sus familias, la mayoría del sexo masculino, pero también una adolescente desaparecida.
Aunque el Estado da seguimiento a través de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas, los familiares buscan dar respuesta a muchas otras preguntas como qué pasó o cuándo y por qué.
Sin embargo, hoy su hermana, también madre e hija, descansa en paz y sus familiares tienen un sitio dónde visitarla.
Yezka Garza Ramírez, titular del CRIH, explicó que terminando el proceso de exhumación, se trasladan los cuerpos e inicia el análisis post mortem con la intervención de un odontólogo, radiólogo, médico y los antropólogos forenses donde se saca el perfil biológico del cuerpo, sexo, edad, estatura y las mediciones antropológicas.
“Además se obtienen cuatro muestras osteológicas con fines de procesamiento genético que se empata con el análisis genéticos que se obtiene de una familia que busque a un ser querido”, detalló Garza Ramírez.
De ahí la importancia de recabar las muestras sanguíneas de quienes buscan a un ser querido desaparecido, ya que es imprescindible contar con ésta para el cruce de información y lograr las coincidencias e identificaciones, aseguró.
Señaló que actualmente se tienen 18 casos más donde la probabilidad genética es alta pero se encuentran en el último procedimiento para poder hacer una notificación correspondiente. 18 cuerpos más que podrían regresar con sus seres queridos y así acabar con años de angustia.