¿Murió la dinastía?: Crisis en Kansas: Chiefs firman marca perdedora por primera vez en años
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La derrota 20-10 ante los Texans dejó a los Kansas City con marca de 6-7 y con opciones mínimas de postemporada, en un escenario inusual tras una década de dominio en la AFC
La noche del domingo en Arrowhead Stadium dejó una imagen poco habitual en la última década: los Chiefs de Kansas City caminando fuera del campo con más dudas que certezas y con un panorama que, salvo un cierre perfecto y mucha ayuda externa, los deja al margen de la postemporada. La derrota 20-10 ante los Texans de Houston no sólo significó caer en casa, sino firmar una marca perdedora de 6-7 que pesa tanto por lo que representa como por el momento en el que llega.
Durante diez años consecutivos, la franquicia del Oeste de la AFC se había acostumbrado a reservar su lugar en enero. Clasificar a playoffs era una constante y ganar la división, parte del trámite. Hoy, ese hábito parece roto. No se trata de un solo partido ni de un mal día, sino de una tendencia que terminó por hacerse evidente ante un rival más ordenado y menos propenso al error.
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Patrick Mahomes, quien desde que asumió como titular no conocía una temporada sin postemporada, tuvo una de sus actuaciones más complicadas. Lanzó tres intercepciones en momentos que cortaron drives prometedores y obligaron a remar contracorriente. La ofensiva, diseñada para ser explosiva y precisa, se vio desconectada. Travis Kelce y Rashee Rice dejaron escapar pases que en otros años eran automáticos, señales de un ataque que perdió sincronía cuando más la necesitaba.
El intento de reacción llegó en el tercer cuarto con un acarreo de anotación de Kareem Hunt, quien asumió un rol más protagónico ante las dificultades aéreas. Sin embargo, fue apenas un destello aislado. La defensiva de Houston controló el ritmo, administró el reloj y evitó que el partido se abriera a un intercambio de golpes, escenario donde Kansas City suele sentirse cómodo.
Del otro lado, C.J. Stroud no necesitó cifras espectaculares. Con 203 yardas por pase y un envío de anotación, el joven mariscal hizo lo necesario para sostener ofensivas largas y sin riesgos. En la recta final, Dare Ogunbowale selló el resultado con un acarreo corto que reflejó el control que los Texans ejercieron sobre el encuentro.
Más allá del marcador, el contexto agranda la derrota. Los Chiefs de Kansas City ya no dependen sólo de sí mismos y su margen de error desapareció. Cuatro victorias consecutivas parecen obligatorias y aun así el boleto a playoffs no está garantizado. Para una franquicia acostumbrada a liderar y a definir en casa, ese cálculo resulta inusual.
Las reacciones no tardaron. En la televisión estadounidense, Chris Collinsworth habló de un posible cierre de ciclo, mientras que Damien Woody, ex liniero y analista de ESPN, fue directo al señalar que el equipo llevaba años jugando al límite y que esta temporada el costo llegó. Más allá de la forma, el fondo es claro: Kansas City ya no intimida como antes.
La historia reciente enseña que las dinastías no desaparecen de un día para otro. Sin embargo, también muestra que ninguna se sostiene sólo por reputación. Para los Chiefs la derrota ante Houston fue algo más que un tropiezo: fue una señal de que el dominio que marcó a la AFC durante una década hoy está en entredicho.