Automotrices japonesas, felices por acuerdo USMCA
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Toyota, la automotriz más grande de Japón, dijo que está "complacida" de que se haya alcanzado un acuerdo básico
Tokio. Toyota, Nissan y Mazda elogiaron este martes el renovado acuerdo comercial de Norteamérica que dejó ilesos a las automotrices niponas, pero podrían ver dificultades cuando Washington y Tokio negocien sobre las importaciones por unos 40 mil millones de dólares anuales de vehículos japoneses en Estados Unidos.
Estados Unidos y Canadá llegaron a un acuerdo el domingo para actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) después de que Washington alcanzó un pacto por separado con México en agosto.
El pacto renovado mantiene la presencia actual de la industria automotriz en Norteamérica y libera a Canadá y a México de la posibilidad de aranceles de seguridad nacional de Estados Unidos sobre sus vehículos.
Mazda Motor Corp, que envía vehículos a Estados Unidos desde México y Japón, calificó el acuerdo como "un gran paso adelante".
Nissan Motor Corp, que fabrica los autos que vende a Estados Unidos en plantas locales, así como en México, Japón y otros países, afirmó que está "alentada" por el acuerdo.
Toyota Motor Corp, la automotriz más grande de Japón, dijo que está "complacida" de que se haya alcanzado un acuerdo básico. Otros fabricantes de autos no estaban disponibles de inmediato para comentar.
Aunque el pacto ha disipado el riesgo que significaba para las automotrices la desintegración del TLCAN, aún hay riesgos para grandes empresas japonesas debido a que cerca de siete millones de autos que vendieron en Estados Unidos el año pasado fueron enviados desde Japón y aún no se ha llegado a un acuerdo comercial entre Washington y Tokio.
Estados Unidos y Japón acordaron al semana pasada comenzar nuevas negociaciones comerciales. El presidente Donald Trump quiere abordar el superávit comercial de Japón de 69 mil millones de dólares, del cual casi dos tercios provienes de las exportaciones de autos.
Washington también está investigando la posibilidad de aplicar aranceles de 25 por ciento a importaciones de automóviles sobre la base de la seguridad nacional, aunque acordó con Japón suspender cualquier tarifa durante las conversaciones.
La aplicación de cualquier arancel sería un gran golpe para Japón, pues Estados Unidos es una fuente clave de ingresos para fabricantes japonesas como Toyota, Nissan y Honda Motor Co.