¿Es peligrosos reprimir un estornudo?... esto dice la ciencia
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Reprimir un estornudo puede ser peligroso. Conoce los riesgos, efectos científicos y las complicaciones reales que señalan especialistas
El estornudo es un reflejo natural del cuerpo diseñado para expulsar partículas irritantes y proteger las vías respiratorias. Cuando una persona decide reprimir un estornudo, la presión interna no desaparece; simplemente busca otra salida. De acuerdo con informes médicos publicados en revistas especializadas, la presión generada durante un estornudo puede alcanzar velocidades de más de 150 km/h, por lo que retenerlo dirige esa fuerza hacia los tejidos sensibles de la cabeza.
Esto puede provocar microlesiones en los vasos sanguíneos de la nariz, los ojos o los senos paranasales. En casos documentados, se han presentado rupturas de pequeños vasos que derivan en hemorragias subconjuntivales, esas manchas rojas que aparecen en los ojos tras un esfuerzo excesivo. Aunque suelen sanar sin intervención, representan un signo de la enorme presión contenida.
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Otro riesgo reportado es el daño al oído medio. Al bloquear un estornudo, la presión puede viajar hacia los conductos auditivos y generar perforación del tímpano, pérdida temporal de la audición o sensación de zumbido. Aunque es poco frecuente, la literatura médica señala que sí es posible y que ocurre especialmente en personas con antecedentes de problemas auditivos.
POSIBLES LESIONES GRAVES SEGÚN LA CIENCIA
Existe evidencia clínica de que contener un estornudo también puede afectar la garganta. Algunos casos registran rupturas en la faringe debido a la presión excesiva atrapada tras bloquear el aire comprimido. Estas rupturas pueden causar dolor intenso, inflamación y dificultad para respirar, requiriendo atención médica inmediata.
También se han descrito casos inusuales de roturas de costillas, sobre todo en personas mayores o con enfermedades respiratorias. Esto ocurre cuando la fuerza del estornudo se dirige hacia el tórax. Aunque extremadamente raro, muestra que el cuerpo libera una energía considerable al intentar expulsar aire de manera violenta.
En situaciones aún más excepcionales, estudios clínicos han documentado fugas de aire hacia tejidos cercanos, un fenómeno conocido como enfisema subcutáneo. Este se presenta cuando el aire se escapa y queda atrapado bajo la piel, generando inflamación y crujidos al tacto. Aunque suele tratarse sin complicaciones, evidencia lo riesgoso que puede ser contener algo tan cotidiano como un estornudo.
QUÉ HACER EN LUGAR DE REPRIMIRLO
Dado que los riesgos existen, la recomendación médica es no reprimir los estornudos. En lugar de contenerlos, lo ideal es cubrirse con el antebrazo o un pañuelo para evitar la propagación de partículas y mantener la higiene, pero permitiendo que el cuerpo complete el reflejo natural.
Reprimir un estornudo no ofrece ningún beneficio fisiológico y, por el contrario, puede provocar lesiones inesperadas. La ciencia es clara: dejar que el cuerpo estornude es la forma correcta de proteger las vías respiratorias sin poner en riesgo tejidos o estructuras internas.
Además, los expertos recomiendan evitar posturas que aumenten la presión, como agachar la cabeza o cerrar completamente la boca. Dejar que el aire fluya reduce la posibilidad de daño y mejora la salud respiratoria.
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DATOS CURIOSOS
• Un estornudo puede expulsar entre niebla y microgotas que viajan hasta dos metros de distancia.
• La presión interna de un estornudo puede superar la de un balón de fútbol inflado.
• Algunos animales, como los gatos, estornudan por motivos emocionales además de irritación física.