Claudia Sheinbaum dice adiós a la conciliación y apuesta por retomar ‘las líneas bravuconas’ de AMLO: Riva Palacio
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Aconsejada por sectores radicales del obradorismo y ante el ‘monstruo de país’ que le heredó su antecesor, la Presidenta ha cambiado el tono de su discurso, refiere periodista en su análisis
CDMX.- La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo decidió abandonar el discurso conciliador y moderado que adoptó durante la etapa de transición e incluso al arranque de su gobierno, y lo ha reemplazado por uno más radical, afirma hoy el periodista Raymundo Riva Palacio.
En su columna “Estrictamente Personal”, el analista advierte que en lo últimos días ha notado que la mandataria ha cambiado el tono de su discurso incluso adaptando el “belicoso y burlón” de su antecesor Andrés Manuel López Obrador.
“Sheinbaum retomó las líneas bravuconas de su antecesor y también empezó a lanzar distractores para buscar temas de conversación que desviaran la discusión pública hacia banalidades”, expone en el artículo.
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En su análisis señala que en los primeros días de su gestión, la mandataria adoptó durante la conferencia mañanera un discurso diferente al que había llevado por seis años López Obrador.
“El tono utilizado dejó la agresividad unilateral a un lado y comenzó a aportar información en lugar de diatribas y propaganda. Fue notorio que en los primeros días hubo un intento por alejarse del litigio innecesario y bravucón, y establecer una primera gran diferencia con el pasado inmediato a través del ejercicio comunicacional”, reconoce el periodista.
Pese a ello, para Riva Palacio, los primeros tropiezos de Sheinbaum como presidenta los dio en la comunicación política, donde apenas se había podido proyectar “como una administradora del encargo que le dejó López Obrador”.
Sin embargo, al paso de los días, la Presidenta se alejó de ese intento conciliador y volvió a la narrativa establecida por López Obrador.
SHEINBAUM, ACONSEJADA POR LOS RADICALES OBRADORISTAS Y PRESIONADA POR LA REALIDAD
Para Riva Palacio, el cambio de tono por parte de la presidente Sheinbaum se puede deber a dos factores: realidad nacional que la supera y el ala radical del obradorismo que la está forzando a regresar a la narrativa belicosa de López Obrador.
“La radicalización del discurso coincidió con varias expresiones de los sectores radicales del obradorismo que le urgieron regresar a las andadas y andanadas de su antecesor, y pelearse con todos”, detalla hoy en su columna.
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El periodista recuerda que cuando Sheinbaum adoptó un discurso conciliador aún era presidenta electa y “aún no terminaba de ver y entender cómo le entregarían la administración”.
Al respecto, el editorialista asegura que la primera vez que la hoy mandataria sintió el “monstruo de país” que iba a heredar fue cuando Rogelio Ramírez de la O, a quien había nombrado su secretario de Hacienda, le dijo que permanecería en el cargo, pero ella debía aceptar un “fuerte apretón en el gasto público”.
“Le condicionó (Ramírez de la O) su renuncia a cambio de que estuviera de acuerdo en un fuerte apretón en el gasto público el próximo año, aceptando que el déficit fiscal se estableciera en 3 por ciento, lo que significará cerca de un billón de pesos en reducción presupuestal”, detalla.
Ya instalada, añade, quedó en medio del conflicto con el Poder Judicial y el paro de labores y se enteró que “el poder y el mando lo tienen los criminales” en varias partes del país, pues recibió la banda presidencial mientras en Culiacán se libra una cruenta batalla entre integrantes del Cártel de Sinaloa. A ello hay que sumarle el asesinato del alcalde de Chilpancingo
En ese contexto, Riva Palacio concluye que la radicalizando de su discurso parece inevitable porque “las realidades son tan fuertes que ser diferente en la comunicación que tenía su antecesor, no le está funcionando por lo negativo de las condiciones que le dejaron”.
Sin embargo, añade, Sheinbaum tiene otro problema: “No es López Obrador. No tiene su empaque ni su cinismo. Tampoco tiene esa profundidad binaria y religiosa que le permita penetrar en la gente para que la fascinación, como pasó con él, la blinde”.