Elecciones en tiempos de guerra: retos y consecuencias de una cita que baraja Kiev
COMPARTIR
TEMAS
Localizaciones
Personajes
En medio de la expectativa por la reunión de este fin semana entre el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y el mandatario de EU, Donald Trump
UCRANIA- La presión que el mandatario estadounidense, Donald Trump, ejerce a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, para que celebre elecciones pese a que el país se encuentra inmerso en pleno conflicto con Rusia se percibe como una coacción que, de materializarse, presenta unas consecuencias políticas inciertas.
Ucrania debería haber celebrado sus últimas presidenciales en 2024, pero tuvo que aplazarlas ‘sine die’ ya que su legislación prohíbe votar en tiempos de guerra.
TE PUEDE INTERESAR: Ucrania, bajo presión en el frente, aunque avances en Kúpiansk le brindan una cauta esperanza
El pasado 9 de diciembre, no obstante, el líder ucraniano dijo estar dispuesto a impulsar una reforma legal para poder organizarlas sin necesidad de que termine la ofensiva, siempre que EE.UU. y los aliados europeos de Kiev garanticen la seguridad del proceso.
Para Rafael Santiago Orti, doctor en Economía y Relaciones Internacionales y profesor en la Universidad Complutense de Madrid, los principales desafíos en un contexto así radican en garantizar la seguridad de los electores y en superar los obstáculos materiales que afrontaría su logística.
El también analista del centro de pensamiento Minerva Institute considera necesaria la intervención de un árbitro o mediador que vele por su fiabilidad y veracidad. «Es imprescindible la colaboración y respeto de los países implicados en el contencioso», añade en una entrevista con EFE.
Pablo del Amo, investigador para Política Exterior del Real Instituto Elcano, cree que Washington busca esos comicios para «cerrar el conflicto lo antes posible»: «No quiere involucrarse más y una forma para lograr sus objetivos es presionar a la parte más débil».
Celebrar elecciones en tiempos de guerra, recalca, favorecería la debilidad del gobierno y perjudicaría la unidad nacional. «Uno de los temas clave va a ser la propia deriva de la guerra. La realidad es que no ha ido bien para Ucrania y eso va a aumentar las divisiones y, seguramente, la desconfianza en las instituciones y la democracia».
Diferencias en el calendario electoral internacional
Ucrania no es el único país que permite el aplazamientos de unos comicios en casos excepcionales, como una guerra o emergencia nacional.
Según la Constitución de Italia, la Cámara de Diputados y el Senado se eligen por un período de cinco años y su mandato no puede prorrogarse «salvo por ley y únicamente en caso de guerra». Es decir, no se impiden las elecciones, pero se prevé la posibilidad de prorrogar la legislatura, evitándolas «en circunstancias excepcionales» que pudieran alterar la voluntad popular.
Alemania es otra de las naciones donde mientras dure el «estado de defensa» no se pueden disolver las cámaras. De expirar el mandato del presidente en ese periodo, el jefe de Estado solo dejaría de serlo nueve meses después de que se terminara dicho estado.
En España, la Constitución no menciona la celebración de elecciones en tiempos de guerra, tan solo prohíbe emprender reformas constitucionales. Sin embargo, en su artículo 116 prohíbe la disolución de la Cortes en un estado de alarma o de excepción y, lo lógico, es que en una guerra se declare tal estado.
En Serbia, país involucrado en varias guerras en la antigua Yugoslavia en los años 1990, está prohibido convocar y celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales durante una guerra o estado de emergencia. Esos comicios, no obstante, deben tener lugar como máximo tres meses después del final del conflicto o de la emergencia.
Aunque la Constitución y las leyes electorales actuales de Croacia —que entre 1991 y 1995 estuvo en guerra por su independencia de la antigua Yugoslavia— no contienen una prohibición explícita, en caso de guerra o estado de emergencia pueden aplicarse disposiciones legales relacionadas con la seguridad pública y el orden que podrían afectar su organización, como restricciones a reuniones públicas.
TE PUEDE INTERESAR: Zelenskyy se reunirá con Trump en Florida este domingo para hablar sobre un acuerdo de paz
En Turquía, el Parlamento sí puede decidir aplazar los comicios. Su Constitución establece que, en caso de conflicto, las elecciones pueden ser pospuestas un año, prorrogable si continúa la guerra. El presidente por sí solo no tiene autoridad para tomar esa decisión.
En Suiza, ni la Constitución ni la ley electoral federal contemplan la suspensión de elecciones.
En las dos contiendas mundiales (1914-1918 y 1939-1945), el país, neutral en ambas, celebró comicios y referendos con su regularidad habitual, si bien es cierto que en los comicios federales de octubre de 1939 la excepcionalidad del momento provocó que algunos cantones presentaran sólo un candidato, elegido sin necesidad de voto.
El Reino Unido sí retrasó sus comicios durante ambos conflictos. Estados Unidos, en cambio, nunca ha modificado una convocatoria como consecuencia de una guerra, pandemia u otra crisis de peso. El Congreso es quien tiene la potestad de determinar la fecha o cambiarla.
Pese a la presión de Washington, el experto del Real Instituto Elcano ve «bastante difícil» que en Ucrania haya en estos momentos «unos parámetros mínimos» que permitan unos comicios. «No tiene la infraestructura», concluye alertando sobre la posibilidad de que puedan depositar su papeleta grupos directamente implicados y afectados por la lucha: los soldados y los refugiados.
PREPARATIVOS DE LAS ELECCIONES ANTES DEL ENCUENTRO DE ZELENSKI Y TRUMP
En medio de la expectativa por la reunión de este fin semana entre el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y el presidente de EEUU, Donald Trump, Ucrania ha iniciado preparativos para celebrar elecciones presidenciales.
Un grupo de trabajo formado por representantes de varios partidos -de acuerdo con las instrucciones de Zelenski- ha celebrado su primera reunión para discutir los obstáculos legales, de seguridad y organizativos.
Según Zelenski, Ucrania podría celebrar de forma simultánea las elecciones y un referéndum sobre el documento de 20 puntos desarrollado conjuntamente por Ucrania y Estados Unidos y cualquier eventual concesión territorial a Rusia.
TE PUEDE INTERESAR: Esto es lo que contiene el plan de paz de 20 puntos para Ucrania
Celebrar las elecciones en tiempos de guerra ha sido una opción impopular en Ucrania, rechazada por todas las principales fuerzas políticas, y requeriría cambiar la legislación.
Sin embargo, ante la insistencia de Trump, Kiev se ha abierto recientemente a la idea, en lo que se percibe como un intento de privar a Moscú y Washington del argumento de que el gobierno ucraniano es ilegítimo.
Dificultades
Los miembros del grupo de diputados y representantes de la sociedad civil, encabezado por el primer vicepresidente del Parlamento ucraniano, Oleksandr Kornienko, coinciden en que Ucrania se enfrentará a importantes dificultades para garantizar la seguridad y legitimidad de las posibles elecciones.
Con hasta 7,5 millones de ciudadanos en el extranjero y un millón sirviendo en el ejército, sería un desafío garantizarles a todos el derecho al voto, según la Comisión Electoral Central.
Miles de centros de votación están destruidos u ocupados y los ataques rusos podrían disuadir a los votantes y a los observadores internacionales de participar.
También sería necesario verificar los datos de millones de ucranianos desplazados internamente para introducirlos en el registro de votantes, señaló David Arajamia, jefe del grupo parlamentario del partido Servidor del Pueblo quien subrayó que garantizar la máxima participación es fundamental para la legitimidad de las elecciones.
“Si hay una baja participación, esto dará al enemigo y a otros oponentes un argumento para reconocer las elecciones como ilegítimas”, explicó, sugiriendo que Ucrania podría considerar combinar la votación en persona con la participación en línea o extender la votación durante varios días.
Críticas
Garantizar un alto el fuego se considera crucial para que se celebren elecciones en Ucrania, y Rusia ha señalado que desearía que fuera lo más breve posible, según la agencia de noticias Axios.
Olha Aivazovska, jefa del organismo de control electoral OPORA, señaló en sus redes sociales que la celebración de elecciones no debería ser parte de ningún acuerdo de paz. Argumenta que colocaría a Ucrania en el estatus de un estado con soberanía débil, dada la oposición popular a celebrarlas durante la guerra.
Las encuestas muestran que alrededor del 70% de los ucranianos quieren elecciones sólo después de la guerra, por temor a que obstaculicen la defensa y polaricen la sociedad, ya que muchos candidatos populares podrían provenir del propio ejército.
Los desafíos a la hora de organizar las elecciones podrían dar a Rusia el pretexto para calificar una vez más de ilegítimo al gobierno de Kiev, escribe Roman Kulchinski, director del medio ucraniano Texty.
Considera que, con o sin elecciones, es poco probable que Rusia renuncie a lo que muchos ucranianos consideran un intento de subyugar completamente al país.
Los cálculos de Zelenski
Los críticos de Zelenski también han sugerido que el presidente busca aumentar sus posibilidades de reelección al celebrar las elecciones antes de hacer formalmente concesiones impopulares a Rusia.
El 21,6% de los ucranianos votaría actualmente por Zelenski en la primera vuelta de las elecciones, según una encuesta de la agencia SOCIS, seguido muy de cerca por el popular ex general Valeri Zaluzhni con el 20,9%.
Sin embargo, Zelenski perdería rotundamente ante Zaluzhni en la segunda vuelta, con el 36% de los votos frente al 64% de este último. El presidente en ejercicio también perdería si Kirilo Budanov, jefe de la inteligencia militar ucraniana, sustituye a Zaluzhni como segundo contendiente.
En cualquier caso, las expectativas que muchos en Moscú y Washington tienen de que el sucesor de Zelenski pudiera estar más abierto a concesiones dolorosas son infundadas, señalan los analistas políticos ucranianos.
Mientras tanto, la apertura a las elecciones permite a Zelenski mostrar la voluntad de Ucrania de negociar, aliviando la presión estadounidense mientras busca garantías de seguridad a largo plazo y una postura conjunta sobre cuestiones territoriales con Washington, en medio de la esperanza de que Moscú finalmente se encuentre bajo más presión para detener su agresión.
Por Marta Garde y Rostyslav Averchuk, Agencia de Noticias EFE.