4 de enero: Día mundial del ‘lenguaje’ Braille
No podemos dejar pasar el mes sin hacer mención de la importancia de esta fecha, pues en el mundo son necesarias más personas como Louis Braille
El 4 de enero, pero de 1809, nació Louis Braille en Coupvray, Francia. Hijo de un talabartero, cuando era un niño de apenas 3 años, Louis Braille jugaba en el taller de su padre y sufrió un accidente en el cual se hirió uno de sus ojos. Como consecuencia de que la inflamación e infección se extendieran al otro ocelo, el pequeño perdió la vista de manera irreversible a la temprana edad de los 5 años.
Su familia vivía en condiciones de escasos recursos, pero con determinación y el apoyo de sus padres, Louis Braille logró ir a la escuela de su localidad. De igual manera, hubo maestros que tuvieron un rol clave en su desarrollo y, con una beca, consiguió ingresar al Instituto Nacional para Jóvenes Ciegos en París. Ahí, además de haber realizado su camino como estudiante, posteriormente se desempeñó como profesor.
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Para entonces, existía un abecedario en relieve, letra por letra, que había ideado Valentin Haüy, erudito que fundó el Instituto Parisino para Personas Invidentes y que tuvo gran influencia en la formación de Louis Braille. Más adelante, en una visita que el militar Charles Barbier hizo al instituto para ciegos en 1821, el oficial presentó un código que desarrolló para mejorar la comunicación del ejército, encriptado mediante puntos y guiones, para ser descifrado con los dedos.
Con estas bases, el joven francés trabajaría en perfeccionar un código de puntos que fuera sencillo y rápido. Buscaba que quienes tuvieran una discapacidad visual, como la suya, pudieran leer y escribir sin mayores complejidades, como en el caso de las personas que no estamos en situación de ceguera.
Así, en 1837, publicó el método de lectura y escritura táctil que, el día de hoy y de manera universal, lleva su apellido. El sistema de caligrafía Braille es un conjunto de símbolos alfabéticos y numéricos que utiliza hasta seis puntos para representar las letras, los números e, incluso, notas musicales, gráficos matemáticos y científicos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año 2023 se ha estimado que hay, por lo menos, 2 mil 200 millones de personas con deterioro de la visión cercana o lejana en todo el mundo. La OMS ha señalado también que, en mil millones de estos casos, la discapacidad visual podría haberse evitado o todavía no se ha tratado.
Otro dato importante que brinda esta organización es que, a nivel global, las principales causas de la discapacidad visual y de la ceguera son: 1) las cataratas, 2) las dificultades en la refracción (como miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia), 3) degeneración macular por la edad, 4) el glaucoma y 5) la retinopatía diabética.
Resulta alarmante también que, como indica la OMS en su informe, sólo el 36 por ciento de las personas con problemas de refracción y el 17 por ciento de aquellas con cataratas han tenido acceso a una intervención adecuada. La discapacidad visual, en general, se traduce en una carga económica mundial de gran tamaño, pues se calcula que el costo anual (en términos de productividad) asciende a 411 mil millones de dólares (moneda de Estados Unidos).
Los problemas en la visión tienen consecuencias serias y, en ocasiones, de por vida. Para el caso de infantes, les genera la posibilidad de sufrir retrasos en el desarrollo motor, lingüístico (desde luego), cognitivo, pero también emocional y social. En el ámbito escolar, la discapacidad visual se relaciona con niveles más bajos de rendimiento académico.
En la población adulta, esta discapacidad tiene implicaciones graves para la calidad de vida de las personas, pues se ha comprobado su conexión con tasas de empleo más bajas y con índices de depresión y ansiedad más altos.
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Respecto al grupo de personas de mayor edad, los problemas de visión pueden contribuir a su aislamiento social, a agudizar complicaciones en su movilidad y caminar, por tanto, a incrementarles el riesgo de caídas, fracturas y accidentes, así como a una mayor probabilidad de ser ingresadas en residencias o instituciones para cuidado de ancianos, en el mejor de los casos, o al abandono, en los peores escenarios.
Al tener presentes los datos recién citados, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció, apenas desde el año 2019, el 4 de enero como el Día mundial del Braille. Además de honrar al joven francés Louis Braille, creador de este sistema de lectura y escritura táctil para personas con ceguera, esta fecha de conmemoración tiene como objetivo crear conciencia sobre la integración de las personas que tienen discapacidad visual y a fin de que se desenvuelvan en igualdad de condiciones, sin discriminación.
Ciertamente, no podemos dejar pasar el mes sin hacer mención de la importancia de esta fecha, pues en el mundo son necesarias más personas como Louis Braille, con tenacidad para diseñar e implementar medidas de inclusión a favor de personas en condiciones de desigualdad y de discapacidad, como son las personas invidentes, que viven en permanente oscuridad.
La autora es investigadora de la Academia IDH
Este texto es parte del proyecto de Derechos Humanos de VANGUARDIA y la Academia IDH