Agentes de cambio social: ¿Por qué estudiar derecho?

Opinión
/ 24 diciembre 2023

Una de las preguntas más comunes al iniciar la universidad es: “¿por qué decidimos estudiar nuestra carrera?” y, en particular, “¿por qué estudiar Derecho?”. Algunas de las respuestas más frecuentes a esta pregunta incluyen motivos económicos, influencia de familiares que han estudiado Derecho, o las ideas presentadas en series y películas relacionadas con esta profesión.

Para algunas personas puede ser la pregunta más sencilla de toda la carrera de Derecho, mientras que para otras, es la más compleja de responder. En este caso, no existen respuestas correctas, sólo distintas motivaciones de quienes hemos decidido estudiar Derecho.

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Las primeras razones que podríamos dar quienes estudiamos Derecho son, en su mayoría, meras expectativas personales. Para comprender y explicar los verdaderos motivos por los que decidimos estudiar esta profesión es necesario entender la función que desempeña el Derecho en la sociedad.

El Derecho cumple una función esencial en la sociedad: proporcionar normas que garanticen la convivencia, el orden, la estabilidad, la justicia, la igualdad y protejan los derechos de todas las personas. Además, el Derecho es una herramienta indispensable para contribuir a la solución de problemas que afectan a la sociedad.

Para comprender las razones por las que se decide estudiar Derecho, es indispensable enfrentar la realidad social, es decir, las problemáticas que requieren atención jurídica. Conocer y entender la realidad a la que nos enfrentamos permite descubrir la importancia de nuestra preparación. Es fundamental generar conciencia sobre el sentido social que implica el estudio y ejercicio del Derecho, ya que la construcción de soluciones no se basa únicamente en la teoría.

Ser conscientes de la importancia de una preparación adecuada en el ámbito jurídico nos lleva a entender que, aunque memorizar leyes y libros pueda ser fácil, el estudio, análisis y comprensión del Derecho no lo es. La sociedad se transforma, y con ella cambian sus necesidades, lo que provoca la evolución del Derecho. La sociedad no permanece estática, y el Derecho no ofrece soluciones exactas ni inmutables, de modo que no puede haber una misma respuesta para todos los casos.

Estudiar Derecho no termina con la obtención de un título universitario; es en este punto donde comienza un compromiso permanente de preparación, dado que el Derecho está en constante cambio. Las necesidades que atiende el Derecho exigen profesionales preparados, actualizados y conscientes de la importancia de su trabajo.

Conocer el Derecho puede parecer una tarea interminable si se entiende como tener conocimiento de todas las leyes. Sin embargo, conocer el Derecho implica ver más allá de las leyes, reconociendo que no siempre son justas. Esto revela que estudiar Derecho conlleva adoptar una visión crítica que abra camino a la justicia e igualdad para todas las personas. Esta visión crítica no debe limitarse sólo a las leyes; debe extenderse a todo lo que implique garantizar un derecho, ya que las leyes no son la solución completa a los problemas, sino sólo una parte de ella.

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Si bien la preparación es uno de los elementos esenciales para las personas que decidimos estudiar Derecho, no es lo único importante. El ejercicio del Derecho implica pasar de la idea de un beneficio personal a uno social, lo cual requiere vocación. Pensar que lo más importante en nuestra profesión es la retribución económica es un gran error.

En un mundo donde las injusticias y la desigualdad están arraigadas, se necesita de personas preparadas que puedan contribuir a la lucha por la justicia e igualdad para todos. No se trata sólo de lo que aprendemos en el estudio del Derecho, sino de cómo aplicamos esos conocimientos para ayudar a la sociedad. Pueden existir muchas instituciones donde se estudie Derecho, pero son pocas las que ofrecen una formación integral capaz de formar agentes de cambio social.

El estudio y ejercicio del Derecho no son tareas fáciles; implican más que sólo conocimiento. La realidad social exige personas con conocimientos, empáticas, conscientes de los problemas actuales y que comprendan la finalidad del Derecho en la sociedad. Estudiar, reflexionar y luchar por el Derecho son los pilares centrales de la formación jurídica.

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Ser conscientes de lo que implica nuestra formación nos lleva a modificar nuestras expectativas sobre lo que significa estudiar Derecho. No estudiar de la manera adecuada conduce a un mal ejercicio de esta profesión. Podemos entender que nuestro trabajo tiene un impacto que va desde la pérdida del patrimonio de una persona hasta la pérdida de su libertad, por citar algunos ejemplos.

En algún momento podemos considerar la posibilidad de abandonar el estudio del Derecho debido a su dificultad. Sin embargo, desistir no debería ser una opción, ya que esto nos privaría de comprender el punto central de nuestra profesión y su verdadero sentido, que reside en el ejercicio del Derecho. Conocer la realidad y tomar conciencia de las necesidades de la sociedad es crucial, especialmente considerando la función importante que desempeñamos las personas que estudiamos Derecho como agentes de cambio.

La autora es investigadora del Centro de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales de la Academia IDH

Este texto es parte del proyecto de Derechos Humanos de VANGUARDIA y la Academia IDH

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