Block de Notas (70): El Estado mexicano no puede
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El atrevimiento de los criminales va en aumento y no hay ley que los detenga
La vida en esta parte del mundo es extraña, bizarra. Vivir en América es vivir entre la ficción y la fantasía, o ambas cosas al mismo tiempo y sin contradicción alguna. Alguna vez di cuenta aquí de un libro, una lectura de ese dandi muerto de manera repentina, Carlos Fuentes, el cual –en “Valiente Mundo Nuevo”– contó de manera clara y gozosa todas nuestras penurias y avatares en materia de caciques, en materia política.
Cuenta la historia, para desternillarse de risa, el caso de Enrique Peñaranda, dictador de Bolivia de los años cuarenta del siglo pasado: al asumir éste la Presidencia del país, y en respuesta a una pregunta de un reportero, la madre del dictador contestó: “De haber sabido que mi hijo llegaría a Presidente, le hubiera enseñado a leer y escribir”.
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Otra historia. El dictador de República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo, nombró a su pequeño hijo –Radamés– general e incluso quiso canonizar a su madre. No estamos lejos del emperador Calígula, quien nombró a su caballo o burro cónsul. Con sarcasmo e ironía, el esteta ya también fallecido y unido a la eternidad, Álvaro Mutis, acotaba: “Bienaventurados los que fueron gobernados por el caballo de Calígula”.
Tiene razón. Estamos en manos de gente bizarra, extraña, no parecida a los equinos, sino a una raza llamada “políticos”. ¿Alguien no recuerda a Antonio López de Santa Anna, el pintoresco dictador mexicano que ocupó la Presidencia de México once veces entre 1833 y 1855; alguien no recuerda que fue casi la misma cantidad de veces que enterró con pompa y “Te Deum” su pierna, la cual había perdido en la guerra con Francia en 1836?
Cuenta la historia que la turba de mexicanos, cuando éste caía del poder, iba y desenterraba los despojos de su pierna de la Catedral de México, sólo para enterrarla con galas oficiales cuando Santa Anna regresaba por la tarde o al día siguiente al poder. Aquí vivimos, señor lector, en esta América bizarra nuestra. Pero esto que se creía historia patria, historia pasada y muerta, sigue estando presente y es letra viva.
Los ejemplos se siguen sucediendo a nuestro alrededor y es increíble que hoy, según con el acceso al mundo completo vía un clic de computadora a Internet, nadie repara en ello y hay más ignorancia que nunca. Cuando se llega al poder, la tentación de perpetuarse en él es algo patológico y, sin embargo, una y otra vez se logra o se pone en práctica. La tentación de ser un dictador es mucha. Y es justo lo que acaba de pasar en El Salvador con Nayib Bukele, quien al modificar la Constitución de su país pasa a ser reelecto eternamente. Elecciones simuladas a partir de ahora, como en Venezuela.
Pero en nuestro país no estamos tan lejos de semejante escenario. De hecho, aquí la democracia está a punto de morir: el INE y la Suprema Corte de Justicia se han convertido en instrumentos de Estado en manos de Morena y la tentación autoritaria no es un punto nada lejano en el horizonte. Andrés Manuel López Obrador sembró las bases, cimentó el peor escenario, el cual está llevando, hasta el final, Claudia Sheinbaum.
ESQUINA-BAJAN
Una nueva era se inicia con los magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Estado, al ser electos de manera directa en la urna. Un par de acciones inmediatas: rapidez y eficacia deberán ser sus monedas de cambio. Y con estos “nuevos” magistrados, es un decir, el ajedrez político estatal se mueve inmediatamente. Es decir, repite como magistrado Miguel Mery Ayup y, desde hoy, es una carta fuerte y disponible para competir en su momento por la alcaldía de Torreón.
Conocedor de los entretelones de la política lagunera, Mery Ayup daría certeza a los ciudadanos y un ofrecimiento, de los muchos rezagos que tiene la Laguna hoy en manos de Román Alberto Cepeda, sería un palio vertebral: la seguridad. Cosa nada menor y sí principal para lograr inversiones económicas que le den dinamismo a la región, hoy tan olvidada y en la encrucijada de su historia. Como siempre.
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Y vaya que la seguridad es hoy un factor fundamental para la gobernabilidad: eje motriz y apuesta de Manolo Jiménez Salinas. Coahuila se destaca por lo anterior y no se puede quitar el dedo del renglón. El asesinato del delegado de la Fiscalía General de la República en Reynosa, Tamaulipas, Ernesto Cuitláhuac Vásquez Reyna, el pasado lunes 4, es un ejemplo de la capacidad de logística y armamento con el que cuentan los criminales. Bien lo dice Donald Trump una y otra vez: el desafío de las bandas armadas tiene al país en su puño y la Presidenta de México poco o nada hace al respecto.
El atrevimiento de los criminales va en aumento y no hay ley que los detenga. En Villahermosa, capital de Tabasco, los criminales y a plena luz del día (5 de agosto) asaltaron comercios y luego los incendiaron. No obstante ser la capital del Estado, los criminales no tienen freno alguno. A un lado, en Veracruz, esparcidos en la carretera Poza Rica-Cazones, dejaron tres cabezas de lo que fueron seres humanos. Parte de sus extremidades igual. Y en bolsas negras... sangre. Sí, ya algo más que bestial de lo cual le he dado cuenta en textos anteriores, lo cual usted me ha señalado oportunamente, señor lector.
LETRAS MINÚSCULAS
El Estado mexicano no puede. Así de sencillo. La Presidenta Sheinbaum no puede.