Coahuila: Electromovilidad, ¿sigue siendo una apuesta segura?

Nadie en el mundo duda que los vehículos de combustión interna terminarán siendo, en algún momento del futuro próximo, cuestión del pasado, piezas de museo. Y la razón fundamental para tener claro esto es el carácter finito de las reservas petrolíferas del planeta de las cuales se obtienen los combustibles que utilizan este tipo de automóviles.

La situación convoca entonces a diseñar y poner en operación alternativas para sustituir a los motores que utilizan combustibles fósiles. En este momento la apuesta se encuentra en el terreno de los autos eléctricos, cuya manufactura ha registrado un gran impulso en los últimos años.

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Sin embargo, debido a que la tecnología no ha madurado aún lo suficiente y las reservas de crudo en el mundo no apuntan hacia ninguna crisis, el mercado de los vehículos eléctricos está sufriendo un estancamiento en este momento. Una encuesta reciente realizada por la empresa McKinsey muestra que alrededor del 30 por ciento de los propietarios de vehículos eléctricos, en todo el mundo, están considerando la posibilidad de adquirir un vehículo con motor de combustión interna en la próxima sustitución de auto que realicen.

Más aún: de acuerdo con la misma encuesta, hasta un 46 por ciento de los consumidores estadounidenses, por mucho el mercado más grande del mundo, se encuentran actualmente ante la misma disyuntiva.

Se trata de números que hablan claramente de una disminución en la velocidad a la cual se registra la transición hacia la electromovilidad. Pero no se trata de un frenazo abrupto ni tampoco del anticipo de una detención total. No deja, sin embargo, de ser un hecho muy relevante, sobre todo para regiones como la nuestra, con una actividad industrial anclada en lo automotriz.

En este contexto, el que tres importantes marcas proyecten la realización de fuertes inversiones, en nuestra Región, en el futuro próximo, todas ellas vinculadas con la transición a la electromovilidad, deja claro que en términos de competitividad nuestras ventajas se han venido consolidando.

En los hechos eso se traducirá en una realidad que no podría ser más benéfica para nuestra Región: cuando la industria de los autos eléctricos ingrese en su siguiente ola de crecimiento −algo que sin duda ocurrirá− nuestra posición ante el fenómeno será aún más sólida.

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Y si, al final de la historia, no son los motores eléctricos los que terminan por convertirse en la norma, sino alguna otra de las soluciones que hoy se cocinan en los laboratorios del mundo, el Sureste de Coahuila sin duda figurará entre los espacios a los cuales voltearán a ver los fabricantes para redefinir sus líneas de producción.

En este sentido pues, a pesar del “bache” por el que atraviesa la industria de los autos eléctricos, debido a la “decepción” expresada por los consumidores actuales, la electromovilidad sigue siendo una apuesta segura para las regiones que, como la nuestra, han desarrollado una vocación productiva vinculada con la industria automotriz y ello se traduce en la existencia de un esfuerzo permanente para fortalecer sus ventajas competitivas.