Concienciación

Opinión
/ 9 agosto 2025

El pasado 26 de julio se conmemoraron 150 años del nacimiento de un poeta español, uno de los más brillantes exponentes de la generación del 98. Yo lo conocí por mi querido, admirado y recordado maestro de dicción, don Daniel Tapia Colman. Él me lo presentó a través de sus poemas, y se quedó para siempre en mi pensar y en mi sentir. Me refiero a Antonio Machado.

Machado era vehemente, apasionado, se desborda todo eso en los versos que escribió. Los mexicanos lo tenemos muy presente por su Caminante no hay camino, se hace camino al andar... con la música y la voz de Joan Manuel Serrat. Hoy lo traigo a estas reflexiones, que usted me hace favor de leer, porque fue un escritor duro también, políticamente “incorrecto”, dirán algunos. Le comparto. En un poema que dedicó a don Miguel de Unamuno describe acremente a sus conciudadanos: “...pueblo de arrieros, lechuzos y tahúres y logreros.” En Campos de Castilla, usted califique: “...decrépitas ciudades, caminos sin mesones y atónitos palurdos sin danzas ni canciones...” Machado se atrevió en su tiempo a hablar de la tipología humana y de la sensibilidad social. Hoy día, dada la desinhibición social, cultural y moral que se vive, pues pasa de largo. Se ha avanzado en el asunto de las libertades... ¿Se ha avanzado? ¿De verdad? Creo que si don Antonio leyera lo que corre en las redes sociales, las declaraciones de políticos sin patria ni matria, entre otras “lindezas”, le produciría una nausea incontrolable, por lo menos.

TE PUEDE INTERESAR: Sentir, sentir, sentir... que maravilla...

Nuestro Ramón López Velarde le cantó a la patria con dulzura, con elogio, con el ritmo y la cadencia que distinguen a la poesía clásica, a mí particularmente me encanta: “...la patria es impecable y diamantina... tu superficie es el maíz, tus minas el palacio del Rey de Oros y tu cielo las garzas en desliz, y el relámpago verde de los loros...” El poeta zacatecano nació en 1888 y falleció en 1921. Que breve fue su vida, treinta y tres años apenas.

Dos poetas, dos hombres de nacionalidades distintas, pero hermanados en la riqueza de las letras. Cada uno a su manera reflejó la patria de sus días en su obra, que ha quedado para la posteridad. Ni la España de Machado, ni el México de López Velarde han detenido su marcha. Yo tengo por costumbre leer periódicos mexicanos y españoles. Que similitud de realidades, aunque nos separen distancia y mares.

La política, en ambos países, no está pasando por sus mejores días. Hay quien escribe “que se ha convertido en un ecosistema diseñado para proteger partidos y egos, no personas”. ¿Será? Con un sistema así, la gente se siente traicionada por sus representantes. Se duele de ello. ¿Cómo se llega a esto? No se requiere tener niveles académicos de doctorado para concluir que cuando la mentira se vuelve de uso consuetudinario, cuando se permite que el poder se ejerza sin preparación ni conciencia, pues es lo que se genera. Aquí, en China y en Palestina, como solía decir mi maestro de etimologías en la preparatoria, para darle énfasis a algo que nos debía quedar bien claro.

Mientras en la cultura del mexicano, ya dejo en paz a la península, no permee que los cargos de representación pública se crearon para que quienes lleguen a ocuparlos, NOS SIRVAN, y que además se trata de una estancia temporal y PAGADA, pues estamos aviados. En la esfera privada si contratan a alguien para el desempeño de un puesto y no da el ancho, como se dice coloquialmente, pues lo ponen de patitas en la calle.

Y va otra, si un individuo dispone de lo ajeno, se llama robo, y va a juicio y si lo condenan va a prisión. Robar es un delito, así se consiga en el Código Penal. Infortunadamente no ocurre lo mismo en el sector público. Esto, entre otras desvergüenzas, ha ido convirtiendo a la política en algo deleznable.

La corrupción y las mafias son de larga data. ¿Por qué persisten? ¿Por qué se han arraigado en la vida no nomás pública, también en la privada? ¿No hay forma de combatirlas, de hacerlas polvo? No hay democracia con despilfarro e impunidad. No puede haberla con educación manipulada. La educación sirve para enseñarnos a pensar, para aprender a ser LIBRES. Educar no es sinónimo de adoctrinar. Todos tenemos derechos a recibir educación de excelencia, sin excepción alguna, para mejor proveer.

Los buenos gobiernos se ocupan de generar condiciones para que los gobernados vivan de acuerdo a su dignidad de personas. La dependencia es un grillete del estado paternalista. Las personas autosuficientes son LIBRES. No tiene vuelta de hoja esta aseveración.

Los gobernantes comprometidos con la ciudadanía que les paga para que le sirvan, se esmeran en ofrecer los mejores servicios de salud, y esto implica médicos y personal calificado para ello, hospitales públicos de primera, medicamentos y tratamientos para todos los derechohabientes que los requieran, vacunas no caducas, y cuanto se demande para garantizar el derecho a estar sanos, reconocido en la parte dogmática de la Constitución de la República.

TE PUEDE INTERESAR: Conjugar en plural no es utopía

Duele hasta el alma ver como se apropia la delincuencia organizada de tantos espacios en los que antes se podía transitar a la hora que fuera, sin el miedo que invade el ser asaltado e incluso asesinado. No hay día de Dios en que los medios de comunicación no den cuenta del horror sembrado por el crimen en todas sus despreciables manifestaciones. Y ¿sabe que lastima más? Usted lo sabe, claro que lo sabe... la inacción de quienes tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad pública. La frasecita de “se está investigando y se llegará hasta las últimas consecuencias”... ¿no le suena a burla? Es el manoseado estribillo de la incompetencia gubernamental, o de la colusión... “pal” caso es lo mismo... ¿Quiénes son las víctimas?

Hay un dicho muy viejo y muy sabio, usted lo conoce, estimado lector, “el valiente vive hasta que el cobarde quiere”. Una situación como la que hoy se tiene la solventan quienes la padecen. Y no estoy hablando de lucha armada, nada más de concienciación, nada más... Mi admirado Ramón López Velarde, nuestra patria hoy día, no es ni impecable... ni diamantina.

Columna: Dómina. Nacida en Acapulco, Guerrero, Licenciada en Derecho por la UNAM. Representante ante el Consejo Local del Instituto Federal Electoral en Coahuila para los procesos electorales.

COMENTARIOS