Costos y beneficios de las elecciones 2023

El Índice de Democracia (ID) 2022, elaborado por el Economist Intelligence Unit (EIU), coloca a nuestro país en el lugar 89. En 2021 ocupó el lugar 86. El ID tiene como espectro 162 países y dos territorios. Las variables que lo representan son: los procesos electorales y el pluralismo, las libertades civiles, el funcionamiento del gobierno, la participación y la cultura política.

Así, nada más a “ojo de buen cubero”, haga un check list para ver cómo anda en lo individual en cada uno de esos rubros, luego pregúntele a sus amigos y vecinos y catapúltelo a una población de aproximadamente 130 millones de habitantes. Por supuesto, en el padrón electoral se reportan cerca de 95 millones de personas en capacidad de votar. Es importante tener en cuenta que los procesos electorales sólo representan una de las variables que hacen posible el ID.

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En el ranking, el país más democrático del mundo es Noruega, con una puntuación de 9.75, le siguen Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia, Islandia y Dinamarca, entre otros. México tiene una calificación de 5.57. Los números son importantes porque nos brindan una ubicación que se divide en democracias plenas con porcentajes mayores a 8; democracias defectuosas con puntaje mayor de 6 y menor de 8.3; regímenes híbridos con porcentajes mayores de 4 y menores de 6, y regímenes autoritarios con porcentajes menores a 4.

Como verá, nos encontramos –según el ID– en una democracia híbrida, donde se nos presentan una serie de características que la determinan. Vaya a Índice de Democracia 2022 / Unidad de Inteligencia de The Economist (eiu.com) para que tenga información completa.

Le recuerdo que Noruega y los países con puntuación arriba de 9, no sólo son campeones en temas democráticos, sino también en anticorrupción, educación, felicidad y otros rubros. Usted dirá. Por si andaba con la preocupación, el país más democrático en América Latina es Uruguay, con una puntuación de 8.91. El país que se autopublicita como el más democrático del mundo, Estados Unidos, en el reporte aparece en el lugar 30, para que vea que el “león no es como lo pintan”.

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¿Por qué el lugar 89? Veamos, seguro que viendo lo siguiente entenderemos el porqué. Con respecto a la promoción de la democracia en nuestro país: el Consejo General del INE solicitó un presupuesto de 13 mil 987 millones 856 mil 733 pesos para sus gastos en 2023, mismos que aprobó el Congreso de la Unión. A los partidos les tocó 6 mil 233 millones 510 mil 798 pesos.

En concreto, en las elecciones que acabamos de pasar, el INE destinó al Estado de México 582 millones 813 mil 042 pesos y a Coahuila 286 millones 048 mil 814 de pesos. En Coahuila, salió a votar el 57 por ciento del padrón electoral, en el Estado de México el 49.8 por ciento. El 43 por ciento de los recursos que se dieron al IEC y el 50.2 por ciento de los recursos dados al IEEM, se perdieron. Haga la ecuación de los dineros perdidos, por favor. De esos nadie habla. Otro dato son el tope de gastos de campaña, que por Coahuila anduvieron por los 56 millones 540 mil pesos; el voto tuvo un costo de 373 pesos con un padrón electoral de 2 millones 323 mil votantes, de los cuales un 324 mil 110 salieron a votar. Sencillamente impresionante.

Aun así, ¿en el lugar 89? ¿Cuál es el costo-beneficio de la democracia mexicana? ¿Quiénes son los responsables de este retroceso? ¿El Gobierno Federal, los gobiernos estatales, la Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica del INE −que se encarga de promover la cultura política y democrática en el país−, las Universidades, el mismísimo INE, los partidos políticos, usted, yo?

Sería muy simple culpar sólo a los gobiernos. Todos somos responsables. Por ejemplo, en Coahuila en 2017 votó el 62 por ciento de la población, ahora –como ya lo decíamos– el 57 por ciento. ¿Y qué haremos? Seguramente nada.

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A quién le importa el estado que guarda la democracia en el país ¿A los gobernantes? Esos ya ganaron o ya perdieron y lo que importaba en las elecciones, si no se aspiraba a ganar, se aspiraba a mantener el registro, si no pregúnteles a los segundones aliancistas. ¿A quién le importa la democracia, al INE? ¿Sólo con sus comerciales? Y ¿la formación cívica? ¿Son suficientes los cuadernos? ¿Les importa la democracia a las universidades? Por favor, si son la caja chica de los partidos dominantes.

Ahí se entiende el deshonroso lugar 89 en el que nos sitúa el Índice de Democracia citado líneas arriba, en el entendido también que la democracia no se agota en tiempo de elecciones, que es en donde situamos nuestra esencia política. La disfuncionalidad entre lo que piden y ventilan los diferentes actores políticos, lo que dicen y lo que hacen y el hecho de colocar la democracia mexicana sólo en manos de los gobiernos en turno, nos han colocado en una situación bastante complicada, donde los costos económicos son bastante altos y los beneficios en la realidad son deprimentes.

Una democracia demasiado onerosa, gobiernos irresponsables que le apuestan a la apatía de los ciudadanos, organismos que sólo nadan de pechito, instituciones que fungen como brazos políticos de los partidos, partidos políticos que asumieron el papel de rémoras y una ciudadanía que sólo entiende lo político como tema electoral y eso a medias. Seguro el próximo año nos tendrán, como a la fecha, en algunos puestos más abajo en el citado Índice de la Democracia, en el entendido que el próximo año, una vez más, se pondrá a prueba el talante democrático del mexicano. Así las cosas.