Destapes policiacos en Coahuila y un presupuesto federal de abusos y absurdos

DESTAPE. Ninguna sorpresa surgió de la nominación de Federico Fernández como fiscal de Coahuila, en un proceso de simulación al más puro estilo del PRI y hoy de Morena. El policía educado dirigirá las investigaciones penales tendientes a que los jueces apliquen justicia al menos por los próximos años.

La carrera del abogado Fernández está ligada al grupo de Manolo Jiménez y tuvo su periodo de prueba en la alcaldía de Saltillo, cuando el hoy gobernador era la autoridad del municipio.

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Su desempeño, primero en ese cargo y después en los 11 meses de esta administración estatal como secretario de seguridad, lo convirtieron en el necesario alfil para establecer la estrategia tanto de seguridad pública como de seguridad jurídica, y con esa pinza tratar de poner orden primero en las corporaciones policiacas y ahora en los ministerios públicos.

El papel del anterior fiscal, de las únicas posiciones que dejaron nominar a Riquelme, fue más de acompañamiento del hoy senador de mentiritas que de guardián del orden, necesario en esta tierra de tránsito de droga, huachicoleo, extorsión y hurtos al por mayor.

Quienes conocen sobre el medio saben que frente a la mafia policiaca existe la dominación de dos comandantes que vienen acomodándose desde los tiempos del primer gobernador de la “M”, y quienes se consolidaron con el arribo de Sonia Villarreal a la Secretaría de Seguridad.

Se trata de una jugada de carambola de dos bandas y otro trabuco, que el joven Jiménez le propina al moreirato, sin embargo, difícilmente podrá sacudir a la nutrida gavilla de esos personajes que día con día luchan para no ser excluidos de los organismos y las instituciones del estado, y no se diga el gabinete estatal.

La muestra la observaremos en breve, cuando veamos colocados en puestos de primer nivel en la Fiscalía a Jesús Flores Mier y a Javier Rangel, integrantes de la terna de “un” candidato, como es la costumbre en estos lares.

Había preocupación por quién sería nombrado en sustitución del abogado Fernández en la Secretaría de Seguridad, ya que se habían colado los nombres de los comandantes “Hummer” y “Jaguar” como posibles candidatos, lo que sería como colocar a ladrones a cuidar una joyería.

Sin embargo, la cordura impero y se seleccionó a Hugo Gutiérrez, otro fuereño avecindado en Saltillo desde hace 20 años, quien tiene experiencia a nivel estatal y municipal en labores de seguridad pública. Sin embargo, al confirmar a los dos jefes operativos mencionados, está claro que la fórmula para la seguridad en Coahuila será la misma que desde hace 7 años: 1) Controlar el tráfico al menudeo de drogas, 2) Seguir resguardando a los huachicoleros, 3) Evitar la confrontación con los cárteles que aquí operan y 4) Bajo perfil en los medios.

Resulta evidente que los grandes temas pendientes, entre los que se incluye frenar los feminicidios, el robo en las ciudades, la investigación del destino de los desaparecidos y la correcta integración de las averiguaciones previas para obtener sentencias condenatorias, seguirán estando pendientes en Coahuila, pero al menos se empieza a limpiar la casa de aquellos que saquearon al estado o al menos lo facilitaron.

PRESUPUESTO. En un ejercicio por demás anticipado y burdo, fue presentado el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2025, en el que se pueden encontrar sorpresas, abusos y absurdos.

Para empezar, fueron borrados los organismos públicos como el INAI, el de Telecomunicaciones, el de Competencia y otros, porque según ellos pasarán a formar parte de las secretarías de Estado debido a que se “gastaban el 0.065 por ciento del presupuesto” y eran caros (¡válgame!). Además, se redujo el dinero a las universidades, a los apoyos sociales, a la investigación, al sistema carretero y, por lo contrario, se siguieron asignando millonarios recursos al Tren Maya, el AIFA y la refinería de Dos Bocas, en el mayor absurdo de la historia de los presupuestos del país.

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Cabe mencionar que aun cuando el mismo fue impuesto por la mano pachona de Macuspana, el secretario de Hacienda fue hábil al presentar un barril de petróleo barato y un dólar caro, para con esto lograr un ingreso multimillonario al país.

No cabe duda que, como se había comentado, la mayoría en Morena se tropieza con ellos mismos y genera errores imperdonables que repercutirán en la economía del país y los bolsillos de los mexicanos más temprano que tarde.