Los otros datos macroeconómicos importantes

Opinión
/ 23 junio 2023
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Ayer fue un jueves extremo, lleno de información económica importante, justo antes del inicio del periodo vacacional que tendrá como característica principal que no habrá mucho “movimiento” en la economía y las finanzas, pues es por naturaleza, la parte más baja del ciclo económico de nuestro país.

Para empezar, la noticia que da origen a otras noticias es el hecho de que la inflación volvió a bajar de una manera importante y ahora, en la primera quincena de junio el indicador está en 5.18 por ciento. Bastante menor a lo que muchos analistas esperábamos, incluyéndome yo. Este dato es sobresaliente porque ya se llegó al nivel que se esperaba para diciembre de este año, lo que da la oportunidad para tener una inflación en niveles de 4 por ciento al terminar 2023. Tradicionalmente julio y la primera quincena de agosto serán también de inflación a la baja para después dar lugar a un pequeño aumento derivado del regreso a clases, la reincorporación de trabajadores después del periodo vacacional y el gasto remanente en las empresas. Bien por las acciones de política monetaria del Banco de México que aumentó las tasas sin preocuparse mucho por consecuencias que no tenían fundamento.

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La que sigue es comentar precisamente que el banco central de nuestro país ayer mismo dejó la tasa de interés de referencia a un día sin cambios, esto es, permanece en 11.25 por ciento. Aunado a una baja marcada en la inflación, como se mencionó en el párrafo anterior, no era necesario aumentarla y permanecerá en este nivel hasta el 10 de agosto, pues en julio no hay reunión del Banxico para hacer ajustes. Esto es bueno porque las tasas comerciales no aumentarán y durante los siguientes dos meses habrá en el sistema económico estabilidad para pedir préstamos o hacer los ajustes financieros correspondientes sin causar un efecto negativo. Seguramente aumentarán las requisiciones de créditos comerciales a las instituciones financieras y podremos ver un crecimiento económico moderado. Además, el diferencial de tasas de México con respecto a Estados Unidos no aumentará, por el contrario, el siguiente mes se espera que el vecino del norte aumente cuando menos, 25 puntos base su tasa de interés y esto ocasionará que el tipo de cambio se deprecie, por la reducción del diferencial. Estamos viendo las últimas semanas de un dólar a baja. Ayer el billete verde cerró en 17.154 pesos por dólar, poco más de 10 centavos arriba de su piso cuando llegó a 17.042 el martes pasado. Bajo los nuevos valores de los factores económicos, empezará a haber mejores condiciones financieras para el gobierno, las pérdidas por tipo de cambio en las exportaciones petroleras se reducirán, y desde luego, al no subir más las tasas de interés, el gobierno federal y los gobiernos estatales podrán tener un mejor margen presupuestal.

En esta misma secuencia de ideas, se acaba de publicar que el gobierno de Coahuila renegoció la deuda pública. 36 mil millones de pesos fueron mandados a 25 años, esto es, se volvieron a agregar 5 años a lo que se debía hasta antes de las elecciones. Lo peor de la negociación es que se da cuando las tasas de interés están en su pico más alto y no se ha pagado nada del capital. Se gana en reducir los pagos mensuales que eran de 347 millones de pesos mensuales aproximadamente a una cantidad todavía no definida y con ello, dar margen de maniobra al futuro gobernador que tendrá algo más de dinero para cubrir las necesidades del estado. Tarde que temprano tendrá que haber una serie de cambios fiscales para poder hacer frente a las necesidades que trae el nearshoring como por ejemplo infraestructura carretera, más vivienda y servicios públicos para los futuros trabajadores, el mantenimiento de la infraestructura existente y los proyectos para unir a nuestra ciudad con la planta de Tesla en Nuevo León. La energía eléctrica será un problema el siguiente año pues las empresas demandarán más energía y con la disponible hasta hoy no será suficiente. La Comisión Federal de Electricidad no tiene los recursos ni las intenciones para ayudar a los estados del norte de México y por ello Coahuila tendrá que buscar alternativas para salir adelante de este problema, que ya aqueja a 17 estados del país que han tenido apagones en los últimos 10 días. Esta ola de calor ha puesto en evidencia la falta de energía eléctrica y también que no hay recursos económicos para mitigarla.

El indicador oportuno del consumo privado, reportado por el INEGI, nos dice que para abril de este año, anticipa un aumento del indicador mensual del consumo privado en el mercado interior de 3.2 por ciento, cifra muy alentadora pues en los meses anteriores el consumo había tenido crecimientos negativos o muy cercanos a cero. Este dato manda señales al mercado de que los salarios empiezan a mostrar una recuperación, cuya razón principal es que la inflación empieza a ceder y por ello el trabajador tiene la posibilidad de consumir más. Los datos de mayo serán muy buenos y junio podría ser otro mes de buen crecimiento. Si bien la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos incrementó su pronóstico de crecimiento para México del PIB a 2.6 por ciento, e hizo lo propio el Banco de México poniendo la tasa a 2.3 por ciento, al igual que otras organizaciones internacionales, no se puede considerar todavía un hecho que creceremos a tasas por arriba del 2.2 por ciento. Como lo comenté la semana pasada, hay a todas luces una recesión en camino que irá minando las posibilidades de crecimiento conforme transcurra el año. Nada de que espantarse si pudiéramos llegar al menos al 3 por ciento, peso eso está fuera de todo debate por más cifras alegres y otros datos que se tengan. Con 2.2 por ciento podemos pensar en una desaceleración sin mucho daño.

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En conclusión, estamos terminando en 7 días más, la primera mitad de este convulso 2023 con buenos números, mejor de lo que algunos dijeron. Yo dije que terminaríamos con un crecimiento económico entre un 2.1 y un 2.3 por ciento y todo parece indicar que allí estaremos. Bien porque los “expertos” decían que creceríamos solamente al 0.9 por ciento en el mejor de los casos. El dólar empezará a subir para tranquilidad de los exportadores, muy poco, pero lo hará, y la inflación podría cerrar el año entre un 3.9 y 4.3 por ciento. De lo demás, que se ocupen los otros datos.

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Columna: Otros datos Económicos. Economista y profesor universitario con más de 25 años de experiencia en la docencia e investigación. Estudió y fue profesor-investigador del Tec de Monterrey en el Centro de Estudios Estratégicos. Se doctoró en economía en la Universidad de Glasgow en Escocia, país donde también trabajó como investigador asociado en la universidad de Aberdeen. Ha sido analista financiero y asesor económico externo tanto en el sector público como en el privado. Dirige el Instituto de Estudios Empresariales Coahuila Sureste de Canacintra. Actualmente es profesor de tiempo completo de la facultad de economía de la Universidad Autónoma de Coahuila.

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