El rumbo económico de México y los mercados financieros

Opinión
/ 16 agosto 2024

Ya pasó el nerviosismo financiero que se despertó en los mercados mundiales hace un par de semanas y que dejó en evidencia la fragilidad del sistema económico nacional e internacional. Nuevamente el tipo de cambio se ha estabilizado en 18.80 pesos por dólar y parece haberse estacionado en ese nivel porque desde las elecciones allí se ha ubicado su nivel de estabilidad. Los mercados financieros parecen estar muy nerviosos y ser muy susceptibles a cambios que no tienen en términos relativos o absolutos, importancia alguna. Sin embargo, sobrerreaccionan ocasionando efectos económicos graves no solo en las empresas sino también en la mente de las personas.

El mundo ya cambió desde que salimos de la pandemia , y desde entonces, se había mantenido estable, sin cambios abruptos que hubieran generado los resultados que tuvimos en las bolsas de valores hace dos semanas. Este primer “susto” tiene que ver precisamente con la parsimonia que se había generado por la excesiva estabilidad a nivel mundial, de todo lo relacionado con el manejo de las finanzas internacionales. Preguntarnos qué pasó para que se generara esa sobrerreacción a nivel mundial de una caída en el mercado de valores ya no tiene sentido. Más bien hay que explicar qué sigue para México, qué viene por parte de los mercados financieros para estar más al pendiente.

TE PUEDE INTERESAR: Debilidad económica y financiera nacional

Para iniciar, en Estados Unidos ya se habla de que la sociedad está teniendo problemas con el manejo de la excesiva cantidad de información, motivo por el cual ya no sabe qué decisiones tomar, y ante el menor cambio sin importancia, sobrerreacciona ocasionando crisis donde no debería de haberla. Algunos economistas, como Paul Krugman, hablan de la sensibilidad que generan los datos en las personas a pesar de que el dato no sea significante. Por ejemplo, una baja en la tasa de interés en México de 25 puntos base (un cuarto de punto) por parte de Banxico, no significa prácticamente nada para la economía nacional (los bancos comerciales no movieron tasas y en consecuencia no hubo cambios). A pesar de lo anterior, los mercados reaccionaron ocasionando una baja del tipo de cambio del peso frente al dólar, muestra de que esa acción del Banco México dio una “sensación” de que todo estaba mejor, aunque en general todo sigue igual.

Ahora bien, como hay tanta información, es aquí donde la inteligencia artificial mejor se mueve, los mercados financieros han empezado a usarla para todo, hasta para tomar decisiones aún y cuando no está preparada esa tecnología para ello, todavía. De acuerdo con estudios de prestigiosas universidades norteamericanas, hemos pasado de no tomar decisiones eficientes por falta de información, a no tomar decisiones eficientes por exceso de información. Ahora las personas quieren apoyarse en herramientas tecnológicas para alcanzar los mejores resultados, aunque no sepan exactamente qué hacen esas herramientas y peor aún, si los resultados obtenidos de ellas sean de aplicabilidad. En México, el problema de la información en general es grave dentro del mundo económico y financiero. Menos de 2% de la población sabe y entiende el manejo de la información económica. Sin embargo, leen y se informan sobre la situación que guarda el país en materia presupuestal, deuda, crecimiento, pero el problema emerge cuando hay tantas fuentes de información sobre un mismo tema, y sobre el cual los datos pudieran variar. Lo que sí es un hecho es que hay grandes divergencias entre opiniones, que acaban por confundir al ciudadano que quiere saber más. Es más, ya hay empresas que utilizan la inteligencia artificial para crear noticias falsas y marcar tendencias económicas para vender productos u obtener beneficios en inversiones o el manejo de acciones. Ya hasta la inteligencia artificial “opina” en México.

Nuestro país tiene deficiencias financieras que deben resolverse en el futuro. El caso del mercado de capitales nos ilustra uno de esos problemas, pues solo apoya a un “puñado” de empresas grandes, y las que realmente necesitan el crédito, como las medianas, no tienen acceso a él. Si queremos crecer es necesario que la bolsa mexicana de valores crezca aglutinando a más empresas con potencial de crecimiento, que no crecen porque no tienen acceso a recursos para abarcar nuevos mercados. La “minicrisis” del 5 de agosto eliminó de la noche a la mañana un 3% del valor de capitalización de las empresas cotizantes, fue muy poco comparado con las ganancias que se venían acumulando. Con información adecuada, el impacto hubiera sido menor.

México va por buen camino, pero por desgracia ese camino requiere entender los nuevos peligros de la economía como el manejo adecuado de la información, del entendimiento de los datos de forma correcta para poder tomar mejores decisiones. También requiere una mejor comprensión del papel del ahorro por parte de los ciudadanos, de la necesidad de pagar impuestos y no de evadirlos, de evitar la corrupción a toda costa.

TE PUEDE INTERESAR: El fin de la burbuja de la felicidad

La inflación, el tipo de cambio, el desempleo y muchos otros indicadores sólo pueden entenderse a la luz de un manejo de datos e información adecuados para mejorar la toma de decisiones en la empresa, en el gobierno y desde luego, en las propias familias. En las empresas para que se den cuenta cuándo hay que invertir, en el gobierno para que se sepa cuándo y en qué gastar y en las familias para que se tenga noción de ahorrar. Las nuevas condiciones económicas están transformando el país no solo por la información sino también porque se percibe una falta de recursos.

Hay crecimiento del 1.01%, pero también inflación del 5.61% que se come las ganancias de los aumentos de la producción, de la mejora en los salarios. El rumbo de México estará determinado por la renegociación del Tratado de Libre Comercio que empieza su revisión en febrero del siguiente año, y que de acuerdo a la información disponible, enfrentaremos presiones para hacer cambios importantes en el. El futuro pasa por una integración comercial pero también financiera con el vecino del norte, pero con ciudadanos mejor preparados y con mejor información, organizada, para que el nerviosismo del mercado nos afecte mucho menos de lo que nos afectó hace dos semanas. Al menos así lo dicen los otros datos.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM