El TACA Pérez: Máster en el arte de emprender con consejos gratis (y salir carísimo)

Opinión
/ 21 noviembre 2025

Cuando escucha la palabra honorarios, las cejas suben, el espíritu se encoge y el modo ahorro extremo se activa automáticamente

Ah, el dulce y amargo mundo del emprendimiento. Esa maravillosa autopista al éxito donde sólo necesitas “una buena idea”, “ganas de comerte el mundo” y, por supuesto, una avalancha de consejos gratis, cortesía de gurús improvisados, chats de WhatsApp y los omnipresentes videos de YouTube y TikTok, casi siempre grabados desde el asiento trasero del carro, la banqueta, el parque o el baño de una cafetería hipster. ¿Por qué así? Fácil: la oficina es demasiado mainstream; el creador auténtico graba donde lo agarre la inspiración... o la señal de WiFi.

Hoy, en nuestra dosis quincenal de Sabor a Mandrake, hablaremos del personaje más común en tiempos de inflación, redes y humo digital: la persona cazadora de consejos baratos, la que quiere sabiduría premium a precio de combo de empanadas.

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Pero esta vez no hablaremos de “alguien cualquiera”. No. Hoy presentamos al ícono, al estandarte, al referente continental de este fenómeno:

TACA Pérez

Esa emprendedora o emprendedor que ahorra hasta en el aire... pero sólo cuando se trata de pagar consultoría.

TACA Pérez es inconfundible: llega a cualquier reunión con reloj inteligente de última generación, sneakers edición limitada, mochila minimalista de diseñador y un termo metálico color rose gold de marca importada que –detalle interesante– cuesta más que una sesión de consultoría profesional. Pero cuando escucha la palabra honorarios, las cejas suben, el espíritu se encoge y el modo ahorro extremo se activa automáticamente.

Para cualquier TACA Pérez, pagar por asesoría profesional es como quemar billetes frente a un ventilador:

—“¿Cómo que cuesta eso? ¡Si nada más me van a decir lo que ya sé!”.

Eso sí, cuando se trata de comprar accesorios “esenciales para emprender”, ahí no hay límites:

> El curso de iluminación para selfies: comprado.

> El micrófono profesional que recomendó “una influencer” o “un gurú que admiro”: pagado al contado.

> La app que promete aumentar la productividad con sonidos de lluvia premium: renovada sin pensarlo.

> La sesión de fotos profesionales con fondo borroso estilo Silicon Valley: pagada sin pestañear.

Porque TACA Pérez vive para verse como emprende... más que para emprender.

Y así empieza su expreso doble cortado de Sabor a Mandrake (ponle algo, por favor, para que no sepa tan feo jeje).

Primero vienen los consejos de dudosa procedencia:

“Hazlo todo tú”.

“No necesitas plan de negocios, sólo actitud”.

“Invierte primero en tu imagen, luego ves cómo vendes”.

Después llega el mantra sagrado del algoritmo:

“El universo digital premia a quien postea con el alma”.

Y, como siempre, acompañado del clásico: “Invierte unos miles para mayor alcance”.

TACA, devota o devoto de la fe emprendedora low cost, lo hace sin dudar.

Los resultados: algunos malos, otros peores y otros simplemente trampas diseñadas para llevarle –ironías de la vida– a gastar más de lo que tanto quería evitar.

Porque lo gratis, querida o querido lector(a)... suele salir carísimo.

Los cursos “gratuitos” esconden el infaltable módulo de “compra mi programa de verdad”.

Las mentorías exprés son tentempiés publicitarios para vender la versión premium.

Y las técnicas “milenarias aprendidas en Tailandia” multiplican, sí... pero sólo los ingresos de quienes las venden.

Mientras tanto, TACA Pérez se emociona, invierte en automatizaciones que no automatizan nada, en asesorías de marketing que son PDFs con memes y en sesiones motivacionales por Zoom que dejan más confusión que claridad.

Y cuando la caja se seca, el emprendimiento tambalea y la tarjeta tiembla, aparece ese inconfundible sabor a desilusión, frustración y enojo. Pero claro, si ya probó un doble cortado de Mandrake... ¿por qué no pedir otro?

Porque emprender no es sólo tener chispa, ánimo, deseo y “algo de varo”.

Es saber a quién escuchar, cuánto vale realmente un buen consejo y cuándo dejar de buscar atajos donde solo hay trampas. La experiencia vale. El conocimiento se paga. Y las mejores recetas rara vez vienen en combo, ni en PDF gratuito descargable sin registro.

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Así que la próxima vez que te ofrezcan “una fórmula infalible en tres pasos”, recuerda:

Si suena demasiado fácil, demasiado barato o demasiado mágico... probablemente esté condimentado con ese viejo y conocido Sabor a Mandrake.

— — —

Hasta la próxima, donde seguiremos quitándole el barniz brillante al mundo emprendedor.

Y si el consejo viene con estilo blink blink... corre.

#SaboraMandrake

El Orquestador Silencioso de la Rentabilidad. Enrique San Vicente Contreras, un ejecutivo que ha logrado lo que el ecosistema emprendedor muchas veces promete y rara vez cumple: convertir la estrategia en rentabilidad, la calidad en cultura y la innovación en resultados concretos.

Con más de tres décadas y media de experiencia —y contando— Enrique ha estado al frente de operaciones críticas en organizaciones públicas y privadas. Desde quirófanos digitales hasta las trincheras electorales de América Latina con la Organización de los Estados Americanos, su brújula siempre ha estado calibrada hacia un Norte muy claro: crear valor donde los demás sólo ven procesos.

Formado como ingeniero en sistemas computacionales (sí, cuando las computadoras pesaban más que los consultores), Enrique no tardó en sumar tres maestrías: una en Comercio Electrónico (cuando aún sonaba exótico), otra en Gestión de Tecnologías de Información y una más en Dirección de Empresas. Porque sí, la estrategia no sólo se piensa, se ejecuta... y él ha hecho de la ejecución su arte.

Es fundador y director de Golden TI, una firma que, fiel a su nombre, no ofrece oro molido, sino consultoría tangible para empresas que entienden que el verdadero crecimiento empieza por dentro. Bajo su batuta, Golden TI ha certificado operaciones bajo estándares como ISO 9001, ISO 27001, IATF 16949, ISO 54001, ISO 37001... y la lista sigue, como si fueran medallas olímpicas, pero en forma de rentabilidad y reputación organizacional.

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