Generación Z, entre el miedo y la necesidad de alzar la voz

Opinión
/ 15 noviembre 2025

Más allá de marchas y protestas, de manoseos e intervencionismo partidista, hay una realidad que golpea y que requiere hablarse: el hartazgo de los jóvenes, los asesinatos de jóvenes, las desapariciones de jóvenes, las adicciones de jóvenes, el rezago educativo de los jóvenes.

Les llaman generación Z, y dependiendo de la fuente que se consulte, es la generación que ahora mismo tiene entre 15 y 25 años. Una generación envuelta en violencia y miedo.

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Más de 90 mil jóvenes entre ese rango de edad han sido asesinados en México entre el 2010 y 2024, según datos del INEGI.

Hay más de 37 mil jóvenes desaparecidos en el País en ese rango de edad, según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas; 989 de esos jóvenes desaparecieron en Coahuila. Más de 3 mil 700 fueron desaparecidos el último año.

A esa generación la matan y desaparecen, mientras el gobierno (todos) se quedan cruzados de brazos, echando culpas al pasado y prometiendo cero impunidad sin llegar a concretarla.

A esa generación la reclutan forzosamente con engaños de trabajo. Jóvenes de 12, 13, 14, 15, 16 años que están buscando empleo en lugar de estar en el aula; jóvenes que han aprendido que la vida no es un sueño, sino una agobiante carrera por sobrevivir.

Es la misma generación que es protagonista de notas relacionadas con riñas y campales los fines de semana. Que son parte de una generación que ha vivido violencia y ha expresado violencia hasta la muerte.

Es la misma generación que amenaza profesores en una secundaria o que se pelea con extrema violencia en las aulas.

Es la generación que prueba las drogas y el alcohol a más temprana edad. La generación que consume cristal como si se tratara de un bolo de cumpleaños.

Es la generación de los retos virales que ponen en riesgo su vida. La de los retos virales que consisten en golpear ancianos o personas en situación de calle. La generación atrapada 10 horas al día en dispositivos electrónicos. La generación que ha incrementado su ansiedad por no tener los likes suficientes. La generación que se graba para todo.

AL TIRO

Más allá del manoseo político y partidista de una marcha -que lo hay- se requiere precisamente que esa generación atrapada en el mundo del TikTok e Instagram, despierte y salga a las calles. Que el grito de asfixia que se expresa en la violencia del día a día, se traslade al activismo, la participación y el involucramiento de la vida pública.

No se le puede permitir a los políticos, quienes gustan por controlar la narrativa, dejar que criminalicen a una generación, que los traten como peones serviles de una maquinaria. No pueden permitir que los sobajen o los traten como entes sin capacidad de raciocinio.

La voz es de esta generación. La que hoy y mañana va a decidir la ruta de un país. Porque más allá de que los políticos quieran politizar todo, hay una realidad que no se puede esconder: existe una generación inmersa en la violencia y el miedo.

Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la universidad La Salle Laguna. Tiene más de 10 años como periodista. Es corresponsal de Vanguardia en la región Laguna, así como reportero investigador de Semanario. Ha trabajado y colaborado en otros medios como Revista de Coahuila, Newsweek en Español, SinEmbargo, W Radio, Imagen Laguna, entre otros. Fue becario de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y de la Red Global de Periodismo de Investigación. Ha obtenido premios y reconocimientos como el Premio Nacional de Periodismo Rostros de la Discriminación y el Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, así como menciones honoríficas en el premio de la Sociedad Interamericana de Prensa y el Premio Latinoamericano de Periodismo sobre Drogas. Actualmente también se desempeña como corresponsal de El Universal en Coahuila y Durango y es profesor de la Universidad Iberoamericana Torreón.

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