Hablemos de Dios 136: ¿cómo es?, el misterio en torno a la deidad

Opinión
/ 12 agosto 2023

Datos del “paraíso” que es México: nuestro México es el país más obeso del mundo. Con todos los trastornos de salud física y mental que esto trae y arrastra. 1 de cada 3 niños padece sobrepeso o de plano, obesidad. Más del 7% de la cuenta pública del Gobierno federal se va a los programas para tratar de erradicar este problema. A partir del año 2010, la obesidad se convirtió en la segunda causa de mortalidad en México. Segunda o tercera ha oscilado en los últimos años en el ranking de mortalidad, por la pandemia del COVID-19, los fieros accidentes de tránsito y ahora, por las secuelas de la vacunación (infartos fulminantes). Es decir, un experimento de vacuna en tiempo real con los humanos que se dejaron inyectar agua de radiador en las venas.

¿Y lo anterior que tiene qué ver con Dios? Pues todo. Si Dios fuese mexicano... estaría gordo. ¿Si todo mundo está gordo y obeso en el país, por qué él no estaría gordo y obeso? Es aquello que le he platicado del escritor Jorge Amado, brasileño él, cuando Vadinho muere y resucita un instante en la obra ‘Doña Flor y sus dos maridos’ dice a rajatabla que “Dios es gordo”. Si Dios es gordo, creyéndole a la ficción o alucinación o visión de Jorge Amado, ¿entonces debemos de reclamar su nacimiento aquí en México, ya que todo mundo es gordo?

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No podemos tener ni siquiera imagen mental de Dios. Es pura ficción e imaginación. Nadie puede ver el rostro de Dios y vivir. Es lo que dice la Biblia. La letra impresa dice lo siguiente:

Dijo más: no podrás ver mi rostro; porque no
Me verá hombre, y vivirá.
Y dijo aún Jehová; he aquí un lugar junto a mí,
Y tú estarás sobre la peña;
Y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una
Hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta
Que haya pasado.
Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas;
Más no se verá mi rostro
”.

¿Lo dice la Biblia católica o cristiana o protestante? Pues caray, señor lector, usted lo sabe, es la misma. Es el libro de Éxodo 33: 20-23. La cita la tengo de la “La Biblia devocional de Estudio”. Versión de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera. Insisto, ¿cómo es Dios? jamás lo vamos a saber. Le repito una idea que tengo en lo personal de Dios: lo imagino alto, garboso y coronado de estrellas, caudas incontables de cometas y claro, con perlas, collares, anillos y diamantes. ¿Las necesita para demostrar su poder? No, pero me gusta imaginarlo así. Pero siempre en su gran trono. También, me quedo con una idea reciente que leí de la gran escritora Marguerite Yourcenar: “Dios... (es) El remedio que buscan los solitarios”. Por lo demás, esta definición a mí me va mucho en lo personal.

¿Dios es feo, es guapo, es bien parecido? Nunca lo vamos a saber. Pero si acaso es de medio pelo, es decir no tan guapo, poco agraciado, hay que endilgarle el siguiente aforismo de Georg Lichtenberg: “He notado que las personas cuyos rostros tienen cierta falta de simetría, con frecuencia poseen las mentes más agudas...” Le creemos al escritor para escritores del cual los genios, siempre tienen una edición a la mano para leerla y anotarla.

Esquina-bajan

Dios es inaccesible. Incognoscible. Siempre va a ser un misterio para nosotros los humanos. ¿Dios es feliz o es un ser triste? Pues caray, le estoy poniendo pasiones y sentimientos humanos y terrenos, no altos y divinos. Dios o los dioses son impasibles. Eso de sufrir como el maestro Jesucristo en la cruz, en su pasión, pues es cosa humana. Una especie de dios humanizado. Dice el sabio mexicano Octavio Paz: “Toda divinidad es tremenda, todo dios es fuente de horror. Y los dioses de los antiguos mexicanos poseen una carga de energía sagrada que no merece otro calificativo que el de fulminante. Por eso nos fascinan”.

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Y fulminante nos dice la Biblia cristiana líneas arriba, es el rostro de Dios, por eso nadie le puede ver y seguir viviendo. Y todo, todo está por hacerse, por pensarse, por escribirse. Es decir, lo que en su momento aquí le presenté (aunque me quedé a la mitad, prometo regresar y retomar el tema), explorar y glosar al poeta Jaime Sabines en clave divina: cuál es la idea de Sabines de la divinidad, de lo divino, cuál es su idea de Dios.

Y si tomamos a Sabines a la rápida, imagine usted explorar toda la obra de un Premio Nobel como Albert Camus o bien, explorar y regodearnos con la idea de Dios en la obra del divino ciego Jorge Luis Borges. Es tema de toda una vida. Leamos un fragmento de Borges de uno de sus cuentos. No es azar ni coincidencia con las letras anteriores: es conocimiento y destino. Lea usted: “El éxtasis no repite sus símbolos; hay quien ha visto a Dios en un resplandor, hay quien lo ha percibido en una espada o en los círculos de una rosa.” ¿Nota usted la potente erudición del divino ciego y todo su entramado de lecturas, casi totales?

¿Ver a Dios en un resplandor? Es Moisés. ¿Verlo en una espada? Es Juana de Arco. ¿Verlo en una rosa? Es el gran poeta...

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Rainer Marie Rilke. Mucho por explorar...

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