Maestros: lámparas que iluminan el camino

Opinión
/ 24 diciembre 2024

La del maestro significa una vocación cuya llama es permanente. Estar en modo de enriquecerse es una de las más maravillosas formas de vivir

Cuando se produce el hallazgo de un conocimiento, se generan profundas emociones. Esto ocurre en el aula. Frente al grupo, se suceden una a una las expectativas entre estudiantes y maestro. Como en la música, las clases van articulándose por piezas y construyen dinámicas bellas.

Exposiciones y debates, todo ello tiene algo único que crea un vínculo. Cada integrante del salón carga una mochila de ilusiones, preocupaciones, talento y trabajo. Unos más, otros menos, los días transcurren con rapidez y, de pronto, te encuentras al fin del curso, con rostros que ya son un poco mayores, también el tuyo, y un cúmulo de ideas nuevas para colocarse en el morral que también traías tú desde aquel primer día.

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Nada más conmovedor para un maestro que rememorar la expresión de sorpresa de alguna estudiante al recibir una información de estreno. Un día, para argumentar sobre la manera en que se dan giros inesperados en la narrativa, el conocido como “Plot twist”, escuchando la pieza musical “A las 6 de la Mañana”, de Facundo Cabral, al final de la historia le brilló la mirada a una joven universitaria.

La pieza relata puntualmente un día en la vida de una mujer que realiza todas sus actividades cotidianas, en medio de la rutina. Desde el inicio de la jornada, paso por paso, va registrando su quehacer doméstico. Al día siguiente, temprano, se miraría radiante, escribiría su apellido con dentífrico en el espejo del baño, alzaría la copa de vino, brindando, sola, y luego de leer a una golondrina un verso de Whitman y sentir miedo, “A las seis en punto, María... tuvo un niño”.

La universitaria encontró en ese cambio dramático en la narración una significativa sorpresa, y esa mirada de descubrimiento quedó inscrita en mi memoria emocionadamente.

De igual forma, se registró en mi álbum la sonrisa espontánea de otro estudiante al compartir su experiencia luego de elaborar en clase una entrevista. Luego de explicar lo bien que se había encontrado al hacer el cuestionario y al escribir el texto, se le preguntó, por la familiaridad con que exponía sobre su entrevistado: “¿Y ya lo conocías?”.

Su simpática respuesta hizo que todos soltaran una alegre carcajada: “No, y eso fue lo que más me gustó. No lo conocía en absoluto. Nunca nos habíamos hablado, ¿verdad?”. Y volteó en dirección al compañero entrevistado, quien coincidió con él reafirmando con el gesto. Había funcionado el trabajo.

Y es que, en clases, el ambiente es vital. No faltó el que preguntó: “Maestra, ¿usted pasó alguna vez por un examen extraordinario?”. A la respuesta negativa meditada un segundo, el estudiante volvió a la carga: “Entonces, no sabe lo que es vivir”, y se alejó sonriendo, dando zancadas.

Tampoco faltó, como ocurrió este año, la joven estudiante que, al regresar a su país de origen, se despide profundamente conmovida. La clase para ella había sido especial y la iba a recordar siempre. Su deseo de conocer México, su cultura y su forma de ser la había hecho proponerse estudiar la Época de Oro del Cine en México y el contemporáneo. Así, era natural hablar con ella de películas protagonizadas por Pedro Infante o dirigidas por Felipe Cazals o Alfonso Cuarón. Sabía lo que había pasado aquí en los setenta, durante la época de Echeverría, y estudiaba la obra de escritores contemporáneos.

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La del maestro significa una vocación cuya llama es permanente. Estar en modo de enriquecerse es una de las más maravillosas formas de vivir. Por ello, la idea del Círculo de Oro 2024, de nuestro periódico, de reconocer a los maestros que inspiran y transforman, fue ejemplar.

Una idea que replica el amor por la enseñanza, la vocación, el cariño a sus alumnos, el recuerdo de cómo las nuevas ideas, los grandes hallazgos y las grandes enseñanzas se quedan grabados en las mentes soñadoras e ilusionadas de los estudiantes. Y cómo los profesores iluminan el camino de su propia vida con la lámpara que aquellos portan desde el primer día de clase.

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