Mi hija es adicta a TikTok: Advertencias y consejos para padres y madres

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La adicción a TikTok no es solamente el uso habitual de la red social, sino que también se relaciona con la forma en que su dinámica de videos cortos potencia la adicción digital
En los últimos años, muchas familias han observado un fenómeno preocupante: sus hijas e hijos pasan hora tras hora deslizando videos en TikTok, red social que ha sido diseñada para “robar” la atención en cortos, rápidos y adictivos fragmentos de videos. Aunque en un primer momento esto puede parecer inofensivo o incluso divertido, el uso intensivo de esta aplicación puede derivar en una dependencia psicológica que ahonda en una forma de adicción digital. Si esto es así, el uso constante de dicha red social sí puede tener consecuencias para el bienestar emocional, social y académico de los adolescentes.
¿Por qué es adictivo? La adicción a TikTok no es solamente el uso habitual de la red social, sino que también se relaciona con la forma en que su dinámica de videos cortos potencia la adicción digital (no es el único tipo de adicción por el cual podemos validar su conducta, también hay otras formas de adicción que, siendo totalmente ligadas al celular, al menos no implican el uso de TikTok). Se manifiesta cuando un individuo no puede dejar de utilizar la plataforma, incluso en el caso de que eso le suponga problemas en la vida personal, académica o familiar.
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Se ha puesto de manifiesto que muchos adolescentes generan ansiedad, irritabilidad o tristeza si no pueden conectarse y que pierden completamente la noción del tiempo mientras están en esta red social. El martes pasado hablé de este tema a un grupo de adolescentes de secundaria y una chica de segundo año levantó la mano y me dijo: “Maestro, todas las noches me duermo después de la 1 de la mañana viendo el TikTok y solamente duermo 4 horas entre semana”. Esto es muy común entre los adolescentes.
TikTok pone en práctica algoritmos muy complejos que permiten ofrecer contenido a medida. Cada vez que el usuario hace “scroll” (pasar con los dedos de un video a otro), el sistema va aprendiendo algo más sobre sus gustos y proporciona, así, algo que le atraiga aún más. Este diseño está hecho para liberar dopamina en los circuitos cerebrales −que es el neurotransmisor del placer− del mismo modo que lo hace el azúcar, los videojuegos o determinados tipos de drogas. Esto provoca una liberación de gratificación instantánea haciendo que el usuario desee conseguir “solo un video más”, una y otra vez.
Sus consecuencias son serias:
1) Déficit de atención: La permanencia ante aquellas imágenes breves puede provocar la incapacidad de concentrarse. Aquellos adolescentes habituados a incitaciones veloces se aburren en clase, no prestan atención al profesor o evitan aquello que les implica un esfuerzo cognitivo prolongado.
2) Patrones de sueño irregulares: Muchos de los adolescentes empiezan a utilizar TikTok al final de la jornada, lo que provoca que sus propios patrones de sueño se vean alterados. No existe un mejor aprendizaje que dormirse o no poder dormir, por lo que todo comportamiento irregular está implícitamente contemplado.
3) Autoestima y salud pública: Con la continua comparación entre uno mismo y los influencers, así como las chicas “perfectas” en la propia aplicación, la percepción de la propia figura personal puede volverse catastrófica por culpa de esta comparación. La normativa del propio mundo de TikTok muchas veces refuerza ideales poco realistas en cuanto a imagen y popularidad.
4) Aislamiento social: Este tipo de aplicación es muy social, pero por culpa de su extensa utilización la persona se va alejando cada vez más de las relaciones interpersonales; consecuencia que puede tener gran dificultad en el tiempo de ser superada, ya que provocará también la incapacidad de llevar a cabo la adquisición de habilidades sociales básicas.
5) Riesgos de contenidos inapropiados: A pesar de que la aplicación cuenta con filtros y requiere un tipo de normativa, muchos menores se exponen a videos que puedan tener un tipo de lenguaje o una serie de conductas que pueden ir referidas hacia retos sexuales y peligrosos; desafíos que pueden llevar a cabo en paralelo con los menores acerca de los riesgos que puedan encontrarse.
¿Qué puede hacer la madre o el padre?
a) Habla con tu hija o hijo sin hacer juicios de valor: Conciencia entre padres e hijos adolescentes sobre las redes. Con esta pauta se quieren evitar las bravas reprobaciones y críticas de inmediato, así como lanzarse a la carrera a imponer las reglas impuestas sin tener en cuenta al otro. Pregunta qué es lo que le gusta de TikTok, qué es lo que puede estar viendo, qué es lo que le puede interesar más. Escuchar a la hija con cierto afecto es el primer paso hacia la construcción de la confianza.
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b) Establecer límites claros: Pactar juntos un horario para el uso del celular, incluyendo tiempos sin pantallas como durante las comidas, antes de dormir o al estudiar, y utilizar otras herramientas como aplicaciones de control parentales o temporizadores de uso.
c) Ser un ejemplo: Los hijos miran a sus padres. Si nosotros también estamos pegados al celular será muy difícil que les pidamos algo diferente. Mostrar un uso saludable de la tecnología es una parte fundamental del cambio.
TikTok no es el enemigo. El verdadero desafío es aprender a convivir con esta y otras herramientas digitales de forma saludable. Como padres debemos guiar, observar, conversar y acompañar. La adolescencia es una etapa compleja, pero representa una gran oportunidad para fortalecer relaciones, desarrollar habilidades y formar criterios que ayuden a nuestras hijas a tomar decisiones conscientes en un mundo cada vez más conectado.