Un Estado nos vigila: La distopía nos alcanzó

Opinión
/ 4 julio 2025

La sentencia de Orwell es puntual y contundente: la sociedad del futuro tendrá este aterrador y perverso rostro

A mi querida prima Andrea, in memoriam

La primera profecía distópica: George Orwell. “1984” (1949). Orwell desintegra la utopía estalinista de la época, fusionada a una sociedad totalitaria que desde un poder estatal absoluto y omnipresente controla todos los aspectos de la vida privada y pública de sus ciudadanos.

En efecto, “El Gran Hermano te vigila” a través de dispositivos tecnológicos (telepantallas con micrófono integrado) que observan a las personas (hasta en sus expresiones faciales), manipulan el lenguaje para distorsionar la verdad, transmiten propaganda y restringen la libertad individual a su mínima expresión. La vigilancia estatal es masiva; mientras la pérdida de privacidad es absoluta.

TE PUEDE INTERESAR: ¿Quién atiende a los jóvenes marginales pobres en Coahuila?

La sentencia de Orwell es puntual y contundente: la sociedad del futuro tendrá este aterrador y perverso rostro.

La segunda profecía distópica: Ray Bradbury. “Fahrenheit 451” (1953). En la sociedad futura, 451 grados Fahrenheit es la temperatura en la cual los libros de papel arderán y se quemarán para simbolizar la censura del Estado y de la erradicación de la literatura, la libertad de pensamiento y de expresión.

La tercera profecía distópica: Pedro Ferriz Santa Cruz. “Un Mundo nos Vigila” (2019). Ferriz aseguraba que existía una vigilancia de ovnis, pleyadianos, venusinos o reptilianos, sobre nosotros. Más allá de las galaxias, también apuntaba, con preocupación, “el control y la vigilancia que grandes corporaciones y gobiernos ejercen sobre nuestra información personal, y el cómo la tecnología aumenta las posibilidades de manipulación social y política”. En su libro critica “la falta de privacidad en un mundo hiperconectado y plantea preguntas sobre los límites de la vigilancia”.

Habla Luisa María Alcalde, diputada federal morenista en 2014, contra las profecías distópicas: “Rechazo la iniciativa del presidente Peña Nieto porque, de aprobarse, cualquier instancia de seguridad y procuración de justicia pudiera brincar la Constitución y ordenar la geolocalización en tiempo real, el bloqueo de señales y el almacenamiento de datos personales sin mediar investigación previa ni requerir la autorización de un juez”.

Hablan 343 diputados morenistas y sus aliados después de aprobar la nueva Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión para ratificar las profecías distópicas en 2025.

La nueva CURP biométrica será nuestro número de identidad, será obligatoria y dependerá de la Secretaría de Gobernación.

La misma estará ligada a una plataforma única de identidad que registrará todos nuestros datos personales: huella digital, fotografía, salud, datos bancarios, registros fiscales, historial de transporte, educación, servicios públicos y privados, etcétera.

Todo trámite, contrato o compra exigirá la presentación de esta CURP biométrica, cuyo uso generará un registro que las autoridades de la Secretaría de Gobernación y del Centro Nacional de Inteligencia −antes CISEN− podrán consultar en tiempo real, de manera directa e irrestricta, sin orden judicial alguna.

De esta manera, el Estado podrá saber en qué segundo o minuto del día y en qué lugar del país realizamos un trámite bancario para pagar la tarjeta de Coppel por la licuadora que sacamos a 321 plazos, compramos pulpa de aguayón o rib eye para la carne asada el día que gane el Santos Laguna o pagamos el recibo de luz atrasado.

Cierto. No habrá bloqueo de plataformas digitales ni padrón gubernamental de líneas telefónicas, pero todas las compañías telefónicas deben registrar nuestros datos personales y números telefónicos, a los cuales la Secretaría de Gobernación y el Centro Nacional de Inteligencia tendrán acceso directo cuando lo requieran sin orden judicial alguna.

TE PUEDE INTERESAR: ‘Ley Espía’: estas son las claves que debes conocer de la polémica reforma

Habla José Antonio Peña Merino, director de la Agencia de Transformación Digital que implementará la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión. Está disfrazado de Gran Hermano, con lanzallamas en mano, para ratificar las profecías distópicas en 2025: “El gobierno ni espía ni censura”.

Habla Andrés Manuel López Obrador, expresidente de México y residente de la Hacienda “La Chingada” en Palenque, Chiapas, para recordarnos su promesa del 13 de julio de 2017: “Al triunfo de Morena se va a garantizar el derecho a disentir; nadie será espiado, censurado o reprimido. Habrá libertad de expresión”.

Columna: Panóptico

COMENTARIOS