Productos chinos, ¿es útil imponerles más aranceles?
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México se sumará, a partir del año próximo, a la ‘guerra arancelaria’ desatada por Donald Trump. Solo el tiempo dirá si la decisión adoptada es la más adecuada
Una de las reacciones que en México ha provocado la “guerra arancelaria” que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, inició desde su regreso a la Casa Blanca, ha sido la decisión de imponer aranceles adicionales, de hasta 50 por ciento, a productos provenientes de países con los cuales no tenemos un tratado comercial, aunque el principal destinatario de la medida es China.
Ya desde marzo de 2024, la entonces secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, había anunciado un mecanismo de “defensa de la economía mexicana”, que implicaba imponer aranceles del 25 por ciento a productos provenientes del gigante asiático.
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La medida aprobada ahora, y que entrará en vigor el año próximo, implica cargas impositivas adicionales para automóviles ligeros, material siderúrgico, autopartes, textiles, calzado, plásticos, artículos electrónicos, juguetes, muebles, remolques, cosméticos, papel y vidrio, entre otros productos.
La intención, desde luego, es frenar la llegada de este tipo de artículos procedentes de China y otros países como Corea del Sur, Tailandia, Filipinas e Indonesia. Teóricamente, los productos que hoy llegan de las naciones citadas deberían ser sustituidos por producción nacional, en el mejor de los casos, o por importaciones provenientes de socios comerciales.
Sin embargo, la opinión de los especialistas respecto de la pertinencia y posible eficacia de la medida se encuentra dividida. Por un lado están los que consideran que se afectará al consumidor e incluso hará crecer la inflación y, por el otro, quienes plantean que es necesario proteger a la industria nacional, pues la competencia china es desleal.
Como lo informamos en el reporte que aparece en esta edición, el economista Antonio Serrano considera que “la industria mexicana no tiene capacidad para sustituir esa oferta, ni ahora ni en el futuro cercano”, y por ello el incremento de precio que observarán a partir de la entrada en vigor de los nuevos aranceles empujará al alza la inflación.
Por su parte, el también economista Alejandro Dávila Flores, señala que nuestro país “ha competido durante años en condiciones desleales frente a productos extranjeros, especialmente los chinos” y que seguir permitiéndolo generaría pérdida de empleos en nuestro país.
¿Cuál de las dos posturas es la correcta y más adecuada para los intereses de nuestro país? La mejor respuesta vendrá con el tiempo, es decir, con la traducción material de la decisión que se ha tomado y, desde luego, con la reacción que ésta genere de parte de las naciones afectadas, así como de nuestros socios comerciales.
Lo deseable es que, al menos en el terreno político, la determinación del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum sirva para aliviar la presión que el principal inquilino de la Casa Blanca sostiene en contra nuestra y que se traduce en amenazas recurrentes de aranceles a los productos mexicanos que se exportan al vecino país.