Región Sureste Coahuila: La mala calidad del aire... que a nadie parece importar
COMPARTIR
La mala calidad del aire que respiramos en la Región Sureste representa un problema de salud pública que urge atender, pero extrañamente a nadie parece importar
Se ha dicho en múltiples ocasiones y en todos los tonos posibles: uno de los más graves problemas que enfrentamos los seres humanos de todo el planeta es la contaminación atmosférica. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los contaminantes presentes en el aire que respiramos provocan siete millones de muertes al año.
El fenómeno, se ha señalado también de forma repetida, es uno al que no escapa nuestro país y, mucho menos, nuestro estado. Se trata de un problema global que se agudiza en las grandes concentraciones urbanas debido a la mayor presencia de fuentes de contaminación.
TE PUEDE INTERESAR: Coahuila: La educación básica no admite condiciones, construir nuevas escuelas es prioridad absoluta
¿Qué debemos hacer frente a tal circunstancia? El primer paso, como corresponde a cualquier proceso para resolver un problema, es reconocer su existencia. Parecería una obviedad, pero no lo es: reconocer al elefante en medio de la sala es el primer paso obligado para movernos en la dirección de confeccionar una respuesta y ponerla en práctica.
En el caso que nos ocupa, una forma evidente de avanzar en dicha dirección es monitorear la calidad del aire a fin de establecer el grado de polución existente, los principales contaminantes presentes en la atmósfera y los horarios en los cuales la situación se agrava, entre otros parámetros.
Sin embargo, no debe perderse de vista que monitorear la calidad del aire no es un fin en sí mismo, sino un medio para contar con información que permita diseñar la solución más adecuada.
Porque lo verdaderamente importante es identificar las fuentes de contaminación e impedir que sigan arrojando al ambiente partículas que, al ser respiradas por las personas, producen múltiples enfermedades que pueden incluso ocasionar la muerte.
Lejos de tal posibilidad, en Coahuila hemos sido incapaces de concretar el establecimiento de un sistema de monitoreo que opere de forma adecuada y, en consecuencia, no hemos hecho absolutamente nada para atajar la problemática ni, mucho menos, intentar revertirla.
Esto quedó de manifiesto ayer, una vez más, durante la comparecencia de la secretaria del Medio Ambiente del estado, Susana Estens, con motivo de la glosa del Primer Informe de Gobierno del Ejecutivo estatal. Y es que al dar a conocer las cifras del monitoreo se reconoció una realidad alarmante.
TE PUEDE INTERESAR: Malo a extremadamente malo, aire de Saltillo en 46% de los días; en Ramos escala hasta el 55%
Por un lado, las estaciones de monitoreo no operan con regularidad, pues en promedio dejan de funcionar uno de cada cinco días. Por el otro, las lecturas que arrojan en los días que sí operan deberían encender todas las alarmas: la mitad de las veces, el aire que respiramos es de “malo” a “extremadamente malo”.
¿Qué hace falta para que reaccionemos de la forma esperable en torno a este problema? Porque claramente, a pesar del mal funcionamiento del sistema de monitoreo, no requerimos de ningún diagnóstico adicional, sino de acciones inmediatas y urgentes que atiendan un fenómeno que, muy probablemente, ya le está costando la vida a algunas personas en nuestra Región.