Se puede decir...Que Shamir Fernández se “independizó”

Pero no se puede decir...Que a eso se le llama “traición”. El hoy flamante legislador, que nació, se desarrollo y creció en las filas del PRI, sorpresivamente le dió la espalda al renunciar a él, lo cual se considera que tal acción, fue para lanzarse a la candidatura como gobernador de Coahuila, -por su cuenta-, y sin bandera ni partido, dejando por el momento a sus seguidores, propios y extraños boquiabiertos, demostrando que no necesita de nadie, que él solo las puede, o sea que durante el tiempo que fue priista, acumuló riqueza, poder y un fiat notarial, por eso va con todo gracias al Tricolor, al que le ha “mordido” la mano.