Una ventana al pensamiento de Trump acerca de la OTAN...

Opinión
/ 17 febrero 2024

Lo de Trump, la OTAN y Rusia no es nuevo. Se trata de un tema que en su momento fue exhaustivamente analizado. Quizás algunas de las mejores respuestas a nuestras preguntas proceden de un libro que escribió John Bolton, su exasesor de seguridad nacional: La habitación en donde ocurrió. “El eje de los adultos en el cuarto”

Bolton y otros miembros del gabinete como lo fuimos sabiendo después, consideraban que tenían un deber en cuanto a Trump: un poco informarlo, otro poco educarlo, otro poco contenerlo. Se puede resumir en la línea (repetida por varios) de “los adultos en el cuarto”. Uno a uno, sin embargo, fue siendo despedido o fue renunciando, nos cuenta Bolton. Y al final de su gestión, Trump quedó incontenible, rodeado por puros “Yes Men” (personas que aceptaban todo lo que el presidente decía o decidía). Ese era, en la visión del “eje de los adultos”, un escenario enormemente peligroso. El caso de la OTAN lo ejemplifica con claridad.

“Porque él no pensaba que la OTAN era algo bueno para Estados Unidos”

Trump pensaba que la OTAN era una “pérdida de tiempo”, escribe Bolton. De hecho, dice, no eran sus ataques directos, sino su “velada hostilidad hacia la alianza”, lo que ponía nerviosos a otros miembros de la OTAN e incluso a sus propios colaboradores como él.

Trump estaba “irritado con Alemania”, continúa Bolton, y estaba ya preparado para abandonar la OTAN, un tema del que se especuló mucho por aquella época, pero que su libro confirma de manera abierta. Según Bolton, fueron asesores como él, quienes lograron persuadirlo de permanecer en la alianza.

“America First” y el rol de las alianzas

Estados Unidos, en la lectura de Trump, siempre debe anteponer sus prioridades en cuanto a sus metas, en cuanto a los costos que tiene que pagar y en cuanto a los beneficios que recibe. Ese país que se ha dedicado a ser el “policía del mundo” no tiene por qué estar resolviendo conflictos de otros, o estar luchando guerras lejanas, ajenas y costosas, por las que Washington “no recibe nada a cambio”.

Las “contribuciones” a la OTAN y los socios “morosos”

Bolton cuenta que tuvo que explicar a Trump una y otra vez que “el compromiso de Cardiff no es acerca de ‘contribuciones’ a la OTAN, sino de gastos totales en defensa”. Trump pensaba, en cambio, que los países miembros de la alianza militar tenían que “pagar “una determinada “contribución” a la OTAN, una especie de “cuotas”, ante las cuales la mayor parte de los países estaban “retrasados”. “Da igual”, respondía Trump a Bolton, para luego volver a emitir declaraciones similares. “Estás listo para jugar las ligas mayores?”, le preguntó a Bolton, “esto es lo que quiero decir, y procedió a dictar: Tenemos un gran respeto por la OTAN, pero estamos siendo tratados injustamente. Para el primero de enero (de 2019), todas las naciones deben comprometerse al dos por ciento, y perdonaremos los atrasos; de lo contrario nos retiraremos y no defenderemos a aquellos que no lo hayan hecho”. Aun así, nos dice Bolton, a lo largo de los siguientes días “me preguntó otra vez que por qué no simplemente nos retirábamos de la OTAN por completo, precisamente lo que habíamos tratado de evitar”.

La lectura desde el presente

Así que, primero, cuando Trump emite declaraciones hoy, en realidad está continuando una línea discursiva que sostiene desde hace años. Segundo, independientemente de sus confusiones, el tema no es exclusivamente discursivo sino una noción en la que él genuinamente cree: Trump realmente no ve que la OTAN sea de beneficio para su país. Esto no es algo sólo del pasado, sino del presente, y tiene enormes implicaciones en términos de cómo está siendo interpretado por actores de la actualidad.

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